Los Gigantes volvieron a mostrar su temple de campeones

3 de octubre de 2016

SAN FRANCISCO - Si usted quiere ver a los Gigantes de San Francisco jugar su mejor pelota, no tiene que hacer otra cosa que ponerles una soga al cuello o colocarlos contra la pared. Así lo hicieron una vez más - y tal vez no la última en el 2016 - en una recta final angustiosa para ellos al avanzar a la postemporada por cuarta vez en siete años y por 26ta ocasión en la historia de la franquicia.
Golpeados casi hasta el nocaut en una devastadora segunda mitad tanto en casa como en diamantes ajenos, luego de un fabuloso récord de 57-33 antes del Juego de Estrellas, los Gigantes casi, casi, casi se quedaban sin el placer de acudir al baile beisbolero de octubre.
Capaces de ganar cuatro juegos al hilo -incluyendo una barrida sobre sus archirrivales Dodgers de Los Angeles- por única vez en la segunda mitad de la campaña, los Gigantes utilizaron precisamente esa racha para dejar fuera a los Cardenales de San Luis en la lucha por el Segundo Comodín de la Liga Nacional.
"Esa es nuestra manera de jugar, necesitamos tener las espaldas contra la pared", proclamó un totalmente empapado dirigente de los Gigantes, Bruce Bochy, mientras su equipo celebraba en los vestidores de la novena de Naranja y Negro. "No querían [sus peloteros] tener que viajar a San Luis para un desempate el lunes".
Bochy subrayó la importancia de la barrida frente a los Dodgers. Sin ella, los Gigantes hubiesen necesitado medirse a los Cardenales, que también ganaron cuatro encuentros al hilo, pero cayeron con las botas puestas al no avanzar a los Play-Offs por primera vez desde el 2010.
"Esto es especial, todo lo que desea uno es una oportunidad", manifestó el dirigente de los campeones de la Serie Mundial en el 2010, 2012 y 2014. "Nuestra meta era ganar el Oeste de la Liga Nacional, pero hubiera sido [quedar eliminados tras una fabulosa primera mitad de la campaña] una píldora bien dura de tragar.
"Este es un juego extraño", agregó Bochy, ladeando la cabeza. "Sentí que necesitábamos ganar a lo largo del fin de semana. No podíamos esperar ayuda de nadie [los Piratas de Pittsburgh]. Los muchachos se encargaron del asunto. Yo no dije nada. Me salí de sus caminos por la forma como jugaron en estos últimos tres días. Contestaron a la campana a la hora buena. Por eso estoy tan orgulloso de ellos".
Una fenomenal actuación en los tres juegos finales de los abridores zurdos , el novato y frenó en apenas cuatro carreras en total a la ofensiva de los campeones del Oeste de la Liga Nacional, pero a lo mejor los Gigantes se hubieran quedado con las ganas de beber champaña de no ser por la fabulosa actuación del tercera base suplente .
"Qué trabajo hizo con el bate y en la tercera base -incluyendo meter todo el cuerpo en el foso de los camarógrafos en plena carrera, cayéndose aparatosamente y emergiendo del mismo con la bola en la mano-", elogió Bochy de Gillaspie. "[El dominicano] Eduardo Núñez fue una baja enorme, por todas las cosas que hizo por nosotros, pero Conor sacó la cara a lo grande cuando más lo necesitábamos".
Ahora le espera a los Gigantes una cita entre los dos Wild Card el miércoles en Nueva York, con Bumgarner en la lomita frente al sensacional derecho por los Mets.
"Todos sabemos lo que hace Madison en juegos [cruciales] como esos", enfatizó Bochy. "Hubiera estado feliz de usar a cualquiera de los dos [incluyendo al dominicano ]. Ellos [los Mets] también cuentan con tremendo abridor. Va a ser un buen enfrentamiento".
Mientras Bochy trataba de ponerse en paz con sus emociones, sentado en su oficina como si se le hubiera quitado un enorme peso de encima, el tradicional baño de champaña, algarabía y música, unía en una fantástica fiesta a su equipo.
"Esto es un testimonio de todos nosotros", declaró el veterano relevista de ascendencia mexicana . "Para mí, ha sido un año de altibajos, incluyendo volver de una lesión. La confianza que te tienen [al convertirlo de nuevo en cerrador a última hora] te hace sentir mejor de lo que realmente eres.
"Ahora tenemos la oportunidad de bailar y nos gusta nuestro chance", señaló el poseedor de una de las sliders más efectivas de la Gran Carpa. "A cualquier equipo le gustaría contar con Madison en un Play-Off de un solo juego. Es difícil no tener confianza".
El dominicano , que salvó 31 juegos en el 2016, pero fue sustituido como taponero en las semanas finales por un "cerrador por comité" y posteriormente por Romo, enfatizó que siempre estuvo seguro de que los Gigantes pudieran llegar bien lejos e inclusive pronostica que la novena ganará de nuevo el Clásico de Octubre.
"Me siento bien feliz y bien contento y la meta es ahora ganar la Serie Mundial para celebrar", expresó Casilla. "Romo está lanzando muy bien. Dios trabaja de manera maravillosa".
Por su parte, el jardinero izquierdo boricua Ángel Pagán, que cerró la temporada regular a todo vapor, se quitaba momentáneamente los anteojos protectores "anti-champaña" para manifestar el orgullo que siente por acudir de nuevo con su equipo a los Play-Offs.
"Contamos con un sentido de lo urgente para salir a flote cuando lo tenemos todo en contra", analizó Pagán. "De eso se trata este equipo. Nunca tomamos nada por seguro. Y ahora nos sentimos mejor que nunca por la forma como hemos estado jugando recientemente".
Confundido en el abrazo de una de una de sus hijitas, las palabras del estelar paracorto pusieron en su justa perspectiva el éxito obtenido por San Francisco luego de una segunda mitad para el olvido.
"Una derrota es una derrota, pero uno tiene que saber borrarla para tratar de ganar al siguiente día", puntualizó Crawford. "Tenemos mucha experiencia y hemos probado que podemos ganar en la postemporada. Nos sentimos bien, hemos estado allí antes.
"Ahora vamos contra un gran equipo y un gran pitcher [Syndergaard], nos vamos a divertir bastante", concluyó el shortstop, que compartió el codiciado Premio WillieMac, dado anualmente por todo el equipo en honor al legendario Willie McCovey, con el relevista boricua Javier López en el 2016.