Con Goldy, San Luis asegura a su superestrella

23 de marzo de 2019

Desde que el dominicano Albert Pujols dejó San Luis para firmar con los Angelinos en diciembre del 2011, los Cardenales han estado contentos compitiendo sin una superestrella. El plan ha sido tener una aparentemente interminable fila de talento criado en casa poniendo temporadas sobre el promedio, dándoles producción y profundidad a lo largo del roster sin la necesidad de que un pelotero específico sea la estrella. Eso se complementa con cambios y agentes libres de nivel medio a medida que sea necesario. La idea es que no necesitas de una súper figura si eres lo suficientemente bueno en cada puesto de la nómina. Es como si cuando Pujols les dijo que no, los Cardenales decidieran que al fin y al cabo no necesitaban otra figura de ese calibre.

El plan funcionó por un tiempo, pero en cada una de las últimas tres temporadas, con Cachorros y Cerveceros dominando la División Central de la Liga Nacional y los Cardenales sin hacer mayores cambios, San Luis se ha quedado corto. Y ahora, ante la posibilidad de ver completarse su mayor sequía sin postemporada en 25 años, finalmente decidieron cambiar la estrategia y amarrar a su superestrella.

La extensión de cinco años y US$130 millones que le otorgaron los Cardenales a Paul Goldschmidt les asegura esa pieza central del lineup que no han tenido desde que Pujols se marchó. Añadiendo el contrato a los US$14.5 millones que le pagarán este año, San Luis va a pagar US$144.5 millones por lo que haga Goldschmidt entre los 31 y los 36 años.

La carrera de Goldschmidt empezó relativamente tarde para un jugador de su calibre. Sólo ha disputado 27 juegos más que Mike Trout, a pesar de ser cuatro años mayor. Eso no lo hace más joven, por supuesto, pero seguramente ese factor jugó un papel a la hora de buscar el mejor contrato mientras pudiera hacerlo y también ayudó a los Cardenales a mantener la cantidad de años del contrato en un número razonable.

De hecho, es difícil buscarle el lado malo a este contrato para los Cardenales, más allá de alguna lesión significativa de Goldschmidt. Las comparaciones con el contrato de Pujols sirven para demostrarlo, aun si se trata del peor escenario posible. Las campañas de Pujols entre los 31 y los 36 años fueron entre el 2011 y el 2016, la primera de las cuales la jugó en San Luis. Aunque Pujols no ha sido la superestrella con los Angelinos que fue en los Cardenales, aportó un valor considerable antes de desplomarse en los últimos dos años. En las seis temporadas entre los 31-36 años, dejó 19.9 de bWAR, a un ritmo de 3.3 por campaña.

Goldschmidt costará US$30 millones más que Pujols entre los 31 y los 37 años, pues los Angelinos cargaron con más dólares en los últimos años del contrato del quisqueyano. Pero el acuerdo de Pujols tenía otros cinco años y US$175 millones más después de los 37. Y a diferencia de Pujols, Goldschmidt no llegó a los 31 años con su producción en bajada, así fuese ligeramente. El OPS+ de Pujols empeoró cada año entre el 2008 y el 2011. Puso 148 OPS+ su último año en San Luis, que sigue siendo un gran número (y mejor que el 139 de Goldschmidt en el 2018, por cierto), pero para ese momento era el más bajo de su carrera. Sin embargo, Pujols no ha podido llegar otra vez a ese número en ninguna de sus campañas en Los Ángeles. Goldschmidt es más barato, está firmado por menos años y ha mostrado menos señales de declive. Es poco probable que baje como bajó Pujols. Y no hemos ni mencionado la inflación.

Goldschmidt, por su parte, asegura su primer gran contrato (2018 es el primer año en el que gana más de US$8.875 millones) y estará en el medio de un lineup de un equipo que nunca entra en reconstrucción y siempre piensa en octubre. Los Cardenales, a diferencia del equipo que lo cambió, esencialmente tratan de ganar la Serie Mundial cada año y al pagarle a Goldschmidt lo que le están pagando básicamente aseguran que ése seguirá siendo el caso al menos hasta el 2024.

El compromiso eleva algunas interrogantes sobre qué harán los Cardenales con Matt Carpenter, después de que su contrato expire en el 2020. Y básicamente asegura que San Luis dejará irse vía la agencia libre al dominicano Marcell Ozuna tras esta temporada. Pero siguen teniendo mucha flexibilidad para maniobrar. Los únicos jugadores que tienen asegurado estar en el roster para el 2024 son Goldschmidt y el torpedero Paul DeJong (presumiendo que los Cardenales ejerzan su opción por US$12.5 millones para ese año).

Los Cardenales tienen un montón de lanzadores jóvenes abriéndose paso en las menores, pero desde los días de Pujols y el fallecido dominicano Oscar Tavares, ha sido más difícil desarrollar a bateadores. La realidad es que es difícil encontrar una superestrella. Y, como han aprendido los Cardenales, es necesario contar con al menos una. Ahora ya tienen la suya.