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Carlos Correa ha impresionado a todos desde que subió a Astros

La idea era que Carlos Correa fuera adaptándose a Grandes Ligas poco a poco, bateando en la parte baja del lineup de los Astros al principio, sin presión, para tener tiempo para establecerse.

Ese plan no duró mucho.

El puertorriqueño de 20 años de edad, la primera selección del draft amateur del 2012, dio el salto de sexto a segundo bate en su quinto partido como ligamayorista y se ha ido de 27-10 en seis juegos en dicho rol.

"Lo llevamos suave durante los primeros dos partidos", dijo el capataz de los Astros, A.J. Hinch, con una sonrisa. "Pensé que demoraría más. Queríamos ver cómo manejaba un paso tan grande".

Correa ha respondido con aplomo dentro y fuera del terreno de juego. El boricua es el primer jugador en la historia de los Astros que suma 14 hits en sus primeros nueve compromisos como ligamayorista. El jueves, en su décimo partido en la Gran Carpa, conectó otro imparable y volvió a hacer historia al convertirse en el segundo jugador más joven después de Rickey Henderson que se roba tres bases en un juego en los últimas 100 temporadas.

Correa ha bateado de hit en nueve de sus primeros 10 partidos en Grandes Ligas, yéndose de 43-15 con dos boletos, tres dobles, tres jonrones y siete remolcadas. Los Astros han ganado cinco de los seis juegos en los que ha bateado segundo.

"Me siento cómodo bateando segundo", dijo Correa, "especialmente detrás de [George] Springer. Ese muchacho se embasa mucho. Para mí, tener a un corredor en base me hace sentir a gusto. Me concentro más".

Dicha comodidad fue evidente desde el primer momento y fue lo que motivó a Hinch a hacer el ajuste en la alienación.

"Estaba hablando con Trey [Hillman, el coach de bateo de Houston] al respecto y le dije, '¿Crees que sea demasiado pronto?", recordó Hinch. "Sentíamos que estaba listo".

Desde el punto de vista de Hillman, la decisión se debe a más que el simple hecho de que Correa estaba dando hits. El club también quedó impresionado con la forma en que el novato afronta los turnos al bate.

"El balance en el plato, la manera en que deja pasar los pitcheos secundarios y su habilidad para reconocer los lanzamientos fueron lo que vi", dijo Hillman. "Está listo para atacar cuando el pitcheo está dentro de la zona [de strikes] y para detenerse cuando no lo está. Es un muchacho bien impresionante".

Ya nadie está cuestionando la decisión de elegir a Correa en el draft hace tres años.

"Tiene posibilidades de ser especial", dijo Hillman. "Muchas personas que estaban con los Astros antes de llegar yo merecen mucho crédito por esa decisión".

Correa, quien tenía apenas 17 años de edad cuando firmó su primer contrato profesional, no aflojó en ningún momento en los 288 juegos que disputó en ligas menores. Su promedio fue de .313 con 28 jonrones, 84 dobles, 14 triples y 199 remolcadas.

Cuando recibió la llamada para unirse al equipo grande para una serie ante los Medias Blancas en Chicago la semana pasada, Correa se sentía listo, física y mentalmente.

"Mi manager en Doble-A [Rodney Linares] me dijo que es la misma película en todos los niveles, simplemente un teatro distinto", expresó el oriundo de Ponce. "Quieres divertirte a diario, juegues donde juegues. Y cuando llegas a Grandes Ligas, quieres quedarte el mayor tiempo posible".

Es apenas un comienzo, pero Correa da la impresión de que llegó para quedarse, aunque trata de no minimizar lo que se requiere para ser ligamayorista.

"Definitivamente no es fácil", dijo. "Es un reto diario. Trabajo duro, pongo atención y espero lo mejor".