Trabaja Joe Jiménez con una asignación con el equipo grande de Detroit en la mira

13 de enero de 2018

Joe Jiménez no pudo prepararse para los Entrenamientos de Primavera en Puerto Rico, por lo que convirtió el hogar de los Tigres durante la pretemporada en Lakeland, Florida en su base de entrenamiento este invierno.
Fue el mejor plan del derecho, dentro de la trágica situación que atravesó la isla que lo vio crecer.
"Después de que pasó el huracán en septiembre, mis planes eran ir para Puerto Rico después de que se acabara la temporada de Grandes Ligas. Obviamente, por el paso del huracán no pude llegar", expresó Jiménez. "Fui para Puerto Rico en diciembre a visitar a mi familia y ver cómo estaban las cosas allá. Obviamente, las cosas siguen difíciles. Todavía no hay la ayuda suficiente para todo el país, pero poco a poco está mejorando y yo pienso que entre los próximos meses va a estar mejor".
Jiménez nació en San Juan y su hogar se encuentra en el vecino pueblo de Bayamón. Cuando el Huracán María azotó la isla en septiembre, su familia no sufrió daños, pero el área donde viven atravesó por mucha devastación, por lo que sus familiares viajaron a Texas para quedarse con su hermano A.J., un receptor en el sistema de los Rangers. El lanzador planificó pasar un tiempo con ellos, pero también necesitaba un lugar para entrenar de cara a la próxima campaña.
Jiménez terminó en Lakeland, donde las renovaciones hechas al Joker Marchant Stadium y 'Tigertown' incluyeron un enorme cuarto de pesas y un centro de entrenamiento.
"Estoy entrenando ahí todo mi 'offseason'. He pasado la mayoría de mi 'offseason' en el campo de entrenamiento de Lakeland", mencionó Jiménez. "Para mí, ha sido súper bueno. Prácticamente tenemos todo allí. Tenemos lo que nosotros necesitamos para poder entrenar y los entrenadores de Detroit están ahí, y ellos son los que me han ayudado en el 'offseason'. Para mí ha sido súper bueno, porque tengo todo lo que necesito y todo lo que ellos saben que necesito, lo tengo allí".
Los entrenamientos lo han ayudado a poner en el pasado una recta final frustrante y a enfocarse a trabajar para ganarse un rol en el bullpen para el 2018. Luego de varias "tacitas de café" en las Mayores en abril, Jiménez fue convocado nuevamente a finales de julio luego del canje que envió a a los Cachorros. Demostró destellos de su forma dominante que lo han hecho merecedor del título no oficial de cerrador de los Tigres del futuro, según va escalando y creciendo en la organización, pero además demostró la inexperiencia de un joven de 22 años de edad que ha dominado con su recta a bateadores de poder en ligas menores.
Jiménez permitió 26 carreras merecidas en 19 innings de labor durante la temporada, dio nuevas bases por bolas y abanicó a 12. Quince de esas carreras llegaron en cuatro entradas en agosto y septiembre.
"Obviamente, el año 2017 fue un año para mí de aprendizaje", comentó Jiménez. "Fue mi primer año en Grandes Ligas y pude pasar tiempo con grandes peloteros en el equipo de Detroit. Me enseñaron mucho. Me enseñaron cómo vivir ese ambiente de Grandes Ligas y cómo estar día a día con ellos y cómo ellos trabajan día a día. Yo creo que eso es lo que me voy a llevar al 2018.
"Todas las expectativas que tengo es ser el mejor pitcher que pueda ser, para ayudar al equipo a ganar".