ATLANTA – El jardinero venezolano de los Bravos, Ronald Acuña Jr., aún llevaba una sonrisa traviesa cuando se le preguntó si había planeado el engaño tras robarle un jonrón a J.D. Davis en el sexto inning en la victoria de los Mets sobre Atlanta por 10-8 el jueves en el SunTrust Park.

“Lo he hecho varias veces en ligas menores”, dijo Acuña, de 21 años. “Definitivamente, estoy acostumbrado a hacer eso. Es una costumbre vieja que traje”.

En cuanto la bola salió del bate de Davis, Acuña dio un giro a su izquierda y comenzó a correr hacia el muro del bosque central-izquierdo. Luego medir sus pasos en la zona de advertencia, Acuña saltó y colocó su guante por encima de la pared justo a tiempo para crear algo de incertidumbre.

Aunque algunos fans en los asientos del bosque izquierdo comenzaron a aplaudir, no estaba claro si Acuña había atrapado la bola. Acuña cayó al suelo y se mantuvo sentado por varios segundos antes de pararse y tirar la bola al cuadro interior.

“Traté de mantener a todo el mundo en suspenso un poco”, dijo Acuña. “Sabía que la había atrapado. Simplemente me quedé con ella por más tiempo antes de tirarla”.

Los Bravos ya esperan lo inesperado de parte de Acuña, quien necesita cinco jonrones y 12 estafadas para completar lo que sería apenas la quinta temporada de 40 cuadrangulares y 40 bases robadas en la historia de Grandes Ligas.

“Desde nuestro punto de vista, no se podía precisar si la había atrapado o no”, dijo el manager de Atlanta, Brian Snitker. “Fue un poco dramático. Bien hecho de su parte. Se trata de entretenimiento”.