MLB podría tomar medidas unilaterales para acelerar el ritmo de juego

11 de julio de 2017
Gregory Bull/AP

MIAMI -- En momentos en que los jonrones, los ponches y la duración de los juegos alcanzan récords, el comisionado Rob Manfred indicó que el béisbol de Grandes Ligas está dispuesto a imponer cambios en el formato de la acción en el terreno.
Grandes Ligas propuso diversas iniciativas durante el último receso de invierno, como un cronómetro para establecer un margen de 20 segundos entre cada lanzamiento, limitar a uno el número de visitas al montículo por los receptores cada inning y elevar la parte baja de la zona de strike. Pero el único cambio que el sindicato aceptó y que se puso en vigor fue el de conceder la base por bolas intencional sin necesidad de hacer pitcheos.
"Ha habido cambios drásticos en este deporte, en la forma en que se enseña, y juega en el nivel de ligas mayores", dijo Manfred el martes, durante una charla con miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica. "Hay una tolerancia significativamente mayor para los ponches por parte de los bateadores. Hay mucho más énfasis en el jonrón como el arma principal a la ofensiva. Hay un alza notable en el uso de relevistas, incluso al punto de dar un vuelco en la parte baja de la rotación, entre la Triple A y quienes están en las Grandes Ligas".
La proporción de apariciones en el plato que derivan en cuadrangulares alcanzó su máximo nivel de 2,99% en 2000, en el clímax de la Era de los Esteroides, de acuerdo con datos que compiló la oficina del comisionado. Cayó a 2,28% en 2014, pero se incrementó a 2,67% al año siguiente, a 3,04% la temporada pasada y a 3,3% en el presente año.
En cuanto a los turnos que resultan en ponches, éstos han aumentado durante 12 años consecutivos, de 16,4% en 1999 a 21,6% en esta campaña.
"Parece que a los fanáticos les gustan los jonrones y los ponches, y hemos tenido mucho de esto", comentó el jefe del sindicato de peloteros Tony Clark.
Manfred coincidió, pero sólo si los ponches son conseguidos por un pitcher dominante, como .
"Pienso que esto se vuelve un problema desde la perspectiva de los fanáticos cuando hay toneladas de ponches, sin acción y con muchos cambios de lanzador", indicó.
La proporción de relevistas respecto de abridores en cada juego ha subido de 2,01 en 1990 a 3,15 en la campaña pasada. Este año, se ubica en 3,1 hasta la pausa por el Juego de Estrellas, pero suele subir cada temporada después del 1 de septiembre, cuando las nóminas de peloteros en activo se amplían de 25 a 40.
"Otros deportes se han vuelto más agresivos en cuanto a la administración de lo que está en el terreno y en términos de cómo se juega, en comparación con nosotros. Ciertamente, estoy abierto a la idea de que deberíamos adoptar una postura más agresiva", dijo Manfred.
Hay preocupación en las Grandes Ligas por la creciente duración de los juegos. Los encuentros de nueve entradas han promediado tres horas y cinco minutos en la temporada actual, por encima de las tres horas registradas el año pasado y las 2:56 observadas en 2015.
"Estamos dialogando con Grandes Ligas, y seguiremos haciéndolo", aseguró Clark. "Esperamos que esas conversaciones se retomen en la segunda mitad de la temporada.
La oficina de Grandes Ligas tiene la facultad de imponer unilateralmente en 2018 las propuestas que el año pasado no fueron aceptadas, pero Manfred comentó que ello representaría sólo un último recurso.
"Preferiría tener un acuerdo que proceder de manera unilateral", explicó. "Sobre todo cuando hablamos de cambios que afectan la forma en que se juega el deporte en el terreno, porque sólo los jugadores están ahí, no nosotros".
Manfred añadió que ha contratado a un experto para que audite a la gente encargada de probar las pelotas de béisbol. Aseguró que no se han encontrado irregularidades, pero dijo que su oficina contempla especificaciones más estrictas en el proceso de manufactura.
"Algo en lo que hemos pensado es en los bates", reveló. "En cierto modo, hemos dado por un hecho que no son diferentes".
Clark dijo que sí hay cambios en los toletes.
"En el transcurso de los últimos seis años, quizá 10, es evidente la mejoría en la calidad de la madera", resaltó.