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Los Yankees no quieren excederse en la agencia libre

Los Yankees ya comprenden cómo funcionan las cosas. Valoran la versatilidad. Se enfocan en la defensa. Están evitando caer en los abismos de presupuesto que han afectado al equipo en el pasado la firma de lanzadores a largo plazo. Han reforzado su grupo de prospectos que hace un tiempo no daba frutos.

Es posible que esta temporada muerta sea un poco tarde para priorizar estas cosas, pero es mejor tarde que nunca. Y pese a que estas prioridades no hacen de los Yankees una potencia en el 2015, les será de ayuda a largo plazo.

De todas maneras, luce un poco raro. Obviamente los Bombarderos no están descartando sus posibilidades para la próxima temporada, y la División Este de la Liga Americana -- como en la mayoría de las Grandes Ligas últimamente -- luce tan impredecible que por ahora, todos los clubes deben ser tomados en cuenta. Hasta los renovados Rays se incluyen en la lista.

Pero después de perderse la postemporada en dos temporadas consecutivas, es sorprendente el control y la calma que ha demostrado el gerente general de Nueva York, Brian Cashman, en el mercado de los agentes libres, sin importar las lecciones que haya aprendido en los últimos años. Las expectativas siempre son muy altas, por tratarse de los Yankees.

Y a pesar de todo, los Yankees no han caído en el mercado por Max Scherzer, ni han sido mencionados como pretendientes a los servicios de James Shields o Cole Hamels. Y para los seguidores de los Yankees, ésas son buenas noticias para el 2017, 2018 y 2019. Los directivos del equipo hasta lucirían como unos genios en el 2015.

Simplemente es un poco extraño ver a los Yankees proteger su futuro a cambio del presente. Porque el presente no luce muy competitivo.

Entonces, ¿qué necesitarán los Yankees para lograr un repunte la próxima temporada?

La respuesta que este club da, como está armado ahora, es que principalmente depende de dos conceptos -- un bullpen que con frecuencia preserve ventajas a finales de los juegos y una defensa que mejoró drásticamente tras la primera mitad del 2014.

Sin embrago, aquellas respuestas generan otras interrogantes: ¿Podrá la ofensiva dar ventajas para que ese bullpen las proteja? ¿Podrán los abridores de los Yankees mantenerse en salud para aprovechar la defensa detrás de ellos?

El panorama con los bates no parece estar muy claro, al igual que el año pasado. Ahora, en el 2014, la ofensiva dependerá de que algunos veteranos (Mark Teixeira, Brian McCann, Chase Headley, Brett Gardner, Jacoby Ellsbury, el puertorriqueño Carlos Beltrán, Garrett Jones y posiblemente Alex Rodríguez) produzcan con la consistencia de antes. El 2014 demostró que eso fue algo bastante difícil. Tampoco parece que sus importantes refuerzos (el torpedero Didi Gregorius y el infielder Stephen Drew) vayan a ayudar mucho a la alineación.

De todas maneras, el lado positivo es que con tres bateadores ambidextros (Teixeira, Headley y Beltrán), además de la flexibilidad en el medio del cuadro y con el bateador designado, los Yankees deben de tener la suficiente versatilidad para contrarrestar la especialización de los lanzadores contrarios. Y es posible que cuenten con una brillante defensa.

Es el pitcheo abridor -- particularmente la fragilidad asociada con Masahiro Tanaka, CC Sabathia y el dominicano Michael Pineda, además de la partida de Hiroki Kuroda -- que se pudo reforzar fácilmente. Y aunque los Yankees no se han quedado con los brazos cruzados (el lanzafuego Nathan Eovaldi genera intriga y Chris Capuano es una pieza que pueden agregar al bullpen cuando el quisqueyano Iván Nova regrese de la cirugía Tommy John), tampoco han agregado piezas que puedan aportar con varias entradas.

No se puede criticar a ningún equipo que no exprese interés en Scherzer si su precio sigue cerca de los US$200 millones. Eso es bastante dinero para algo de incertidumbre, especialmente debido a la mecánica de Scherzer. Y si la oferta de un equipo de US$110 millones a James Shields es cierta, los Yankees también aciertan al no estar involucrados en esas negociaciones. Pero Shields, incluso con las interrogantes que genera su volumen de trabajo en el pasado, sería una buena adquisición para los Yankees debido a que ha tenido éxito en el Este de la Liga Americana. Pero eso solamente ocurriría si su precio se acercara a lo que el dominicano Ubaldo Jiménez (cuatro años y US$50 millones) y C.J. Wilson (cinco años y US$77.5 millones) ganaron, y por ahora parece que eso no sucederá.

¿Qué tal Hamels? No sería muy atrevido insinuar que los Yankees, uno de los dos conjuntos en el Este de la Americana que el as no rechazaría en un cambio, tienen el suficiente talento joven para adquirirlo de los Filis. Y aunque suena un poco increíble, los cuatro años y US$96 millones que Hamels ganará no son tan abultados en el actual mercado.

Pero por ahora se espera que los Yankees dependan de los abridores que ya tienen y que se mantengan lejos de las enormes contrataciones, con la esperanza de que la nueva versatilidad, defensa y el fuerte bullpen los ayude a marchar hacia adelante.

Es el mejor plan a largo plazo. Pero los Bombarderos aún tienen enormes interrogantes para el 2015.