Cafecito a gusto en S.L., aun sin puesto seguro

22 de febrero de 2019

JUPITER, Florida – Para apreciar por qué José Martínez está encantado de seguir en los Cardenales y por qué prefiere estar en un campamento donde no tiene rol fijo a otro donde tendría un puesto garantizado, hay que entender la situación del venezolano cuando se integró a San Luis.

Martínez llegó a Triple-A Memphis cuando los Reales lo traspasaron en mayo del 2016. En aquel entonces, aún estaba frustrado porque la novena de Kansas City no lo había convocado al equipo grande en septiembre del año anterior, pese a que había sido el campeón de bateo de la Liga de la Costa del Pacífico. Martínez llegó a los Cardenales preguntándose si algún día estaría en un roster de Grandes Ligas.

Y luego conoció a Mike Shildt.

Viendo señales de desilusión y decepción en la nueva adición a su roster, Shildt, quien se encontraba en su segundo año como capataz a nivel Triple-A de San Luis, le hizo una promesa a Martínez el día que se conocieron: Un comienzo de cero.

Esa fue la base de una relación que continuó en el equipo grande de los Cardenales. Martínez subió a las Mayores en la Ciudad del Arco durante la temporada del 2016 y Shildt un año después como instructor. Los dos siguen bien compenetrados y por eso Martínez está seguro de que Shildt encontrará la forma de crearle un rol en el roster. 

“Estoy 100% a gusto con que él esté a cargo de todo lo que tenga que ver conmigo”, dijo Martínez. “Lo respeto. Sé que él me respeta a mí. Voy a confiar en que las cosas van a funcionar. No sé cuál posición voy a jugar este año ni en donde encajaré, pero sabía que quería seguir con los Cardenales este año. No digo eso por decirlo. Me siento bien aquí”.

“Es un gran halago, para José y para nuestro grupo”, respondió Shildt. “Él se dio la oportunidad de llegar a Grandes Ligas. Tuvimos la suerte de poderle dar esa oportunidad”.

Ahora mismo, se desconoce cuántos juegos disputará Martínez como titular. No es algo que el veterano pueda controlar. El bosque derecho sigue perteneciéndole a Dexter Fowler, hasta que su desempeño dicte lo contrario. El dominicano Marcell Ozuna está afianzado en el bosque izquierdo y Paul Goldschmidt en la primera base.

A medida que el invierno fue evolucionando, Martínez se quedó sin un puesto titular.

“Así es más divertido”, expresó Martínez. “Me hace trabajar más y más duro. No me gusta sentir que tengo algo fijo, porque el béisbol puede cambiar en un día”.

La experiencia ha formado el punto de vista de Martínez. En su tiempo con la organización, el oriundo de La Guaira ha sido un bateador sin puesto defensivo definido. Sin embargo, se coló en el roster de San Luis para el Día Inaugural con una gran pretemporada en el 2017 y tuvo 590 turnos al bate a nivel de Grandes Ligas en el 2018. 

Durante el invierno, nunca llegó a ser un hecho que Martínez tendría la oportunidad de ganarse un puesto más importante. Entendiendo que Martínez encajaría mejor en un equipo de la Liga Americana como bateador designado, los Cardenales escucharon ofertas por él durante invierno. No impresionados con las propuestas de cambio que recibieron, el club decidió que era mejor retener a un bateador con un promedio de .309 en 270 juegos de Grandes Ligas que dejarlo ir por una pequeña remuneración.

Martínez reconoce que estuvo pendiente de los rumores, siempre esperando el mismo resultado: Una oportunidad de poner su carrera en manos del manager cuya promesa de un comienzo nuevo lo ha impulsado hasta donde está.

“Él me cuida las espaldas”, dijo Martínez. “Y yo haré lo mismo por él”.