¿Qué podemos esperar del joven Ronald Acuña en los Bravos?

25 de abril de 2018

Se informó el martes por la noche que el jardinero de las cinco herramientas de los Bravos, el venezolano Ronald Acuña, sería subido por Atlanta para hacer su debut de Grandes Ligas el miércoles en Cincinnati.
Claro, se puede argumentar que Acuña debía estar en el roster de los Bravos para el Día Inaugural, pero de hacerlo ahora, Atlanta gana un año más de control contractual sobre el guardabosque. Ahora podremos ver al joven de 20 años de edad hacer lo suyo a nivel de las Mayores.
Nos toca evaluar cuáles son las expectativas que deberíamos ponerle.
Por supuesto, Acuña ha hecho que cualquier límite en sus proyecciones sea una pérdida de tiempo. En el 2017, el prospecto jugó en tres niveles de liga menor, terminando con más de 20 jonrones y 40 bses robadas y un promedio de .325. También arrasó en la Liga Otoñal de Arizona, siendo el Jugador Más Valioso del circuito con OPS de 1.053 y encabezando la liga en cuadrangulares. Y en la Liga de la Toronja este año, Acuña bateó .432 con slugging de .727.

No hay dudas de que el toletero está listo para exhibir todas sus herramientas al nivel más alto del béisbol. Acuña es uno de apenas tres jugadores con calificación general de 70 o más (en la escala de 20-80 de los scouts) en los Mejores 100 Prospectos de MLB Pipeline. Y es el único bateador con 60 o más en las herramientas de poder, velocidad al correr, brazo y guante. Sus manos son tan rápidas como las del mejor bateador, con una velocidad en el bate por encima del promedio. Eso le permite hacer contacto fuerte hacia todas las bandas de una manera extremadamente consistente.
El poder que exhibió Acuña el año pasado es auténtico. Muchos creen que el joven apenas empieza a explotar esa habilidad con los 21 vuelacercas que dio en el 2017 (si agregas los siete que disparó en Arizona, fueron 28 en 640 turnos-a los 19 años). Ese poder debe de salir al frente mientras Acuña refine su estilo al bate.
Corriendo, Acuña tiene una velocidad cerca del tope de la escala. Las 44 bases robadas en el 2017 indican eso mismo, además de su habilidad de cubrir terreno a la defensa en los jardines. Con Acuña en el jardín izquierdo, los Bravos contarán con dos guardabosques defensivos por encima del promedio, junto al también venezolano . Eso hará feliz al cuerpo monticular de los Bravos también.
El otro lado de la moneda es que, en algunos momentos, Acuña ha tenido problemas, muchas veces iniciando en un nivel nuevo. En el 2017, bateó apenas .231 en sus primeros 15 juegos en la Liga Estatal de la Florida. Bateó mucho en Doble-A, pero en sus primeros 11 encuentros en Triple-A, tuvo promedio de .225.
Se ha hablado mucho del lento comienzo de Acuña en el 2018. Estuvo de 11-0 en sus primeros tres partidos y bateó apenas .139 en sus primeros nueve. Pero conectó de hit en ocho de sus nueve choques siguientes para subir por casi 100 puntos su promedio. Eso le dio a Atlanta la confianza de que el joven estaba listo para ser subido.
Lo único otro que es remotamente negativo con Acuña es su proporción de ponches, incluyendo la tasa de 27.4% en Triple-A este año. El joven se ha ponchado el 21.3% del tiempo en su carrera profesional. Redujo ese número cada vez que subió de nivel y ha demostrado una disposición de negociar más bases por bolas. Se mencionan esas "debilidades" para poner en perspectiva las grandes expectativas. Esa proporción de ponches no ha evitado que Acuña haya bateado y haya producido. Y hay motivo para pensar que cualquier cosa negativa mejorará con la madurez. Ha superado muchos comienzos lentos, así que si no arrasa desde el principio-y podría hacerlo-sabrá reponerse más temprano que tarde.
La única vez que los Bravos estaban tan emocionados con un jardinero prospecto era 1996, cuando el curazoleño Andruw Jones subió como adolescente y fue parte de un equipo de Atlanta que jugó en la Serie Mundial. Debe notarse que del 96 al 97, Jones bateó apenas .228 en 505 turnos, pero sí con 23 jonrones y 23 bases robadas. Ver a Acuña superar eso no parece fuera de lugar.