¿Será Félix Hernández parte de los éxitos de los Marineros en el 2018?

22 de junio de 2018

Después de casi dos décadas de infortunios y cero béisbol de octubre, todo luce indicar que los Marineros de Seattle van a regresar a los playoffs esta temporada.
A pesar de una cadena de cuatro derrotas, tienen 6.0 juegos de ventaja en la carrera por el Comodín de la Liga Americana sobre los Angelinos, un equipo que acaba de perder a su extremadamente valioso bateador/lanzador y que apenas puede mantenerse sobre .500 a pesar de tener a uno de los mejores bateadores en la historia del juego protagonizando la mejor temporada de su carrera.
Si los Marineros terminan de ganarse el boleto a octubre, será una temporada soñada para una afición que ha sufrido demasiado, más allá de lo que termine pasando luego en la postemporada. Pero en toda esta historia, hay un aspecto que todavía necesita acomodarse para que sea un relato perfecto: Félix necesita ser Félix.

Cuando el venezolano Félix Hernández estaba en el tope de su carrera, era uno de los pitchers que más provocaba ver en el béisbol, alguien que podía dominar el juego sin esforzarse, o al menos así parecía, el lanzador que usted crearía si combinaba el ADN del dominicano Pedro Martínez y Greg Maddux. Su juego perfecto en el 2012 es el último que se realizó en las Grandes Ligas y es quizás la más sensacional exhibición de pitcheo que he visto en mi vida, una joya que Hernández cerró con sus brazos alzados en señal de triunfo, el momento más distintivo de su carrera, ése por el que siempre lo recordarán.
Pero ya ha pasado un buen tiempo desde que Félix fue Félix. La última vez que vimos a esa versión suya fue en el 2014, cuando dejó 2.14 de efectividad y terminó segundo en la votación del Cy Young de la Liga Americana. Bajó un poco en el 2015, otro poco en el 2016 y no sólo se cayó de un despeñadero en el 2017 -con 4.36 de de efectividad y 5.02 de FIP- sino que se perdió la mitad de sus aperturas debido a dos estadías en la lista de lesionados. Félix ha sido un pitcher increíble para los Marineros toda su carrera, pero más que nada, siempre fue alguien duradero, alguien que hizo más de 30 aperturas en cada campaña entre el 2006 y el 2015. Ese es quizás el más increíble y menos apreciado aspecto de su carrera. Pero en estos últimos años, Félix no sólo ha lucido como un mortal; ha lucido como un pitcher promedio.

Y lo que podría ser lo más preocupante es que su peor temporada ha sido ésta, el año en el que Seattle finalmente está despegando. Antes de su apertura del miércoles en el Yankee Stadium, tenía la peor tasa de ponches de su carrera y había permitido más de un hit por inning. Su efectividad de 5.44 era de lejos la peor de la rotación de los Marineros, y en más de un tercio de salidas había cedido cinco rayitas o más y cero en solamente una, su primera. Seattle está viviendo un gran momento. Pero el que ayudó a sobrevivir a los fanáticos del club durante todos esos años oscuros en la última década no los ha acompañado en este nuevo trayecto.
Por eso mismo es que el juego de la noche del miércoles, más allá de la victoria de los Yankees, fue tan importante y vital para Félix y los Marineros. Hernández siempre ha lanzado de manera brillante en el nuevo Yankee Stadium, con una efectividad de 1.44 en 10 aperturas, y esta vez volvió a lucir fantástico, si bien no demasiado eficiente, al tirar cinco innings y permitir una carrera con seis ponches. Dejó el juego con una ventaja que Seattle terminaría perdiendo.
Félix se estaba enfrentando a una de las mejores alineaciones del juego, con los Marineros habiendo perdido dos en fila, y les dio precisamente lo que estaban necesitando. No fue aquel Félix de antes, pero fue el mejor Félix de esta nueva versión suya, cambiando velocidades, manteniendo a los bateadores de los Yankees fuera de balance y minimizando el daño con corredores en base. Fue el Félix que Seattle necesita desesperadamente que sea.
Ahora bien, pese a todos los problemas que el nativo de Valencia ha tenido este año, ha venido mejorando últimamente. Tuvo un juego terrible ante Tampa Bay el 9 de junio, pero sus otras tres salidas este mes han sido excelentes.

"Me sentí bien, al 100%", dijo Hernández después del juego. "Pienso que las dos últimas aperturas fui el Félix que soy. Estoy haciendo buenos pitcheos, lanzando buenas rectas, buenas curvas y buenos cambios, así que estoy contento".
Todo esto nos lleva a la siguiente pregunta: Si los Marineros llegan a la postemporada este año, como luce probable, ¿qué pasará con Félix? Después de todo, la narrativa central de la sequía de octubre en Seattle siempre ha sido el hecho de no ver a Félix Hernández bajó las luces más brillantes. Quizás sea el mejor pitcher de los últimos 50 años que nunca ha lanzado en un playoff. Y aquí estamos, con Seattle frente a la mejor oportunidad de los últimos 10 años, y no está claro si Félix será parte de esa fiesta.
Imagínense este particular escenario: Los Marineros efectivamente ganan el segundo Comodín, acaban con la mala racha y viajan al Este para medirse en el Juego de Comodines con Boston o Nueva York. Incluso con una versión mejorada de Félix, Seattle probablemente no lo pondría a iniciar un duelo de vida o muerte. ¿Y si los Marineros pierden ese juego? ¿Y si Seattle llega a los playoffs, dándole finalmente a Félix la oportunidad que tanto se le escurrió, y nunca entra a la acción? Qué ironía tan cruel. Félix Hernández lanzó de forma magnífica por equipos decepcionantes, pero lo dejan por fuera cuando finalmente rompen el maleficio.
Los Marineros están pasando por un gran momento, y lucen mejor que en un mucho tiempo cuando se trata de pensar en octubre. Pero la historia del equipo, como ha sido el caso durante toda la carrera de Félix, no está en sintonía con la suya. El miércoles nos brindó un rayo de esperanza para que creer que Hernández todavía puede ser parte de esta temporada potencialmente histórica. Sólo queda esperar ver si los Marineros llegarán a donde quieren ir, y si Félix no será dejado en el olvido una vez estén allí.