Ser papá ha ayudado a inspirar a Gary Sánchez en los Yankees
NUEVA YORK - El mundo del béisbol quedó boquiabierto el año pasado con la exhibición de poder del dominicano Gary Sánchez. El novato aterrorizó a los lanzadores contrarios con una explosión histórica de jonrones. Pero el público nunca vio cuál fue el origen del tórrido bateo de Sánchez: Una adorable bebé de cabellos risos negros a la que le fascina balbucear y jugar con su papá.
Sánchez vivió un momento de ésos que transforman a las personas en un hospital de Trenton, New Jersey, en el año 2015, cuando él y su esposa Sahaira recibieron la llegada de su hija Sarah. Sánchez le cortó el cordón umbilical, se quedó viendo su carita y le prometió en silencio que iba a ser el mejor padre que pudiese ser.
"Imagínate, así de un golpe, eres padre", recordó Sánchez. "La responsabilidad que viene con eso, ser papá, es una responsabilidad bien grande. Es algo que tienes que tomar con mucha seriedad. Ahora tienes una niña a la que quieres darle todo lo que necesita y asegurarte de que esté cómoda y tenga una buena vida".
Sánchez, quien en aquella época tenía 22 años, recuerda haberse sentido "muy sorprendido" cuando se enteró de que Sahaira estaba embazada, pero "al mismo tiempo estaba muy feliz".
"Cuando la vi la primera vez, me daba miedo cargarla", dijo Sánchez. "Como hombre, uno siente que le vas a hacer daño. Era pequeñita y frágil".
Luego de firmar al cátcher en República Dominicana cuando éste tenía 16 años, los Yankees han soñado por mucho tiempo con el potencial de Sánchez, pero problemas disciplinarios nublaron su desarrollo en las menores. Todo sugería que necesitaba madurar. Sarah resultó ser la última pieza del rompecabezas.
"Incluso antes de que naciese mi hija, ya yo estaba en ese proceso de convertirme en un pelotero más maduro", dijo Sánchez. "Una vez nació, fue como si hubiesen apretado un botón. Vi la oportunidad al frente mío. Decidí hacer de una vez todo lo que fuera necesario para llegar a las Grandes Ligas".
Al poco tiempo de Sánchez unirse a Doble-A Trenton, los coaches empezaron a notar que Sánchez se estaba mostrando más comprometido en las prácticas de bateo y pasando más tiempo en el gimnasio. Al final de la temporada, fue recompensado con su primer ascenso a las Grandes Ligas. El coach de la banca Tony Peña afirmó que el enfoque de Sánchez había mejorado cuando trabajaron juntos la primavera entrante.
"Antes había que obligarlo a hacer las cosas", dijo Peña. "Ahora él entiende que necesita seguir mejorando. Y lo está haciendo. Algunas veces es la naturaleza del ser humano. Hay gente que madura más rápido. Pienso que hay muchos muchachos de Latinoamérica a los que les toma mucho tiempo madurar. Veo bien la forma en que él se maneja".
De acuerdo con el Elias Sports Bureau, los 20 jonrones que pegó Sánchez fueron la mayor cantidad el año pasado entre todos los que no dieron un solo bambinazo antes del 1ro de agosto. Con 20 cuadrangulares en sus primeros 51 juegos, el quisqueyano igualó una marca de 86 años impuesta por Wally Berger en 1930 con los Bravos de Boston.
¿Puede que todo haya tenido que ver con la llegada de la pequeña Sarah? A Sánchez no le molesta en lo más mínimo la sugerencia.
"Definitivamente, cuando tienes una hija, es como una fuente de energía y motivación", dijo Sánchez. "Te empuja a hacer más, a ser mejor. Quizás en el futuro, si tenemos otro bebé, tendrá aun más motivación".