"Peloteros por Puerto Rico" cerró con broche de oro en la Isla del Encanto

18 de diciembre de 2016

SAN JUAN, Puerto Rico - Luminarias de Grandes Ligas descendieron en la Isla del Encanto esta semana para honrar el pasado, ayudar al futuro y celebrar el presente de este deporte.
"Peloteros por Puerto Rico", un evento lleno de estrellas encabezado por el Sindicato de Jugadores de Grandes Ligas en colaboración con Major League Baseball, concluyó la noche del sábado con una cena de gala en honor al legado de Roberto Clemente y el futuro del béisbol en la isla.
"Han sido días maravillosos con todo lo que se ha hecho en la isla para honrar a Clemente y su legado", dijo el ex lanzador boricua Javier Vázquez, quien ahora trabaja como asistente especial internacional para el Sindicato de Jugadores. "Ha sido bien divertido ver a todos los muchachos interactuar con los pequeños. Los jugadores y los niños se divirtieron a lo grande".  
Fue un último día lleno de actividades. Los jugadores -el puertorriqueño Carlos Beltrán de los Astros, el relevista mexicano de los Nacionales Oliver Pérez, el campocorto boricua de los Indios , el pitcher colombiano de los Medias Blancas José Quintana, el taponero dominicano de los Rays Alex Colomé, el segunda base venezolano de los Astros José Altuve, el intermedista puertorriqueño Javier Báez, el cerrador boricua de los Marineros Edwin Díaz y el abridor de los Rays - realizaron una clínica de béisbol por la tarde con casi 200 niños en el municipio de Salinas, al sur de San Juan.
Presentes en el evento estuvieron los ex ligamayoristas puertorriqueños Sandy Alomar Jr., Carlos Delgado, , Bernie Williams, , Bobby Bonilla, José Cruz Jr., José Cruz Sr., el nicaragüense Dennis Martínez, y Tom Walker junto a leyendas del béisbol invernal puertorriqueño.
La primera parada del evento fue el viernes en Carolina, donde se llevó a cabo una clínica de béisbol para 150 peloteritos en el Estadio Roberto Clemente. Beltrán arranco las festividades con una recepción un día antes.
"Fue sorprendente", exclamó Archer. "Sólo estamos tratando de emular un destello de lo que hizo (Clemente) y transmitir su legado a los jóvenes. Fue un evento bien exitoso. Este evento fue una gran idea por parte del Sindicato de Jugadores. Fue una experiencia única para los pequeños y para eso es que vinimos aquí".
Los hermanos Alomar se criaron bien cerca del Estadio Manuel González, donde la clínica del sábado se llevó a cabo. Sandy Alomar Sr., ahora instructor para los Azulejos, también jugó en ese mismo estadio cuando era un jovencito.
"Tener la oportunidad de estar aquí en colaboración con el Sindicato de Jugadores y mostrarles dónde jugamos yo, mi hermano Roberto, mi padre y [el ex jardinero ligamayorista] jugamos es un honor", declaró Alomar Jr. "Para nosotros es bien importante estar aquí. Queremos que los padres e hijos se interesen por el béisbol porque siempre ha sido uno de los principales deportes aquí y deseamos que lo siga siendo".
Horas después de enseñarles a los pequeños cómo jugar al béisbol como un grande, Pérez fungió como el maestro de ceremonias durante la cena de gala el sábado. Posteriormente Vázquez, Martínez y Walker, quienes jugaron pelota invernal junto a Clemente, le compartieron sus propias anécdotas en relación con el héroe puertorriqueño a los más de 300 asistentes durante el programa de una hora de duración previo a la cena.
"Clemente fue la primera persona que me dijo que yo era un jugador especial y yo apenas era un jovencito cuando me lo dijo", recordó Martínez. "Pero él me lo dijo y yo le creí. Creí que yo era especial porque Roberto vio algo especial en mí. Y me siento agradecido con Dios por la carrera que tuve".
Fue el propio Walker quien ayudó a Clemente a cargar el avión con abastecimientos para ayudar a las víctimas de un devastador un terremoto en Nicaragua en 1972. Trágicamente, su avión - que estaba sobrecargado y había tenido un historial de problemas mecánicos - chocó a una milla y media de la costa de Puerto Rico. No hubo sobrevivientes. Walker le pidió a Clemente que no abordara ese avión. El jardinero miembro del Salón de la Fama no dejó que Walker abordara la aeronave.
"Fue una experiencia increible aquí en Puerto Rico, una triste experiencia", lamentó Walker. "Roberto dio su vida por lo que a él más le importaba, eso es generosidad y compasión. Hay una manera de ser generoso y él lo hizo bastante bien. He aprendido a ser generoso. He aprendido que existe una misión mucho más importante en la vida que sólo vivir la vida".