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Azulejos sin pánico por medirse a Reales en Kansas City

KANSAS CITY -- La magia de la postemporada alcanza ribetes tan especiales que lo que aparenta ser algo más seguro que un banco suizo un día, un par de fechas más tarde deriva en un panorama gris como para comerse las uñas hasta los codos.

Ese es el caso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 2015, que luego de dos y cuatro partidos, respectivamente, parecía una faena de coser y cantar para los Reales de Kansas City, porque llegaron a hilvanar ventajas de 2-0 y 3-1 sobre los Azulejos de Toronto.

La justa se muda ahora a Kauffman Stadium para por lo menos un sexto juego el viernes por la noche, con David Price en busca del empate por los Azulejos de Toronto y el dominicano Yordano Ventura con la esperanza de darle a los Reales el pase a la Serie Mundial por segundo año consecutivo, en una justa donde hay mucho paño por cortar.

"Si observamos las cosas desde un marco absoluto, nos damos cuenta de que hay que ganar dos juegos, lo cual es posible, y así lo estamos viendo nosotros", analizó el estelar paradorto de los Azulejos, Troy Tulowitzki, a una pregunta de LasMayores.Com "De ganar el siguiente partido, llegamos al Juego 7 y cualquier cosa puede ocurrir".

Tulowitzki, adquirido por los Azulejos de los Rockies de Colorado a mediados de temporada, es una de las principales razones del porqué todavía le palpita el corazón a la franquicia canadiense. Batea para .368 luego de impulsar tres carreras el miércoles con doblete en el sexto episodio grande de su equipo.

"No entramos en pánico, eso es seguro", decretó el dirigente de los Azulejos, John Gibbons, sobre la forma cómo ha reaccionado la ofensiva de su equipo. "Y eso es lo que hacemos nosotros. Es lo que hace que nuestro ataque sea realmente bueno.

"Nuestros jugadores toman sus boletos, pero a la vez son bateadores agresivos", prosiguió Gibbons. "Esa es una combinación rara. Todos estaban enfocados y a la vez relajados [el miércoles]".

Retornar a Kansas City no era precisamente lo que se había propuesto el escuadrón de Ned Yost, pero les queda el consuelo a los campeones reinantes de la Liga Americana que aún tienen la sartén por el mango, gracias a su ventaja por 3-2 en la contienda.

"Sabíamos de antemano que esta iba a ser una serie bien dura", admitió Yost. "Pero después de ganar los dos primeros juegos, la meta era venir a Toronto, en un ambiente foráneo y hostil, para poder llevarnos por lo menos un triunfo. Necesitamos ganar un solo partido y todo habrá terminado.

"Ahora regresamos al lugar donde nos sentimos completamente cómodos", subrayó Yost. "Es por eso que tener el derecho del local era tan importante. Realmente queríamos tener derecho a jugar cuatro partidos en casa. Y contamos con una ventaja de 3-2, con el apoyo de nuestra fanaticada y eso es fantástico".

La oportunidad la pintan calva ahora para Ventura, un jovencito que cuenta con un tremendo talento, pero que ha tenido sus altas y bajas en el principal firmamento del béisbol.

"Comenzó la temporada como nuestro abridor número uno, pero luego trató de subirse a todo el equipo a los hombros", analizó Yost. "Se puso una enorme presión al punto que lo tuvimos que bajar. Sin embargo, 'Vargy' [Jason Vargas] se lesionó, Ventura regresó y comenzó a escalar hacia donde estuvo originalmente".

Si se analizan las características de los abridores del sexto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana pudiera llegarse a la conclusión de que es una batalla de David contra Goliath: Prince es un ganador del premio Cy Young y Ventura un jovencito cuya carrera apenas comienza en la mejor pelota que se juega en el planeta.

Una victoria de Prince el viernes lo reivindicaría como lanzador de lujo a pocas semanas de que salte a la libre agencia, una reputación que no quedó muy bien parada al ser enviado a las luchas por desperdiciar la ventaja de 3-0 que le dieron los Azulejos en el segundo juego.

En contraste, un triunfo contundente de Ventura lo acentuaría de una vez por todas como el lanzador de lujo en el cual la organización de Missouri espera que se convierta algún día no muy lejano.