Juan Soto se ajusta a los rompientes y cambios

19 de abril de 2019

MIAMI – Hace algunos días, mientras se encontraban en la jaula de bateo, el coach de bateo de los Nacionales, Kevin Long, le proporcionó algo de información a Juan José Soto para ayudar a cuantificar la clase de pitcheos que el dominicano ha estado enfrentando en su segundo año en la Gran Carpa. Ningún otro bateador en las Mayores ha visto un porcentaje menor de rectas que Soto hasta este punto de la campaña, y hasta la tarde del jueves, Soto había visto una bola rápida apenas el 43.3% de las veces, la segunda cifra más baja en Grandes Ligas sólo detrás de su compatriota Eloy Jiménez de los Medias Blancas (43.0%).

Soto se mostró sorprendido en ese momento y habló acerca de la recta que el derecho de los Gigantes, Jeff Samardzija, le lanzó en el primer inning el miércoles, pitcheo que Soto depositó en las gradas del jardín derecho para un jonrón de dos carreras. 

“Había estado esperando ese pitcheo”, reconoció Soto, “durante un par de días”.

Los Nacionales estaban conscientes de que la liga se ajustaría a Soto tras la histórica temporada de novato adolescente del dominicano, durante la cual conectó las rectas a placer. El quisqueyano vio un 52.9% de rectas en el 2018 y bateó .350 con porcentaje de slugging de .695 ante ellas, comparado con .225 y slugging de .305 frente a otros pitcheos. Naturalmente, un ajuste estaba por venir, pero Soto no esperaba que fuera tan drástico.

Esto no significa que la segunda temporada de Soto en el Béisbol de Lujo esté teniendo un mal comienzo. Previo al encuentro del viernes en contra de los Gigantes, el dominicano tenía una línea de bateo de .262/.400/.492 con tres cuadrangulares, un arranque sólido pero un poco por debajo del nivel que demostró durante su campaña de novato. El promedio de ponches de Soto ha aumentado a 26.8% este año, superior al 20.0% en el 2018, y el jardinero ha batallado con lanzamientos rompientes, contra los cuales batea .200 con un porcentaje de slugging de .350.

“Me alegra de que esté sucediendo”, dijo Long. “Porque al final del día, el muchacho es tan bueno y tiene tanto talento que no me preocupa ni tantito. Sé que saldrá bien librado”.

De hecho, es la inexperiencia de Soto la que inspira la confianza de Long.

Con 20 años de edad, tras solamente 512 visitas al plato en las menores y un poco más de esa cifra en las Mayores, Long se da cuenta de que Soto ha visto una cantidad limitada de lanzamientos rompientes y cambios en su vida. La mayoría de las veces en el pasado cuando el muchacho reconocía un lanzamiento rompiente al momento de salir de la mano del lanzador, él sabía que el pitcheo probablemente iba a caer fuera de la zona de strike y era capaz de comprobarlo mentalmente. En las Grandes Ligas ése no es el caso. El punto débil que Long le ve a Soto es cuando recibe pitcheos rompientes o cambios de velocidad que terminan en la zona de strike.

Entonces, Long se remontó a los años cuando trabajaba con Derek Jeter mientras fungía como coach de bateo de los Yankees, puesto que sostuvo por ocho años.

“Jeter lo dijo un millón de veces: 'La única razón por la que soy un buen bateador de lanzamientos rompientes es porque he visto bastantes’”, relató Long. “Tengo 20 años de experiencia bateando lanzamientos en cambio de velocidad, ¿Cuánta experiencia tiene Juan Soto? El muchacho apenas tiene 20 años de edad”.

Para ayudar a Soto en ese sentido, los Nacionales están haciendo que el dominicano vea una gran cantidad de lanzamientos rompientes y cambios de velocidad durante sus sesiones de práctica de bateo: Cien curvas el martes, 100 sliders el miércoles y 100 cambios el jueves.

“Lo que básicamente estamos tratando de hacer es acelerar su proceso de aprendizaje”, indicó Long.

Long ya tiene experiencia impartiendo este tipo de ejercicios de bateo con toleteros jóvenes, pero el instructor reiteró su confianza en que Soto pueda salir adelante en poco tiempo. Su swing es tan bueno y Long ha elogiado en varias ocasiones la extraordinaria capacidad del dominicano para hacer ajustes en la caja de bateo.

Y con cada día que pasa, Soto se siente más cómodo viendo lanzamientos rompientes y cambios de velocidad.

“Un poco, pero estamos trabajando para mejorar”, aseguró Soto. “Nunca había visto tantos [pitcheos rompientes] y ahora me estoy acostumbrando a ellos. He visto bastantes ahora, uno tras otro, tras otro. Sólo toca esperar y confiar en el proceso”.