Justice: Boone tiene las cualidades para dirigir a los Yankees

2 de diciembre de 2017

En una ocasión, Aaron Boone aceptó una reducción de salario de US$1 millón porque no estaba satisfecho con la manera en que estaba jugando. ¿Alguna otra pregunta sobre su profesionalismo, resiliencia, agallas y responsabilidad?
Esto es sólo una probadita de lo que usted conocerá acerca del alegado nuevo capataz de los Yankees de Nueva York en los próximos años. Seguro, se trata de una contratación poco convencional debido a que Boone, de 44 años de edad, nunca ha sido coach o dirigido a un equipo en cualquier nivel.
Por otro lado, si usted está buscando el prototipo de lo que un manager de MLB debe ser en 2018, éste podría serlo. Es un hombre inteligente. Le cae bien a todo mundo. También es la tercera generación de una familia de peloteros quien ha pasado toda su vida alrededor del juego.
En esta era de béisbol, cuando los managers deben coordinar una avalancha de información, es bien importante la habilidad de comunicarse con los jugadores y asegurarte de que sepan que estás de su lado. Boone puede hacer todo esto.
Esto significa que cualquier jugador que esté bateando de primero o séptimo en el orden o no se encuentre en el lineup, debe creer que la decisión fue hecha pensando en primero el equipo.
Boone jugó bajo las riendas de Jack McKeon y Joe Torre, dos capataces duros y exigentes, pero también comprensivos. También jugó para su padre, Bob, quien le enseñó lecciones importantes acerca de lo que puede ser y no puede ser tolerado en un clubhouse.
Hay cosas que Aaron Boone no puede saber acerca del puesto de piloto porque, bueno, nunca ha estado ahí. La manera en que lidie con las presiones diarias del puesto y el escrutinio que conlleva dirigir a los Yankees, el manejo de un bullpen, etc., el no contar con experiencia dirigiendo en las menores o como miembro de un cuerpo de instructores lo podrían preparar para esa parte del trato.
El gerente general de los Yankees, Brian Cashman, ayudará a su nuevo timonel rodeándolo con un experimentado cuerpo de coaches para asistirlo en su proceso de crecimiento.
El muchacho nació para esto. Su abuelo, Ray, jugó por seis equipos en 13 campañas. Su padre, Bob, vio acción en 2,264 juegos y dirigió en 815. El hermano de Aaron, Bret, jugó 14 campañas y fue convocado al Juego de Estrellas en tres ocasiones.
¿Aaron? Ha visto el juego desde lo más alto y ha tocado fondo también. Conectó uno de los jonrones más famosos en la historia de los Yankees, pero también lidió con una gran cantidad de lesiones en su rodilla, fracturas, conmociones, cambios y despidos.
"He tenido un gran viaje", dijo Boone en el ocaso de su carrera. "No cambiaría nada de ella. Todo es parte de quién soy como persona. He hecho muchos buenos amigos. Tengo una gran familia. Soy un hombre afortunado".
Hasta este momento, su carrera se ha definido por un sorprendente jonrón, pero para quienes jugaron junto a él, lo dirigieron y lo conocieron de cerca, Boone trazó un camino de bien.
Cuando Boone se desgarró una rodilla jugando baloncesto en el receso de temporada, les dijo a los Yankees exactamente lo que sucedió. Esa clase de honestidad le costó millones.
Y luego pasó aquella vez que estaba jugando tan mal en Cleveland que aceptó una reducción de US$1 millón en su salario.
"Crecí con mi padre llevándonos a los parques de pelota", recordó. "Estuve rodeado de grandes jugadores. Yo sólo quería ser un buen jugador y pasar a siguiente nivel".
Ahora hablemos de aquel jonrón - un tablazo en el 11mo episodio del Juego 7 en contra de los Medias Rojas para ganar la Serie de Campeonato de la Liga Americana por los Yankees en 2003.
"Traté de distanciarme de eso por mucho tiempo", dijo Boone. "No me agradaban las preguntas, especialmente mientras jugaba para otros equipos [Indios, Marlins, Nacionales]. Traté de sacarle la vuelta a ese tema.
"Ahora aprecio y me doy cuenta de lo genial que fue haber sido parte de ese gran momento. La gente me conoce por ese jonrón, y cuando estoy en un restaurante o en un aeropuerto, la gente quiere hablar de ello. No me molesta. Este es un gran deporte. Me siento orgulloso de haberlo jugado".