La noche que los Bravos confiaron en Francisco Cabrera
Cada joven que sueña en algún día poder jugar en Grandes Ligas o en cualquiee otra liga profesional visualiza en su mente el momento de la gloria en poder ayudar a su equipo ganar un campeonato.
Un tiro de tres puntos o lanzar un touchdown en los últimos segundos del partido; un golazo al minuto 90; un hit en la novena entrada para dejar tendido al rival.
Esta última fue lograda hace 26 años atrás en uno de los mejores partidos de la postemporada por un dominicano que jamás experimentaría un momento como el de aquella noche en el viejo Atlanta-Fulton County Stadium en Atlanta cuando selló su protagonización en uno de los momentos más emblemáticos en la historia de los playoffs, junto a aquellos como el rodado que rodó por el medio debajo del guante de Bill Buckner en la Serie Mundial del 1986 o el jonrón de Kirk Gibson en la Serie Mundial del 1988 o el jonrón de Joe Carter contra Mitch Williams en la Serie Mundial del 1993 o el grand slam 'walk-off' de Robin Ventura que terminó siendo un hit que ganaría el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en 1999.
Los Bravos, quienes habían tomado una ventaja de 3-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, enfrentaban una desventaja ahora de 3-0 en la novena entrada contra los Piratas en el Juego 7.
La ofensiva de la escuadra puso sus esperanzas en los hombros del dominicano Francisco Cabrera, un bateador emergente de 25 años de edad que durante la temporada regular había solamente tomado 10 turnos al bate, conectando tres hits, incluyendo dos jonrones, y remolcando tres carreras.
Con corredor en segunda, donde estaba estacionado un muy lento Sid Bream, y otro en tercera base, el capitaleño le conectó a un lanzamiento alto y fuera de la zona, disparando la pelota hacia el jardín izquierdo para traer la carrera del empate al home y la carrera ganadora al ver que Bream lograba evadir el guante del receptor al deslizarse en el plato para darles a los Bravos la victoria por 4-4, el banderín de la Nacional y clasificarlos a la Serie Mundial.
Hasta hoy día, el nombre de Cabrera sigue inscrito en los récords de Grandes Ligas como el único jugador en conducir a su equipo hacia la victoria de un serie de postemporada con un hit en un turno al bate que pudo haber perdido la serie con un out.
Un honor muy especial para un jugador que solamente estuvo en la Gran Carpa por partes de cinco años y cuya siguiente temporada sería la última de su carrera.
