Iván Rodríguez reunió muchos argumentos para el Salón de la Fama

6 de enero de 2017
Brandon Wade/AP

¿Rápido para aprender? Sin ninguna duda.
En la década en que estuvo en la cúspide de su carrera, todo sobre el receptor puertorriqueño Iván Rodríguez fue rápido.
Pies rápidos. Manos ágiles. Diligente al bate. Llegó a Grandes Ligas de manera apresurada.
Rodríguez, a quien se le puso de apodo "Pudge" luego de su firma con los Rangers, tenía tan sólo 19 años de edad cuando fue subido a las Mayores.
El cátcher puertorriqueño se unió a una franquicia que había jugado 30 temporadas divididas en dos ciudades sin avanzar ni una sola vez a la postemporada. El oriundo de Manatí militó por 13 campañas en Texas y llevó a los Rangers a ganar tres títulos del Oeste de la Liga Americana.
Eso no fue pura coincidencia.
Mientras la firma de Nolan Ryan y los canjes por el cubano Rafael Palmeiro y el dominicano Julio Franco pusieron la bola a correr, Rodríguez fue el hombre líder a cargo de transformar a los Rangers de una de las franquicias menos exitosas en Grandes Ligas a una que actualmente se encuentra entre las mejores clasificadas anualmente.
Considera esto: Los Rangers promediaban asistencia de 1.5 millones de fanáticos por temporada en la década antes de la llegada de Rodríguez en el 1991, y desde entonces, han registrado casi 2.6 millones de asistencia por campaña.
"Pudge" le demostró al área del Norte de Texas, cuya base de fanáticos se desvive por el fútbol americano, que podían ser apasionados tanto de los Rangers como de los Cowboys.
Rodríguez lo hizo en un parpadear de ojos y con un apetito insaciable para atrapar a los corredores en intento de robo. El 14 veces convocado al Juego de Estrellas fue un bateador de por vida de .296, pero fue su influencia en el frenar el correr de bases del oponente - incomparable en la era moderna - que define la excelencia que lo ha llevado hasta la boleta del Salón de la Fama.
Los resultados de la 73ra elección de la Asociación de Escritores de Béisbol (BBWAA, por sus siglas en inglés) al Salón de la Fama serán anunciados el miércoles, 18 de enero a las 6 p.m. ET en vivo por MLB Network con transmisión simultánea por MLB.com a partir de las 5 p.m ET.
¿Qué tal esto? Durante la temporada del 1999 cuando Rodríguez ganó el premio al Jugador Más Valioso del Joven Circuito, el receptor se robó sólo nueve bases menos (25) que los equipos que robaban las almohadillas cuando él estaba en la receptoría (34). Y sacó en out a 41 corredores. Eso es de locos.
Rodríguez, quien mide unos 5 pies con 9 pulgadas pero pesaba más de 200 libras, puso fuera al 46% de los corredores que intentaron robarle bases - porcentaje similar al de leyendas como Roy Campanella, Gabby Hartnett y Yogi Berra, y además fue superior al "Pudge" original, Carlton Fisk (34%).
El testimonio real a la presencia de Rodríguez detrás del plato era que pocos equipos se atrevían a retarlo. El boricua estuvo en la receptoría para 836.1 innings en el 2002 y enfrentó sólo 41 intentos de bases robadas - una por cada 20.1 innings.
No sólo eso, sino la reputación de "Pudge" para tirar detrás de corredores fue bien establecida luego de sus primeros años, ya que los corredores se despegaban de manera mínimas cuando él estaba detrás del plato.
Un manager de la Liga Americana estimó que Rodríguez les salvó a los Rangers una carrera por partido, porque los corredores eran muy asustadizos con él en la receptoría. A eso llamamos impacto.
Cuando Rodríguez dejó a los Rangers para firmar un contrato de un año con los Marlins en el 2003 - cuando en aquel entonces había preocupación de que sus rodillas pudiesen no permitirle estar en la receptoría para más de 100 juegos por temporada - fue con esperanza que el veterano en aquel entonces condujo al equipo de la Florida a ganar la Serie Mundial.
"Estábamos con una oportunidad grandiosa y especial de firmar a un jugador único", mencionó el propietario de los Marlins, Jeffrey Loria, sobre la firma, la cual fue oficializada a finales de enero. "Sentimos que para nuestro equipo, es un año especial, y una temporada especial, e Iván lo garantiza".
Y así fue. Rodríguez corrió hacia la lomita para abrazar a Josh Beckett luego de que el as blanqueara a los Yankees en el Juego 6 de la Serie Mundial. A eso le llamamos impacto.
Los Cachorros entrevistaron a "Pudge" antes de la campaña del 2003, pero decidieron realizar un canje por Damian Miller en lugar de firmar al receptor puertorriqueño. Rodríguez hizo que la franquicia se arrepintiera de esa decisión al impulsar 10 carreras en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional vs. Chicago.
Esta no fue la primera vez que una decisión con relación a Rodríguez conllevó mayores implicaciones en la postemporada.
Luego de tratar sin éxito de firmar a Rodríguez a una extensión multianual, los Rangers por poco canjeaban al boricua a los Yankees en el 1997.
El gerente general de los Rangers, Doug Melvin, sumó al cátcher Jim Leyritz mediante una negociación con los Angelinos el 29 de julio de 1997, lo cual pareció ser una versión previa del acuerdo con Rodríguez. Melvin y el GG de los Yankees Brian Cashman estuvieron en conversaciones que hubiesen enviado a Rodríguez a Nueva York a cambio del receptor novato Jorge Posada, quien en ese entonces era el suplente de Joe Girardi, antes de que Rodríguez decidiera tomar acción por sus propias manos.
En el último día de la fecha límite de cambios, Rodríguez entró a la oficina del presidente del club Tom Schieffer solo, aparentemente mientras su agente, Jeff Moorad, se encontraba de camino a Texas.
"Yo no quiero ser canjeado", le expresó "Pudge" a Schieffer. "Quiero quedarme aquí".
De inmediato negociaron una extensión, y como resultado, el boricua Posada jugó en seis Series Mundiales por los Yankees.
Rodríguez jugó con cuatro equipos luego de los Marlins, sin incluir un viaje de regreso a los Rangers en el 2009. Durante su estancia de cinco temporadas en Detroit, el veterano ayudó a los Tigres a alcanzar la Serie Mundial en el 2006.
Rodríguez jugó hasta dos meses antes de su cumpleaños número 40, retirándose luego de fungir como mentor del venezolano con los Nacionales en el 2011. 'Pudge" estuvo detrás del plato para más de 100 juegos en 17 de sus 21 temporadas en las Mayores, conectando 311 jonrones y remolcando 1,332 carreras.
Rodríguez nunca dio positivo a sustancias controladas ni fue relacionado con el uso de esteroides - al menos no fuera de la mención en el libro de José Canseco, "Juiced'. Aunque sí, su legado está un poco nublado en algunos lugares por interrogantes sobre qué habrá hecho.
Que así sea. Ese es el precio que todos los jugadores de la era de los esteroides tienen que pagar por no instar a los líderes de la Asociación de Jugadores a llegar a un acuerdo para ser sometidos a pruebas antes de que lo hicieran.
Algo que no puede ser cuestionado es que Rodríguez fue el primer gran jugador de cosecha propia de los Rangers que luchó por quedarse en la organización.
Rodríguez estaba terminando su carrera en otro lugar cuando Texas llegó a la Serie Mundial en el 2010 y el 2011. Pero la franquicia que Pugde dejó atrás nunca más será la misma que era antes de que él llegara.
Para mí, eso suena a un legado del Salón de la Fama.