OAKLAND -- Siete días después de que el huracán María azotara Puerto Rico, dejando destruida y sin electricidad a toda la isla, el cerrador de los Marineros Edwin Díaz finalmente pudo hablar con sus padres el lunes.
"Es la primera vez que los escucho", dijo Díaz, quien había escuchado de un primo el miércoles pasado que la familia estaba bien. "Tuvieron que manejar 25 minutos y usar el teléfono de otra persona para llamarme. Pero llamaron y estoy feliz. Me dijeron que todos están bien. Estoy contento de escuchar eso".
"Estaba esperando esa llamada", dijo el pitcher de 23 años. "Ahora estoy más relajado. Sólo estoy esperando que se acabe la temporada para ir a casa a estar con ellos".
Díaz está trabajando con el veterano receptor boricua de los Cardenales, Yadier Molina, para recolectar dinero y mandar comida y suministros.
Díaz dijo que la casa de su abuela fue afectada, pero que sus padres tienen un generador de electricidad y suficiente agua y comida por ahora, al menos.
"Quiero ir yo mismo a ver cómo está todo", dijo Díaz. "Quiero ver cómo está la familia de mi esposa. No hemos escuchado nada de ellos todavía. Ella quiere ir y yo quiero ir con ella a apoyarle y ver a su familia. Es muy duro. En verdad es algo muy fuerte".