Mattingly admirado con el impactante progreso al bate de Ozuna

25 de mayo de 2017

OAKLAND - Una arrancada de altos quilates guió a al Juego de las Estrellas del 2016, pero el dirigente de los Marlins, Don Mattingly, considera que su jardinero dominicano va embalado hacia una temporada todavia mejor en el 2017.
"Ha sido nuestro hombre más consistente todo el año", aseguró Mattingly. "Ha estado grandioso. La primera mitad que ha tenido se parece a la de la pasada temporada, pero aún mejor. Es capaz de batearle a pitcheo muy bueno".
Ozuna, de Santo Domingo, República Dominicana, castigó a los serpentineros de la Gran Carpa con porcentaje de bateo de .307, 12 dobles, cinco triples, 17 cuadrangulares y 47 carreras impulsadas para conquistar el derecho a intervenir en la cita de los astros en San Diego e iniciar como titular en el bosque central debido a lesiones.
La diferencia entre una temporada y otra es que el bateador derecho de 26 años de edad es un artillero mucho más selectivo a la hora de tirarle a los envíos que ejecuta el serpentinero desde la lomita.
"No persigue tanto los lanzamientos fuera de la zona", diagnosticó Mattingly de un pelotero que junto a y integra uno de los potencialmente mejores grupos de jardineros de las Ligas Mayores. "Marcha a como trabaje con la zona de strike. Si se queda en ella, va a tener una excelente temporada".
A la postre, Ozuna descendió a números finales de .266, 23 vuelacercas y 76 carreras impulsadas en el 2016, pero el debutante en la meca de la pelota con los peces en el 2013 afirma que ha aprendido de sus equivocaciones.
"Trabajé en la temporada muerta con Robinson Canó y su academia", reveló Ozuna, que al llegar a los 400 hits en apenas 391 juegos es el sexto más rápido en alcanzar esa cantidad de imparables entre todos los que iniciaron su carrera con los Marlins. "He ganado un poquito de experiencia al entrenar con ellos. Eso me ha ayudado bastante en los resultados que estoy teniendo hasta ahorita.
"Uno aprende día a día y corregir esas pequeñas cosas que no estaban bien lo ayudan a uno a ser un mejor jugador", detalló el quisqueyano. "Gracias a Dios las capto rápido y las supero rápido. Son cosas que uno tiene que proponerse siempre. Son cositas que uno no puede tirar a la basura".
El promedio de embasamiento exhibido por Ozuna en sus primeros 45 juegos (.377) está más de 50 puntos por encima de su mejor total previo en las Mayores, signo de que tiene mayor paciencia en el plato. En ese mismo lapso del 2017 promedió .306, con 11 jonrones y 31 carreras producidas.
La velocidad del madero de Ozuna también es buena señal de su progreso. De acuerdo con Statcast™, sus batazos salen a promedio de 90.93 millas por hora, por encima del promedio del resto de los artilleros de la Gran Carpa, que es de 87.84.
"Uno no puede perder turnos así por así", comunicó el jardinero izquierdo de la novena dirigida por Mattingly. "Trato cada día de pelear cada turno, aunque el resultado sea bueno o malo".
Participar en el Juego de las Estrellas, a celebrarse este año en el hogar de los Marlins, sería muy satisfactorio para el guardabosque de la tierra del merengue, por razones obvias.
"Eso sería muy bonito, muy hermoso no sólo para mí, sino para mi familia que estará allí, con el favor de Dios", reconoció Ozuna. "La mayor parte de la gente en Miami es latina y hay muchos dominicanos. Todos pueden ver [de cerca] mis cosas buenas".
Jugar en Miami en la justa de mediados de campaña compensaría un poco la tristeza que sintió cuando no pudo representar a la República Dominicana en el reciente Clásico Mundial ganado por primera vez por el equipo de los Estados Unidos.
"Uno no tiene el control sobre eso [jugar o no en el Clásico]", dijo Ozuna. "Estoy dispuesto para el próximo. Si ellos me invitan y Dios quiere, me gustaría representar a mi país".
Por lo pronto, su objetivo es no dejar enfriar su bate en lo que resta de la temporada y a la vez tratar de ayudar a los Marlins a salir del enorme letargo colectivo que han experimentado en la primera cuarta parte de la justa del 2017.
"Lo más importante para mí es tratar de lograr los playoffs, no estamos ni tan lejos ni tan cerca", recalcó un optimista Ozuna. "Estamos luchando a ver si cogemos una racha ganadora para ver a dónde podemos llegar.
"Me propongo mantener mi promedio de bateo y si salen los jonrones salen", definió el firmado como agente libre internacional en el 2008. "No me puedo enfocar tanto en cuadrangulares, porque si lo hago pudiera bajar mi producción".
El tema del fallecimiento de su gran amigo, José Fernández, es uno que Ozuna toca con tristeza y resignación al lamentar que ya no puede contar con la presencia física del lanzador cubano que lo invitó a aquel recorrido que tuvo como desenlace una horrible tragedia.
"Son cosas que sólo Dios lo lleva a uno a decir que no", rememoró Ozuna. "Era mi mejor amigo, y todavía lo es porque siempre lo llevo presente.
"Como amigo, le dije 'no vayas', pero él estaba obsesionado con ir", precisó el jardinero caribeño. "Son cosas sobre las cuales uno no tiene control. A veces uno piensa que estaría con nosotros todavía. Solamente Dios sabe. Uno no sabe por qué, ni cómo, ni cuándo".