Colegas en la cabina de transmisiones lamentan la ida de Felo Ramírez

22 de agosto de 2017

Con la partida del cubano Rafael "Felo" Ramírez, el béisbol perdió a un gigante del micrófono, un ícono internacional que ayudó a propagar el juego alrededor del globo terráqueo durante seis décadas.
Ahora, el mundo del deporte llora su partida, pero también recuerda y celebra la vida de este miembro del Salón de la Fama que falleció el martes a los 94 años. 
"Fue un gran amigo mío. Yo lo quería muchísimo porque era una persona muy dulce, muy gentil y además un gran narrador", dijo el narrador en español de los Dodgers, el ecuatoriano Jaime Jarrín, también miembro del Salón de la Fama y quien sirvió como traductor de Ramírez durante su discurso de exaltación en Cooperstown en el 2001. "La gente tiene que saber que era un maestro de las transmisiones de béisbol y un caballero. Era extremadamente conocido en el mundo y una de las voces más reconocidas del deporte. Era alguien muy especial que hará mucha falta".
Ramírez nació en Bayamo, Cuba, y creció escuchando juegos de pelota en la radio. En 1945, el padre de Ramírez estaba convencido de que su hijo podía ser un gran abogado, pero los amigos de "Felo" lo convencieron a solicitar un trabajo con Radio Salas en La Habana.

El resto es historia. 
Ramírez fue nombrado poco después el mejor narrador en Cuba en 1945 y fue la principal voz en la isla hasta 1961, cuando dejó su país después de la llegada de la revolución de Fidel Castro.
"Fue mi mentor, mi ídolo y un segundo padre para mí", dijo el narrador en español de los Angelinos, Amaury Pi-González, de 72 años, que al igual que Ramírez nació en Cuba. "Yo solía escucharlo narrar los juegos de la liga invernal cubana, le daba la vuelta a un palo de escoba y me ponía a imitarlo. Tengo el corazón partido. Siento como si hubiese perdido una parte de mí hoy".

A partir de 1951, Ramírez trabajó junto al argentino Eloy "Buck" Canel en la Cabalgata Deportiva Gillette de NBC, transmitiendo importantes eventos deportivos alrededor del mundo para Latinoamérica. Junto a Canel, narró 31 de las siguientes 32 Series Mundiales. Sólo se perdió la de 1961, porque Castro no lo dejó salir de la isla. Ramírez dejaría pronto Cuba por su cuenta.
Juntos, Canel y Ramírez narraron el juego perfecto de Don Larsen por los Yankees en la Serie Mundial de 1956 y el hit 3,000 de Roberto Clemente en 1972. La narración del dúo del jonrón 715 de Hank Aaron en 1974 fue enviado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown. Ramírez transmitió más de 40 ediciones de la Serie del Caribe.
"Yo empecé a escuchar a Felo en Ecuador, cuando tenía como 15 años", dijo Jarrín. "Lo oía en el show Gillette narrando la Serie Mundial y las peleas de boxeo con Buck Canel, tarde en las noches. Fue parte de mi vida por mucho tiempo. Por eso fue un honor tan grande para mí acompañarlo en Cooperstown. Merecía estar en el Salón de la Fama".

Canel fue honrado con el premio Ford. C. Frick en 1985, convirtiéndose en el primer narrador en español en ser premiado por el Salón de la Fama. Jarrín recibió el mismo honor en 1998 y Ramírez tres años después. 
"Las transmisiones de Felo y Buck me hicieron creer que era posible ser un narrador de Grandes Ligas", dijo Eleno Ornelas, voz en español de los Rangers. "Yo tenía ocho años, vivía en Juárez, México, y les decía a mi papá y mis amigos que yo iba a hacer lo que hacía Felo. Pensaban que yo estaba loco, pero fue mi inspiración y mi ídolo. Siento mucho su partida. Es una gran pérdida".
Ramírez comenzó a transmitir los juegos de los Marlins durante la temporada inaugural del equipo en 1993, y estuvo activamente cubriendo al equipo en casa y en la carretera hasta que se lesionó al sufrir una caída a finales de abril de este año en Filadelfia.

Los Marlins lo homenajearon con su propio bobblehead el 28 de mayo.
"Qué vida tan fantástica y bendecida tuvo", dijo el comentarista y narrador de los Angelinos, José Mota, quien ha narrado juegos en televisión y radio en español e inglés. "Poder haber hecho lo que amaba hasta el año de su muerte es notable de verdad y una muestra de lo que el béisbol, la audiencia, sus comunidades y los latinos significaban para él. Tuvimos mucha suerte de tener a Felo entre nosotros. Felo Ramírez fue un gran regalo para el deporte".