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Matz y Young se enfrentan en el Juego 4 de la Serie Mundial

NUEVA YORK - Durante dos noches en el Kauffman Stadium, los Reales amenazaron con convertir la Serie Mundial en una ceremonia de coronación. Pero el vienes por la noche en el Citi Field, David Wright y Curtis Granderson conectaron un jonrón de dos carreras cada uno y los Mets ganaron el Juego 3 9-3 para posponer los planes de Kansas City.

De paso, la Serie Mundial no solamente se convirtió en una serie, sino en una controversial.

El abridor de los Mets, Noah Syndergaard, comenzó el partido tirándole una recta alta y pegada de 98 millas por hora al venezolano Alcides Escobar, conocido por atacar las rectas para comenzar un turno al bate. Pero aunque por un lado hay mala sangre, ambos abridores para el Juego 4 el sábado subirán a la lomita con buenos recuerdos.

El zurdo de Nueva York, Steven Matz, es oriundo de Long Island, N.Y. y ha sido fanático de los Metropolitanos toda su vida. El diestro de los Reales, Chris Young, lanzó por los Mets del 2011 al 2012.

Pero ninguno de los dos lanzadores tendrá tiempo para rememorar el sábado.

Young tendrá que lidiar con Wright - cuyo jonrón contra el dominicano Yordano Ventura de los Reales fue su segundo vuelacercas de por vida en playoffs y el primero que empalma desde la Serie de Campeonato de la Liga Nacional del 2006 contra los Cardenales - y con Granderson, quien se unió a Lenny Dykstra (1993) y Earle Combs de los Yankees (1932) como los únicos bateadores que han conectado al menos dos hits, un jonrón y anotado tres carreras en un juego de Serie Mundial.

Mientras que Syndergaard decidió enviar un mensaje con su primer lanzamiento, Matz tendrá que encontrar su propia forma de controlar a Escobar, quien ha bateado de hit en cada uno de sus últimos 13 juegos de postemporada. Solamente el dominicano Manny Ramírez (14 hits en el 2004) y Marquis Grissom (14 hits en el 1995) han tenido rachas más largas en ese sentido en unos playoffs.