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Ubaldo agradecido por el apoyo de sus padres

NUEVA YORK - A sus 16 años, el dominicano Ubaldo Jiménez estaba listo para empezar a realizar su sueño de jugar béisbol profesional. Sin embargo, su mamá, Ramona, tenía otros planes.

"Los Mets me ofrecieron unos US$20,000, pero mi mamá dijo que no. Ella dijo, 'No vas a firmar hasta que termines el colegio", relató Jiménez.

Al año siguiente, Jiménez realizó una prueba con los Rockies y Rolando Fernández, ahora vicepresidente de escuchas internacionales y desarrollo de Colorado. Fernández dijo que el derecho podía firmar y a la vez terminar la escuela en los siguientes meses. Jiménez aún sonríe cuando piensa en aquellos tiempos.

"Por eso firmé con los Rockies", dijo el abridor de los Orioles. "(Terminar el colegio) lo era todo para mi mamá. Mi papá era fanático del béisbol, me enseñó todo y me puso en el béisbol. Pero a mi mamá no le gustaba tanto. Ella me decía que tenía que sacar buenas notas en la escuela. Si no, no me iba a dejar jugar.

"Estoy contento por eso, porque tengo mejor educación", continuó. "Ella me hizo ir a la escuela. En Dominicana, o juegas pelota o vas a la escuela. No son muchos los que terminan el colegio".

Jiménez, cuya hermana es médico, aprendió el valor del trabajo duro de sus padres. Ambos tenían múltiples trabajos para darle de comer a la familia. Su papá, Ubaldo padre, estuvo entre dos áreas profesionales luego de salir de las fuerzas armadas, mientras que Ramona también se mantenía ocupada.

"Siempre hacía más para ganar dinero extra", contó Jiménez. "Vendía cosas, cocinaba, trabajaba como enfermera. Lo hacía todo por nosotros".

Entonces, cuando Jiménez firmó su primer gran contrato para el 2009-un pacto de cuatro años y US$10 millones con los Rockies-el dominicano decidió que era hora de hacer una gran compra para Ramona.

"Le compré una casa", dijo Jiménez. "Se la compré porque siempre habíamos alquilado (viviendas). No teníamos dinero para comprar una casa".

Ramona, de 57 años, también dejó de trabajar hace un tiempo, a petición de Ubaldo. Ahora, los padres del derecho van a Baltimore y se pasan varios meses allí durante la temporada de Grandes Ligas. Ramona cocina y ayuda con el lavado de ropa, brindando un poco el calor de familia y casa. Y aun cuando se encuentran en la República Dominicana, no se pierden los juegos de los Orioles.

"Es un sueño hecho realidad", dijo Jiménez acerca de la manera en que puede ayudar a su familia. "Cuando empecé a ver el béisbol como forma de mejorar mi vida y la de mi familia, la primera meta era comprarle una casa".

La casa ha sido la única compra de mayor dimensión de parte de Jiménez, quien divide su tiempo entre dicha vivienda y un hogar en Miami durante los inviernos. Ramona celebrará el Día de las Madres este domingo, a pesar de que en Dominicana se celebra el último domingo de mayo.

"Ellos lo han sido todo para mí", dijo Jiménez acerca de sus padres. "Me criaron de la manera correcta y trabajaron duro para darnos de comer a mí y a mi hermana todos los días.

"Se lo debo todo a ellos".