Los prospectos venezolanos, con grandes obstáculos en su país, sueñan en grande

23 de febrero de 2018

SANTO DOMINGO - El anunciador interno del Estadio Quisqueya apagó la música festiva.
El sonido en la tribuna se esfumó y el enfoque se centró en los 60 prospectos internacionales que estaban parados sobre las líneas de primera y tercera base.
"Por favor, vamos a hacer un minuto de silencio en honor a Ronald Jiménez de Venezuela, un ex prospecto que ya no está con nosotros. Descansa en paz", dijo el anunciador.
Treinta minutos después, y a menos de 24 horas de que su hermano mayor, Ronald, fuese asesinado en Venezuela, Carlos Jiménez se subió a la loma. El derecho otorgó boletos a cuatro de los seis bateadores que enfrentó, pero nunca se rindió, atacando con su recta de más de 85 millas por hora a cada contrincante.
Muchachos batalladores como Jiménez sirven para recordarle al mundo del béisbol que este deporte sigue floreciendo en Venezuela, y que con la crisis política y económica que atraviesa el país quizás sea más importante que nunca. Veintidós de los prospectos que compitieron en esta prueba anual para promesas vinieron del país suramericano.
"Es un momento bien difícil para mi familia, pero estoy aquí para hacer mi trabajo. Ojalá me puedan firmar", dijo Jiménez, de 15 años. "He estado esperando por momentos así toda mi vida, así que tengo que aprovecharlos. Tengo el béisbol en la sangre y esto es lo que voy a hacer. Nada puede detenerme".
El hermano de Carlos, Ronald, firmó con los Mellizos como jugador del cuadro en el 2010, pero fue dejado en libertad al año siguiente tras una corta estadía en la Liga de Verano de la República Dominicana. Los Jiménez son parientes del jardinero de los Cardenales y también venezolano José "Cafecito" Martínez. El miércoles, un compañero de Martínez en San Luis, el lanzador dominicano Carlos Martínez, le envió un video al adolescente ofreciéndole sus condolencias y unas palabras de aliento.
"Carlos Martínez es mi ídolo", dijo Jiménez. "Lloré viendo el video. Estoy muy agradecido con él y mi primo. Él no tenía que hacer eso, pero sé que quieren lo mejor para mí".
En general, hay muchas esperanzas puestas sobre estos adolescentes venezolanos.
Además de Jiménez, los lanzadores derechos Richard Gallardo, Luis Carrasco y Abraham Calzadilla - junto a los receptores Diego Cartaya, Antonio Gómez y Francisco Álvarez - destacaron en el evento de MLB. Los campocortos Misael Urbina y Miguel Droz lucieron con el guante, y el jardinero Gabriel Martínez demostró poder al bate durante los dos días de acción.
Los jóvenes venezolanos fueron elegidos el mes pasado durante una prueba en Colombia y también durante una en Aruba en noviembre. Los eventos se realizaron fuera de Venezuela debido a la situación en dicho país.
"Esta competencia es buena para nosotros", dijo Cartaya. "Estar aquí en el mismo equipo con muchachos de Colombia y Brasil y otros lugares fue tremenda experiencia. Enfrentar a pitchers cubanos y jugar contra los dominicanos ha sido divertido. Todos tenemos la misma meta: ser buenos peloteros y llegar a las Grandes Ligas".
Un total de 389 prospectos de Venezuela han sido firmados durante el actual período de firmas internacionales que empezó en verano pasado. Podría haber aún más cuando inicie el próximo lapso el 2 de julio de este año.
Los números demuestran que buscar talento en Venezuela sigue siendo una prioridad. Los Astros, Rays, Filis, Rockies, Cachorros y Tigres siguen teniendo una presencia fuerte en el país.
Sin embargo, trabajar en Venezuela conlleva una serie de retos particulares, incluso para los locales. Algunos entrenadores venezolanos utilizan guardias armados para proteger sus instalaciones, y muchos han sido impactados por la escasez de alimentos y otros bienes que azota al país. Un grupo de los mejores entrenadores representando las cuatro regiones más grandes de Venezuela combinaron esfuerzos recientemente para promover el juego, ocupándose además de algunos de los problemas del país.
"Es un momento único, porque nuestro país nunca ha estado peor y nuestro béisbol nunca ha sido mejor", dijo Alexis Quiroz, de AQ Sports Agency y quien representa a Cartaya. "Los jugadores que nosotros tenemos son igual de buenos que los otros muchachos, pero viven en un país que está enfrentando una situación que los otros muchachos no enfrentan".
Quiroz indicó que no es raro que los padres les pidan a los entrenadores que se lleven a sus hijos vivir con ellos. Creen que el deporte les brindará la oportunidad de un mejor futuro, y más importante, la posibilidad de recibir tres comidas al día. Las academias más grandes del país también alimentan a las familias de los peloteros y donan comida a los jugadores que al final no aceptan.
"Estos muchachos no están firmando con la idea de recibir un gran bono. Están firmando para conseguir dinero y poder comprar comida para su familia", dijo Quiroz. "Uno pensaría que los muchachos sienten esa presión, pero el béisbol es divertido y los protege de todo lo que pasa a su alrededor. Eso es todo lo que piensan. El béisbol es un lugar seguro para ellos. Es aquí donde son más felices".