José Reyes está contento de reintegrarse a los Mets

6 de julio de 2016

NUEVA YORK - El uniforme de José Reyes ya estaba listo cuando el dominicano llegó al Citi Field el martes: el número 7, como siempre. Reyes tenía previsto darle a Travis d'Arnaud un regalo por cederle el número; el receptor, quien es fan de la leyenda del fútbol americano Peyton Manning, eligió el número 18 como premio de consuelo.
En su primer día de regreso en Queens, Reyes también conversó con el antesalista David Wright, quien la semana pasada aplaudió a los Mets por firmar a quien fue su compañero de equipo por muchos años. Reyes habló también con el manager Terry Collins, quien lo incorporó al lineup como primer bate, y compartió con sus nuevos compañeros de equipo.
El miércoles, el quisqueyano dio su primer imparable vistiendo el uniforme de los Mets desde el 2011, un doble frente a los Marlins.
Reyes pidió disculpas por violar la política de abuso doméstica de MLB, motivo por el cual cumplió una suspensión de 51 juegos que hizo posible su regreso con los Mets.
"Lamento lo que sucedió", dijo Reyes. "Todo ser humano comete errores. Todos merecemos una segunda oportunidad en la vida. Quiero disculparme con mucha gente - con todo el que me sigue, con mi esposa, mi papá y mi mamá en la República Dominicana, toda mi familia, los fans que me siguen y hasta la gente que no me sigue. Sé que habrá gente que me odie. Lo entiendo. Como he dicho anteriormente, yo mismo me puse en esta situación. Pero la gente que me conoce sabe que en el fondo de mi corazón no soy este tipo de persona".
La segunda oportunidad de Reyes comenzó de manera oficial el martes, al día siguiente de que el gerente general de los Mets, Sandy Alderson, le informara a Collins que el veterano estaba en camino a la Gran Manzana. Luego de una breve estancia en ligas menores, Reyes se fue de 4-0 en su primer juego en el Citi Field y tuve su único chance defensivo en la tercera base en el octavo inning en un intento de robo, antes de disparar su doble del miércoles.
Sea como sea, Reyes se convirtió de inmediato en el centro de atención en Flushing, donde jugó del 2003 al 2011. Cuando salió al terreno a estirarse aproximadamente 15 minutos antes de que comenzara el juego, los fans lo aplaudieron. Cuando entró a la caja de bateo para su primer turno al bate, el quisqueyano recibió una ovación. Reyes respondió quitándose el casco como saludo y gesto de agradecimiento.
"Sentí como si hubiese sido mi primer juego en Grandes Ligas", dijo Reyes. "Fue bueno ver la reacción de los fans…me demostraron mucho cariño".
Reyes, de 33 años de edad, advirtió que no se debe esperar la misma producción que lo destacó la última década, en la que se robó 202 bases en un período de tres años. Pero el oriundo de Santiago sí cree que puede ser mejor jugador de lo que fue en Toronto y Colorado, donde tuvo un OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .709 entre las últimas dos campañas. Y los Mets consideran que Reyes encaja bien en su esquema defensivo, ya que es capaz de jugar en la antesala, la intermedia, el campo corto y el jardín central. La llegada de Reyes no relegará al venezolano Wilson Flores a la banca, sino que le dará a Collins oportunidades de usar a ambos jugadores en diferentes posiciones del diamante.
Con el tiempo se verán los resultados del experimento. El martes fue apenas el principio para Reyes, quien a pesar de conocer poco de los jugadores en el roster actual de los Mets, estuvo sujeto a chistes y bromas desde que llegó, según Collins.
"Se sentirá a gusto", expresó el piloto. "Es una buena adición. La sonrisa y la energía serán una adición allí dentro".
"Ni siquiera lo puedo explicar", dijo Reyes. "En cuanto llegué al estacionamiento, tuve una sensación distinta en mi cuerpo como, 'Wow, estoy aquí otra vez'. Estoy muy contento de estar aquí una vez más".