Dereck aprovecha ahora las lecciones de su niñez

19 de agosto de 2019

PHOENIX – Dereck Rodríguez se crio en un ambiente de Grandes Ligas, compartiendo con su papá Iván “Pudge” Rodríguez en los camerinos y terrenos de las Mayores en los años 90 y la década pasada.

Cuando el boricua Rodríguez confrontó dificultades este año, su segundo en el béisbol de lujo, esa experiencia fue uno de los factores que le dieron la voluntad y la determinación para seguir adelante en liga menor y reponerse.

“Creo que sí, porque vi la manera en que pasaban por baches y luego el trabajo que hacían para salir de ese letargo”, dijo Rodríguez acerca de la lucha continua de los estelares que veía, mayormente con los Rangers de Texas, cerca de su padre, un miembro del Salón de la Fama como uno de los mejores receptores en la historia. “Lo vi de cerca, así que sé bien del trabajo que uno tiene que hacer y lo que hay que hacer para volver al sendero indicado y volver a ser uno mismo”.

Ésa ha sido la historia de Rodríguez en el 2019. Tras una sólida temporada de novato el año pasado, cuando tuvo marca de 6-4 y efectividad de 2.81 en 118.1 entradas, el derecho de los Gigantes de San Francisco ha tenido una segunda campaña de altibajos—y más del lado negativo. Tuvo promedio de carreras limpias de 5.75 en sus primeras siete aperturas del año.

Tras múltiples estadías en liga menor con Triple-A Sacramento, algo que jamás hubiese imaginado de cara a la presente temporada, Rodríguez volvió el jueves pasado para realizar su mejor apertura de esta campaña y una de las más impresionantes de su joven carrera. Contra los Diamondbacks, el diestro de 27 años estuvo arriba en el conteo casi todo el tiempo, retiró a los primeros 11 bateadores que enfrentó y terminó con 7.0 ceros de apenas tres sencillos para adjudicarse la victoria.

Después de aquel partido, Rodríguez expresó que, “No soy el primero en tener una temporada como ésta. Uno aprende de eso y no lo deja volver a pasar”.

Según Rodríguez, esas lecciones estuvieron bien presentes para él durante su infancia, cuando observó a muchos jugadores de renombre tener esa misma experiencia mientras acompañaba a su papá en los estadios de Grandes Ligas.

“Creo que me ayudó el hecho de estar cerca del juego y ver a muchos jugadores pasar por eso”, dijo Rodríguez, quien ahora mismo trata de ayudar a los Gigantes a conquistar uno de los dos Comodines de la Liga Nacional. “Y no fueron pocos. En este juego, uno ve a los mejores peloteros pasar por los peores slumps. Entonces, el hecho de haberlo visto me ha ayudado, sí. Y ahora mismo me está ayudando mucho”.

Durante los tiempos difíciles de Rodríguez este año, ¿le dio Pudge algún consejo a su hijo?

“Que me mantuviera enfocado y que siguiera trabajando”, reveló Dereck.

El manager de los Gigantes, Bruce Bochy, cuenta con dos familiares de miembros del Salón de la Fama: Rodríguez y Mike Yastrzemski, nieto de Carl, elegido a Cooperstown en 1989.

“El pedigrí está ahí”, manifestó Bochy. “Han estado cerca del juego y saben con lo que hay que lidiar, los altibajos—sobre todo los tiempos difíciles. A veces cuando un jugador joven sube, queda maravillado con todo y tal vez intimidado. Pero ése nunca fue el caso con estos muchachos”.

Ahora para Rodríguez, queda la tarea de continuar sacando los ceros como lo hizo en su última apertura en Arizona. Y lo hará con el amplio conocimiento, desde niño, del esfuerzo que se requiere para triunfar de manera prolongada en el mayor nivel del béisbol.

“A veces vas a trabajar y aun así las cosas no van a salir, y a veces sí”, dijo. “Así es el juego, así que hay que seguir trabajando duro y mantenerse positivo. Tienes que hacer el trabajo confiar en ti mismo”.