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Los Mets y sus fans aún tienen motivos para estar optimistas

Para los fanáticos de los Mets, el futuro ha llegado. Pocos equipos tienen un porvenir más brillante. Así se construyen los equipos campeones.

Es verdad que a los Mets les hace falta ofensiva, como también es cierto que el proceso de reconstrucción ha demorado mucho. Pero hay buenas noticias.

A pesar de todos los contratiempos, los Mets se encuentran a 3.5 juegos del primer lugar en el Este de la Liga Nacional y a 2.0 del segundo Comodín del Viejo Circuito.

No obstante, el panorama aquí es más amplio.

Con su impresionante debut de Grandes Ligas el domingo, Steven Matz envió un mensaje. Esos cuatro abridores de los Mets - Matt Harvey, Jacob deGrom, Noah Syndergaard y Matz - forman un joven cuarteto con pocos iguales.

Si los Mets aún están en la pelea en septiembre, será muy divertido. El equipo de Queens está a las puertas de una época especial con esos muchachos. Y aunque tienen huecos en el lineup, ahora mismo no hay ningún jugador disponible que amerite un canje por ninguno de ellos.

Por lo tanto, mientras algunos columnistas y presentadores de televisión piden a gritos que el gerente general de los Mets, Sandy Alderson, haga algún movimiento, hay jugadores que siguen siendo intocables. Una cosa sería que un equipo contendiente se interesara por Bartolo Colón. Pero si la conversación se trata de uno de los jóvenes, olvídenlo.

A menos que los Mets se convencieran de que un jugador pudiera catapultarlos a los playoffs - algo que no sucederá - Anderson hará lo correcto y buscará soluciones dentro de la organización y piezas a buen precio.

Si dejamos todo a un lado, en esta temporada ha incidido mucho la mala suerte. Todo equipo sabe que sus planes dependen de la salud.

Muy pocos equipos - quizás solamente los Cardenales y los Dodgers - tienen la profundidad suficiente para resistir una ola de lesiones.

¿Dónde estarían los Mets si hubieran contado con un David Wright en salud?

En el Día Inaugural, Nueva York lucía una ofensiva bastante sólida. Su optimismo se debía en parte al desarrollo de Travis d'Arnaud, el dominicano Juan Lagares y Lucas Duda, al igual que la adquisición de Michael Cuddyer. También creían que Granderson se beneficiaría de la contratación de Kevin Long, quien había sido su coach de bateo cuando ambos estaban con los Yankees. Y con Wright y Harvey sanos, los Mets se creían capaces de competir con cualquiera.

No eran mejor equipo que los Nacionales, pero los Mets parecían estar en posición de ponerles presión a los capitalinos hasta septiembre. Aun podría darse el caso. Tomando todo en cuenta, los Mets deberían estar encantados de estar a 3.5 juegos del primer lugar.

Wright, d'Arnaud y Murphy han pasado tiempo considerable en la lista de incapacitados. Granderson no tuvo un buen comienzo. Cuddyer, quien abandonó el partido del martes por una lesión en la rodilla izquierda, no ha podido compensar las bajas en el lineup.

Los Mets anotaron dos carreras o menos en 15 de sus juegos en el mes de junio y tuvieron marca de 3-12 en dichos partidos.

Por lo tanto, Alderson está siendo agresivo a la hora de buscar piezas que puedan ayudar al club. Pero con tantos equipos en la pelea o cerca de poder estarlo, hay pocos jugadores de impacto disponibles en el mercado de cambios.

Los Dodgers seguramente escucharían ofertas por Carl Crawford. También sería posible adquirir al dominicano Aramis Ramírez, Melvin Upton Jr., Ryan Howard, Allen Craig o al venezolano Martín Prado. Parece probable que Alderson agregue alguna pieza.

Pero el ejecutivo no se desprenderá de ninguno de los cuatro brazos jóvenes que se perfilan como el núcleo lo que podrían lograr los Mets en los próximos años. Viéndolo de esa manera, sobran motivos de optimismo en Queens.