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Urge una reacción en Anaheim

Los Angelinos enfrentan otro momento difícil en el 2012

Para el primer día de agosto, los Angelinos acababan de ganarles fácilmente a los Rangers en partidos consecutivos, con una anotación combinada de 21-10. Si Los Angeles no era el mejor equipo de Grandes Ligas, estaba cerca de serlo luego de tener marca de 49-32 en un período de tres meses.

Los Angelinos habían despejado las dudas que provocaron un inicio de 8-15 en abril. Estaban a 3.0 juegos de la cima del Oeste de la Liga Americana, luego de reforzarse con la adquisición del derecho estelar Zack Greinke.

Finalmente , éste era el equipo que todos habían anticipado: El dominicano Albert Pujols y Mike Trout. Jered Weaver y Greinke. Si hubieras realizado una encuesta entre la gente del béisbol en la mañana del 1ro de agosto, los Angelinos muy posiblemente hubiesen sido votados como el mejor conjunto de la Liga Americana, y cuidado si en Grandes Ligas.

Y luego pasó algo curioso. La noche del 1ro de agosto, los Angelinos volvían a apalear a los Rangers en Texas, arriba 7-1 en el quinto inning. Parecía que Los Angeles se acercaría a 2.0 juegos de la cima.

Pero los Rangers no se dieron por vencidos. "Noquearon" al lanzador Garrett Richards al anotar cuatro carreras en la parte baja de la quinta entrada. En el cierre del noveno Ian Kinsler empató las acciones con jonrón. En el décimo los Angelinos anotaron tres vueltas, pero Texas reaccionó con cuatro carreras en su último turno para ganar por 11-10.

Los Angelinos calificaron dicho partido como una derrota difícil, pero no más que eso. Los Angeles llevaba tres meses como uno de los mejores equipos de Grandes Ligas. Esas cosas pasan, hasta a los mejores clubes.

Lo que no pudieron haber sabido los Angelinos, lo que no hubiesen podido imaginar, era que su temporada daría una vuelta dramática aquella noche. De repente empezarían a pagar caro el mal pitcheo abridor. Su bullpen sin profundidad comenzaría a verse mal. Y cuando más necesitaban un hit, no lo darían.

Ahora Los Angeles anda de capa caída y está en peligro de ver escaparle su buena temporada. Llevan 3-9 en el mes de agosto. Los abridores que no se llaman Weaver tienen récord de 0-3 con efectividad de 6.39 este mes. Un bullpen que tenía promedio de carreras limpias de 3.16 antes del Juego de Estrellas lleva 6.11 desde entonces.

Desde el Clásico de Media Temporada, solamente los Mellizos y los Yankees han anotado más carreras que los Angelinos, pero en el primer juego de su serie ante los Indios, Los Angeles se fue de 9-0 con seis ponches con corredores en posición de anotar.

Con marca de 60-56, el equipo de Anaheim está a 8.0 juegos de los Rangers en el Oeste y a 2.0 de los Atléticos, que ocupan el segundo lugar de la división. Están a solamente 2.5 del comodín, pero tendrían que superar a tres equipos para llegar hasta ahí.

Para una escuadra que ha ganado poco últimamente, 2.5 juegos se sienten como más. Por eso el manager Mike Scioscia convocó una reunión del equipo el domingo para recordarles a sus pupilos que todo lo que han soñado sigue ahí mismo. No se ha perdido nada.

El relevo de Scioscia estaba siendo apabullado, con Scott Downs y Jordan Walden en la lista de lesionados. Pero los problemas comienzan con una rotación abridora que no ha pasado del séptimo inning en 25 de sus últimas 41 salidas.

Ponerle esa carga a un bullpen diezmado es buscarse problemas. Cuando empezó el 2012, se pensaba que esa rotación de los Angelinos sería tal vez la mejor de Grandes Ligas.

Los Angeles no tenía forma de saber que Dan Haren ganaría solamente ocho de sus primeras 21 aperturas y que su efectividad (4.68) sería tan diferente a la de su carrera (3.66).

El equipo tampoco pudo haber imaginado que C.J. Wilson tendría una racha de nueve aperturas sin ganar, aun con muchas buenas presentaciones en ese trecho. Greinke se ha ido sin victorias en sus primeras tres aperturas, siendo bateado con libertad en dos de ellas.

Scioscia ha pasado por esto muchas veces. Sabe que la única solución es seguir luchando. Hasta los buenos equipos pasan por esto por lo menos una vez en cada temporada. Los momentos difíciles se convierten en pruebas de confianza y muchas cosas más.

Aquí no hay ningún secreto ni una respuesta muy profunda. Los jugadores tienen que seguir yendo al estadio, batallando los turnos y ejecutando los pitcheos. Greinke, Wilson y Haren tienen mucho historial de lanzar bien. Al final, probablemente sean ellos los que decidirán cómo terminará la campaña para los Angelinos.

Los campeones del año pasado, los Cardenales, perdieron siete juegos al hilo en algún momento del 2011, además de caer en 10 de 15 partidos más o menos para esta época de la campaña pasada. En el 2010, los Gigantes también perdieron siete seguidos y estuvieron con un solo juego por encima de .500 tan avanzado en la temporada como el 2 de julio.

No hubo grandes discursos ni reuniones con ninguno de esos equipos. Cuando el entonces manager de los Cardenales, Tony La Russa, empezó a buscar una reacción de sus pupilos, nada más les pidió que terminaran por encima de los Rojos. Exhortó a su club a jugar duro hasta el final, a ver hasta dónde podían terminar.

Los Angelinos tienen tanto talento que es casi inconcebible pensar que no clasificarán. Pero en estos momentos, podría ser difícil convencerlos de eso.