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Castillo contento de poder jugar más en los Diamondbacks

PHOENIX - Todos saben que el béisbol profesional es un negocio. Pero hay un pelotero en particular que ha vivido esa realidad en carne propia desde el invierno del 2014-15 y, sobre todo, durante las últimas tres semanas.

Después de ser receptor titular de los Cachorros tanto en el 2013 como el 2014, Welington Castillo vio cómo el equipo de Chicago lo bajó de tal posición al adquirir al venezolano Miguel Montero y a David Ross. Y aunque la escuadra de Joe Maddon mantuvo al dominicano en el roster activo para iniciar el 2015, ya se sabía que los días del cátcher en la Ciudad de los Vientos estaban contados.

Desde el 19 de mayo, Castillo ha sido cambiado de los Cachorros a los Marineros y luego de Seattle a Arizona, donde ahora debe de tener una auténtica oportunidad de enseñar lo que puede brindar con el tiempo de juego indicado.

"Me he dado cuenta en las últimas dos, tres semanas que esto es un negocio y que uno nunca sabe dónde va a parar", le dijo Castillo a LasMayores.com. "Pero en realidad me siento muy a gusto, me siento muy bien de estar aquí con los Diamondbacks. Tienen muy buen grupo de muchachos jóvenes y veteranos, un buen mix (buena mezcla). A lo que yo vine, jugar duro y ayudar al equipo a ganar juegos".

Castillo, quien por el momento compartirá la receptoría de los Diamondbacks con el veterano Jarrod Saltalamacchia-ambos fueron adquiridos debido a las lesiones de Tuffy Gosewisch y Gerald Laird-no ha tardado en causar un impacto positivo en Arizona. En apenas su segundo partido con el club, el oriundo de San Isidro, R.D. conectó jonrón el sábado frente a su compatriota Bartolo Colón para marcar la diferencia en una victoria de los Diamondbacks sobre los Mets. Además, en esos dos encuentros durante el fin de semana vs. Nueva York, los lanzadores de Arizona permitieron solamente tres carreras en un total de 18.0 entradas con Castillo detrás del plato.

"Espero que eso se mantenga así, porque yo tomo eso muy personal, el ayudar a los pitchers", comentó Castillo al respecto. "Siempre he dicho que si ellos hacen un buen trabajo, yo lo hice también".

El dirigente de los Diamondbacks, Chip Hale, relató a los reporteros que el "gurú" de los lanzadores en la organización, el legendario ex coach de pitcheo Dave Duncan-quien fue cátcher durante su carrera como ligamayorista-elogió la forma en que Castillo supo manejar diferentes situaciones con los abridores Jeremy Hellickson y Chase Anderson en los juegos contra los Mets. Y de su parte, el mismo piloto se llevó muy buena impresión de su nuevo receptor.

"Hizo un gran trabajo", dijo Hale. "Teníamos un scouting report que nos indicaba que él podía manejar nuestro cuerpo de lanzadores".

AHORA VENDRÍAN MÁS TURNOS
Antes de llegar a Arizona, Castillo había recibido apenas 75 oportunidades con el madero entre los Cachorros y los Marineros. Y eso fue después de disputar más de 100 juegos las dos temporadas anteriores con Chicago.

Los Cachorros claramente querían renovar la dinámica de su receptoría con veteranos como Montero y Ross, movimientos precipitados en parte por el declive en los números ofensivos de Castillo del 2013 (.274 de promedio, .349 de porcentaje de embasarse y .397 de slugging) al 2014 (.237/.296/.389). Pero a sus 28 años, Castillo aún confía en que puede ser un receptor titular a nivel de Grandes Ligas.

Ahora, después de dos meses de temporada prácticamente perdidos, el dominicano se expresa bien positivo con esta nueva oportunidad.

"Sé que mi ofensiva va a venir", dijo. "Es muy difícil batear con pocos turnos, pero estoy trabajando fuerte para eso".

Agregó Hale: "Sabíamos que podía batear. Con más turnos, creemos que responderá al bate".

POR UN NUEVO COMIENZO
Castillo reconoce que le tomó por sorpresa la noticia de la llegada a Chicago de Montero y Ross, pero también afirma que para él esa situación ya quedó en el pasado y que se ha repuesto en ese sentido.

"Sí me chocó un poquito, no te voy a mentir", expresó el receptor, reunido ahora en el desierto con su compueblano Rubby de la Rosa. "Pero al mismo tiempo entendí que es un negocio. Uno no juega solamente para un equipo, sino para todos los equipos que están mirando a uno.

"Nunca he perdido el hambre. Siempre estoy hambriento de jugar. Me siento muy joven y en salud, gracias a Dios. Voy a jugar como siempre he jugado, fuerte, para dejar que mis habilidades hagan su trabajo".