GLENDALE, Arizona – La palabra “lealtad” resume muy bien la conexión del cubano José Abreu con los White Sox.

Abreu venía de una temporada del 2019 en la que lideró la Liga Americana en carreras impulsadas con 123, junto con 33 bambinazos, 38 dobletes y OPS de .834, cuando comenzó la agencia libre. No está claro cuál hubiese sido el mercado para inicialista de 33 años de edad, cuya defensa ha mejorado con el pasar del tiempo, pero sin ser considerada élite aún.

Ese mercado no importó mucho para un jugador que dijo que firmaría nuevamente con los White Sox, para seguir trabajando con el propietario del equipo Jerry Reinsdorf, que le dijo a su familia que Abreu no jugaría nunca para otro equipo.

“Mi agente y yo estábamos enfocados en los White Sox”, dijo Abreu durante su primera sesión con la prensa de los entrenamientos el viernes. “Ese es nuestro enfoque. Mi madre me enseñó a ser agradecido, y así me siento con los White Sox”.

“Sí, tuvimos conversaciones con un equipo”, añadió Abreu sobre el proceso de agencia libre. “Con los White Sox”.

¿Pero la agencia libre no se trata de intentar aumentar tu valor, especialmente para un jugador como Abreu, que ha pasado seis temporadas perdedoras con los White Sox? Ese no fue el caso para el cubano.

Los White Sox le dieron la oportunidad de jugar en las Mayores. Permitieron que su madre, Daysi, pudiera ver a su hijo utilizar la camiseta con el número 79. Todo se redujo a quedarse en un lugar al que Abreu considera como casa.

“No me importa el dinero”, dijo con una sonrisa Abreu.

“No todo es dinero. Mi familia está bien en Chicago. Aman Chicago”, dijo Abreu. “Están agradecidos con la organización de los White Sox, por la manera en que han sido tratados, lo mismo con los fanáticos. No tenía sentido mirar otros lugares”.

Seamos honestos: Abreu recibió un justo acuerdo para él y su familia, al pactar por tres años y US$50 millones, luego de aceptar la oferta calificada de US$17.8 de los White Sox. Pero para Chicago también fue un buen acuerdo.

Algunos fuera de la organización tal vez no entiendan, pero Abreu significa más para los White Sox que para cualquier otro equipo. Y el sentimiento es recíproco.

“Todos saben la clase de persona que es. Todos saben que es nuestro líder, nuestro mentor”, dijo el tercera base y también cubano Yoán Mocada. “Ha estado en este equipo por un buen tiempo y siempre está tratando de dar el ejemplo”.

“Siempre está pendiente de los chicos más jóvenes, pero a la vez se preocupa de todo el equipo. Es algo que demuestra lo buena persona que es. Es algo que nos demuestra la clase de líder que es. Todo el mundo lo sigue. Todos lo hacemos porque es un ejemplo para nosotros”.

El casillero de Moncada está a dos puestos del de Abreu en el clubhouse de los White Sox en Camelback Ranch. Su compatriota Luis Robert, tercer mejor prospecto en todo el béisbol según MLB Pipeline, está entre ambos. Moncada ya habla de ser un mentor para Robert, de la misma manera que Abreu lo ha sido con él y con el dominicano Eloy Jiménez.

Por supuesto, Abreu estará allí también para fungir como líder. Es un momento emocionante para el veterano, cuya dedicación a la organización ha sido premiada con un posible equipo exitoso en el horizonte.

“Incluso sin haber comenzado a jugar, creo que seremos un gran equipo. Un sólido equipo y grupo”, dijo Abreu. “Estoy emocionado por las expectativas que tenemos”.