SURPRISE, Arizona - El abridor venezolano de los Rangers, Martín Pérez, ha fijado una meta para la temporada del 2016.
"Mantenerme en salud", dijo el serpentinero.
Puede que sea un objetivo obvio para cualquier pitcher, pero la salud ha eludido a Pérez durante los últimos dos años. Aun cuando el zurdo regresó a la acción en el 2015 luego de someterse a una cirugía Tommy John algo no andaba bien.
"El año pasado… dolores y rigidez", dijo Pérez. "Algunos días me iba bien y otros no. Nunca fue algo que me impidió lanzar, pero este año, me siento perfecto, sin dolor alguno. No me tengo que preocupar por nada".
Los Rangers han estado esperando este momento durante mucho tiempo. Ahora mismo, Pérez se perfila como el cuarto abridor del conjunto de Texas detrás de Cole Hamels, Colby Lewis y Derek Holland. Pero el equipo nunca lo ha considerado un simple cuarto abridor.
"Seré sincero. Al igual los otros tres abridores establecidos, tiene la oportunidad de ganar entre 15 y 20 juegos", dijo el coach de pitcheo de los Rangers, Doug Brocail, acerca de Pérez. "Los innings son importantes porque si se aproxima a los 200 episodios, significa que nos está dando la oportunidad de ganar todos sus juegos. Pero se ha visto muy bien esta primavera".
Los Rangers pensaban que a estas alturas, Pérez ya hubiese tenido una temporada sobresaliente. En el 2013, tuvo foja de 10-6 con efectividad de 3.62 en 20 juegos por Texas luego de comenzar la temporada en la lista de incapacitados por una fractura en el brazo izquierdo. Después de dicha temporada, firmó una extensión de cuatro años y US$12.5 millones con el club. Parecía ser una inversión astuta de parte de los Rangers porque el convenio incluía tres opciones del club que mantendrían Pérez bajo control contractual del equipo hasta el final de la temporada del 2020.
Luego vino la lesión. Pérez tenía marca de 4-0 con promedio de carreras limpias de 1.42 en cinco aperturas en el 2014, pero sufrió tres derrotas consecutivas y luego comenzó a sentir dolores en el codo. Fue operado el 19 de mayo de ese año y desde entonces ha estado luchando por recuperar la forma.
"Me siento más positivo esta primavera", dijo Pérez. "Estoy más cómodo. No hay problema alguno con el brazo".
De estar en salud, la clave para Pérez será atacar la zona de strikes con su recta con movimiento hacia abajo, conseguir swings en blanco con su cambio y tirar su lanzamiento rompiente para strikes.
"Como con los demás, es cuestión se la consistencia de los innings", dijo el capataz de los Rangers, Jeff Banister. "Seguir con lo que le ha dado resultados. Simplemente porque cambió el inning no significa que tienes que hacer cambios. Tienes que confiar en tu material y estar bien consciente de lo que está sucediendo a tu alrededor".
Pérez puede ser bien emotivo cuando está en la lomita. Según Banister, lo mismo se puede decir de Hamels, pero el veterano sabe cómo controlar sus emociones.
"Cuando le devuelven la bola y sube de nuevo al montículo, ya está enfocado en el próximo lanzamiento", dijo Banister acerca de Hamels.
Pérez, al igual de muchos otros lanzadores en el campamento de los Rangers, está entusiasmado de poder aprender de Hamels.
"Me gusta observarlo", dijo Pérez. "Es un as. No le hago muchas preguntas porque no me gusta molestarlo. Pero a la vez me gusta observarlo, como se mueve, su mecánica, su rutina y como hace las cosas, todo. Me gusta hacer eso porque quiero aprender lo más que pueda para que quizás algún día pueda ser mejor que él".
Se trata de una meta enorme, pero los Rangers siempre han tenido grandes expectativas para el serpentinero de 24 años de edad. Estamos hablando de un muchacho que a sus 18 años ya estaba lanzando por Doble-A Frisco. Eso fue en el 2009, cuando fue nombrado Lanzador del Año en el sistema de liga menor de Texas.
De eso hace siete años. Una cirugía Tommy John lo entorpeció durante dos de esas temporadas. Ahora todo eso ha quedado atrás.
"Creo que [el 2016] será un año importante para mí y para el equipo", dijo Pérez.