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El oportunismo de Adrián revivió a los Dodgers en Juego 2 de la SDLN

LOS ÁNGELES - Está claro que la desafortunada acción de Chase Utley en segunda base contra Rubén Tejada fue la jugada que cambió el rumbo del Juego 2 de la Serie Divisional de la Liga Nacional entre Dodgers y Mets, pero eso solo fue el principio.

Tras aquel turno que comenzó con Howie Kendrick al plato, los Dodgers quedaron con el partido empatado, hombres en primera y segunda base, y un solo out en la pizarra de la parte baja de la séptima entrada.

Corey Seager fue el siguiente bateador, pero el jovencito - de gran noche defensiva - no pudo vestirse de héroe, cediéndole ese rol al jugador que menos le tiembla el pulso en dichas situaciones.

Adrián González llegó al plato, y con la cuenta 0-2 le conectó al relevista Addison Reed un doblete a lo profundo del jardín central, enviando de esa forma a la tierra prometida a Utley y Howie Kendrick, y dándole la ventaja que a la postre sería definitiva a los locales.

Todo eso pese a tener otra noche bastante complicada, ya que el primera base había sido ponchado por Noah Syndergaard en sus primeros tres turnos, y estaba de 7-1 en la serie (Jacob deGrom también lo retiró en tres ocasiones por la vía del chocolate el viernes por la noche).

"Para mí, gracias a Dios puedo mantenerme enfocado en cada turno y no me pongo a pensar en mis turnos anteriores", explicó el inicialista. "Estaba enfocado en buscar una recta al medio. Me lanzó tres strikes y pude ponerla en juego y nos dio las carreras".

Sin dudas, el pelotero de origen mexicano se vio beneficiado por enfrentar a un miembro del bulpén - y a un serpentinero sin una recta supersónica.

"El ajuste más grande fue no tener a alguien lanzando cambios de velocidad a 90 millas por hora", dijo con una sonrisa de oreja a oreja. "El único error que cometió Syndergaard hoy fue el cambio de velocidad en el primer lanzamiento de mi primer turno. Lo tomé porque había abanicado en mis primeros dos turnos. Ese fue el único lanzamiento que me dio para batear. Todo lo demás fue fuera del plato o lanzamientos que parecían strikes pero se caían del plato".

Vaya si les salió bien a los Dodgers, que luego agregarían una quinta carrera producto de otro doblete - de Justin Turner también ante Reed - para ponerle números finales al marcador.

Para González fue una noche parecida a la del viernes, cuando su único hit de la noche también terminó impulsando una carrera, la única de los Dodgers ante los Mets. Es por eso que sus compañeros saben que, sin importar lo mal que le esté yendo, el "Titán" nunca deja de ser peligroso.

"Si fuera un lapso de tres semanas me preocuparía pero no sucede muy seguido", dijo Zack Greinke sobre la momentánea sequía del nacido en San Diego. "Fueron solo dos juegos. De los dos equipos, él es el jugador que querría en una situación de RBI. Es el mejor en eso. Él también tuvo un RBI ayer en su único hit. Es ese tipo de bateador".

Yasmani Grandal coincidió plenamente con el abridor de los Dodgers, que lanzó siete entradas y acabó llevándose el triunfo.

"Pienso que entre él y Turner lo han estado haciendo el año entero", dijo el cubano sobre el oportunismo de González. "Son dos jugadores que le ponemos más interés a llegar a base cuando ellos vienen a batear".

Es por eso que el ex receptor de los Padres sabe exactamente en quién confiar a la hora de la verdad.

"Es el jugador que tú quieres tener con hombres en base", repitió. "Es un veterano y sabe cómo batear y cómo empujar carreras. Ha enseñado que lo puede hacer". Es así que González tiene tres veces más ponches (seis) que hits (dos) en la serie, pero los conectó en un momento crucial y los Dodgers se van para Nueva York con la serie está empatada.