A finales de noviembre, el receptor veterano Jorge Alfaro estaba bien consciente de que no iba a volver con los Marlins. Pero no estaba seguro a dónde iría hasta que recibió una llamada del presidente de operaciones de béisbol de los Padres, A.J. Preller.

“No te arrepentirás de esto”, Alfaro recuerda haberle dicho a Preller al enterarse de que había sido traspasado a San Diego (a cambio de una humilde cantidad de dinero en efecto.) “Daré lo mejor de mí”.

Los Padres definitivamente no están arrepentidos, pero quizás los Marlins sí. Discretamente, Alfaro ha tenido una temporada destacada en San Diego. El colombiano llegó al sábado con línea de .283/.320/.478 y ha demostrado poder, con cinco jonrones. Gracias a dicha producción, Alfaro se ha ganado tiempo de juego, ya que está viendo acción detrás del plato a la par del receptor Austin Nola.

Encima de eso, Alfaro ha sido elogiado en el clubhouse por su empeño y su vibra positiva. A la vez, ha mejorado a la defensa y ya no representa un punto débil detrás del plato. Y a los pitchers les encanta trabajar con él.

“Es una persona bien alegre todo y tiempo, y siempre pone atención”, expresó el diestro Craig Stammen. “Es un blanco bien grande, algo que siempre me ha gustado. Pero ha sido estupendo este año, conociendo a un nuevo cuerpo de lanzadores, una forma nueva de hacer las cosas como Padre. … Siempre lo vi como alguien que se esforzaba mucho y tenía muchas herramientas”.

Alfaro simplemente está cumpliendo con su promesa.

“Creyeron en mí”, señaló Alfaro. “Me dieron la oportunidad. No quiero darlo por hecho”.