Altuve está demostrando por qué es un JMV

14 de abril de 2019

Al margen de su gran arranque esta temporada, y de esa seguidilla de cinco juegos conectando al menos un jonrón, la noticia más importante de todas cuando se trata del venezolano José Altuve es que está saludable otra vez y en proceso de recordarle al mundo del béisbol que cuando está sano es uno de los mejores camareros del juego, alguien que hace no mucho ganó el Jugador Valioso de la Liga Americana.

Siempre hablamos de Mike Trout. Pasamos buena parte de la temporada pasada elogiando de Mookie Betts, que tampoco es precisamente un gigante en lo que a tamaño se refiere, mientras tomaba el testigo de Altuve como JMV de la L.A. Sigue siendo muy fácil, en ciertas ocasiones, perder de vista a Altuve.

Altuve se lesionó la rodilla el verano pasado, un percance que lo mandó a la lista de incapacitados. Después de que regresó nunca fue el mismo, aunque siguió jugando hasta el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la L.A., cuando los Medias Rojas le pusieron fin al intento de los Astros por defender el título. Incluso jugando sobre una sola pierna, Altuve nunca dejó de hacer swing con todas sus fuerzas y casi da un jonrón en el Juego 4 de no ser por Mookie Betts y aquel fanático que metió la mano.

Cuando terminó la temporada, Altuve se operó de la fractura en la rodilla derecha. “El tipo básicamente jugó con una rodilla rota media temporada”, me dijo el manager A.J. Hinch durante los entrenamientos primaverales.

Tras la cirugía, Altuve asistió todas las mañanas del invierno al Minute Maid Park para rehabilitarse, tratando de retomar el nivel que le permitió ser el JMV de Joven Circuito del 2017, ese que le permitió pegar 848 hits en esas épicas cuatro temporadas en las que bateó .341, .313, .338 y .346. Incluso al año pasado, bateó .316, en lo que para él fue una campaña corta, dolorosa y ultimadamente decepcionante.

Ahora tiene sus piernas saludables otra vez y miren lo que está haciendo.

Estamos viendo, allí frente a nosotros, una carrera notable. Cualquiera que se hubiese preguntado qué tanto tiempo le iba a tomar retomar su nivel, pues ahí lo tienen. Ya lo demostró.

“Es fantástico verlo feliz y saludable otra vez en el terreno”, dijo Hinch desde Seattle después de que Altuve llevara a cinco su seguidilla de juegos jonroneando. “Es alguien que no está pendiente de la atención, ni de los cumplidos. Pero tuvo que sobrepasar mucho para regresar a este punto”.

Hinch siempre se va a preguntar si esa serie contra los Medias Rojas el pasado octubre hubiese diferente con un Altuve saludable y el puertorriqueño Carlos Correa también al tope. Pero eso es tema superado dentro del clubhouse de los Astros. Ya pasaron la página. Los Astros tuvieron un arranque lento, pero ya están embalados. Y ahí viene Altuve. En los primeros 15 juegos de la temporada, dio siete jonrones, empujó 13 carreras, bateó .333, 20 hits, .717 de slugging y OPS de 1.095. Tremendos números para cualquiera.

“Estoy muy orgulloso de él”, aseguró Hinch. “Es muy fácil dirigir a un tipo así”.

Es aún más sabroso verlo jugar pelota. En una época en la que hay tanto talento joven, a veces es fácil olvidarse de José Altuve. Pero eso es un error. Un grandísimo error.