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Dalphie Correa, coach de los Tomateros de Culiacán sí que sabe cómo decirle a su corredor que se deslice

Todos sabemos acerca de la relación que debe existir entre los coaches de bases y los jugadores a la ofensiva en un partido de béisbol. Los entrenadores ubicados al exterior de 1ra y 3ra bases son los encargados de hacer efectiva la comunicación entre el mánager y los jugadores y de impedir a su vez, que el elenco contrario decodifique los códigos establecidos previamente por ellos.

Pero Dalphie Correa, el coach de 3ra base de los Tomateros de Culiacán en la Liga Mexicana del Pacífico, llevó todo esto al siguiente nivel el pasado sábado cuando en el partido entre los guindas y los Yaquis de Ciudad Obregón, se encargó de una forma singular de sus tres corredores. En el segundo episodio, José Manuel Orozco conectó un batazo (a la postre, triple) que tomó por sorpresa al jardinero central y sus compañeros Ronnier Mustelier y Antonio Lamas anotaron las primeras carreras de los Tomateros, enviados por un Dalphie visiblemente emocionado. Sin embargo, él no abandonó nunca a su impulsador y en el empeño por hacerlo llegar a salvo a la antesala se resbaló, cayó a la grama, se levantó y se volvió a lanzar a la hierba para hacerle saber a Orozco cómo debía hacer para llegar "safe".

Quizás Orozco no entendió el mensaje y llegó de pie. El triple fue un hecho consumado y los Tomateros respiraron aliviados. Aunque seguramente Correa tuvo una conversación posterior con su discípulo para hablar sobre el lenguaje de señas. Pueden apostar. 

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