Robinson Canó y Edwin Díaz llevan un nuevo aire al ambiente de los Mets

4 de diciembre de 2018

¿Se pueden encontrar buenos argumentos para decir que los Mets y su nuevo gerente general, Brodie Van Wagenen, no deberían haber accedido a este cambio con los Marineros por el dominicano Robinson Canó y el puertorriqueño Edwin Díaz, quien salvó 57 juegos el año pasado. Se puede decir que uno de los prospectos en el cambio, Jarred Kelenic, es considerado una estrella del futuro. Se puede mencionar la edad de Canó y su suspensión por dopaje el año pasado. Seguramente van a leer en algún lado que fue un cambio irresponsable y que los Mets han debido mantener a sus prospectos, conseguir a un cerrador en otro lado y hacer las cosas con más calma.
Pero en este momento los Mets no tienen el lujo de ir con calma. No hay futuro para ellos sin un presente relevante, y no duden que eso es lo que significa este cambio para el 2019. Por eso creo que Van Wagenen hizo lo correcto. Ahora sólo hay que sentarse a esperar cómo les sale esto a los Mets. 
¿Y saben qué? Incluso este tipo de debate, toda la conversación que está generando este cambio, son cosas positivas para los Mets.
Los Mets no tienen que hacer un movimiento de este tipo sólo para ganar esos titulares de prensa que todo el mundo en Nueva York adora.

No. Los Mets tenían que hacer esto porque los hace mejor equipo, uno que trata de seguir siendo relevante no sólo en la División Este de la Liga Nacional, sino también en Nueva York en una época en la que los Yankees se han armado nuevamente en su intento de superar a los Medias Rojas y a los Astros, las dos súper potencias del béisbol en estos momentos.
¿Es Canó el bateador que una vez fue? No. Pero si hace lo que hizo el año pasado antes de la suspensión de 80 juegos, él y podrían convertirse en un formidable dúo en el medio del lineup del manager Mickey Callaway. Y si el cubano Yoenis Céspedes puede regresar --algo de lo que no hay ninguna garantía, claro-y tiene una temporada más o menos saludable, los Mets podrían soñar.
A los Mets no provocó verlos mucho el año pasado tras su arranque de 11-1. Usted puede pensar lo que quiera de Canó, de las decisiones que ha tomado y de cómo eso podría afectar su candidatura al Salón de la Fama, pero el quisqueyano sigue siendo un bateador que provoca ver. Y los Mets necesitaban hacer algo. Si eso significa asumir algo de riesgo con todo el dinero que se le debe a Canó y entregar a cambio a un muchacho prometedor, pues adelante. Pero esto no es una locura. En lo absoluto. Esto es un movimiento necesario en este momento que atraviesan los Mets.

Usted emociona a su fanaticada haciendo precisamente esto, trayendo a buenos jugadores. Los Mets lo lograron sumando a Canó y Díaz, así haya gente diciendo ahora que Kelenic es una versión joven de .
Díaz hace mejor a los Mets desde ya. Canó, quien ha ido ocho veces al Juego de Estrellas y bateó .303 con 10 jonrones y 50 carreras empujadas en 80 juegos la temporada pasada, también los hace un club más fuerte. Y Nueva York necesitaba mejorar ya. El equipo no podía darse el lujo de otra campaña como la pasada.
Sumar a Canó a estas alturas de su carrera, y tras lo que hizo en el 2018, no hace de los Mets del 2019 un equipo tan talentoso como los Bravos. Quizás tampoco los haga mejores que los Nacionales, especialmente si decide seguir en la capital, o que los Filis, especialmente si éstos terminan firmando a Manny Machado.
Pero los Mets tienen pitcheo. Si pueden dejar en el equipo a , como espero que lo hagan, realmente tienen una rotación peligrosa. Díaz les brindará salvados. Ahora necesitan batear y anotar carreras. Canó va a ayudarlos a hacer eso. Este era un cambio que tenían que hacer. Sin dudarlo.