Yadier en medio de trifulca S.L.-Milwaukee

16 de septiembre de 2020

MILWAUKEE -- Es una realidad en el 2020 que lo que se diga durante un partido en una de las cuevas podrá escucharse entre todos en el estadio, y eso puede causar problemas. Incluso entre los dirigentes.

El piloto de los Cardenales, Mike Shildt, escuchó algo que no le gustó en el cierre de la quinta entrada del encuentro del martes de San Luis contra los Cerveceros. Shildt se paró al frente de la caseta de Milwaukee y desató la primera de varias interrupciones durante el partido que los Cerveceros ganaron por 18-3.

Ambos dugouts se vaciaron y hubo un intenso intercambio de palabras, con Shildt y el receptor de San Luis, el puertorriqueño Yadier Molina, entre los más enfadados. El inicialista de los Cerveceros, Jedd Gyorko -- quien jugó con los Cardenales del 2016 al 2019 -- estuvo al frente del altercado para calmar a todos.

Eventualmente, se restauró el orden. Shildt y el capataz de Milwaukee, Craig Counsell, fueron expulsados y los Cerveceros armaron un ataque de seis carreras en el quinto capítulo, que fue seguido por un racimo de siete anotaciones en el sexto inning, aumentando el drama en una rivalidad que ha cobrado más intensidad en el 2020.

El intercambio de palabras llegó a un alto nivel cuando un pitcheo con la cuenta en 2-1 del relevista de San Luis, Rob Kaminsky, contra el veterano de Milwaukee, Ryan Braun, fue cantado strike por el árbitro del plato John Bacon.

“No, no, no, no. Eso no fue un strike, hombre”, le dijo Braun a Bacon.

El toletero señaló a Molina y le dijo a Bacon, “No puedes cantar strike sólo por miedo de que él se enfade”.

Molina y Braun intercambiaron más palabras antes de que continuara el turno al bate. Dos lanzamientos después, Braun dio un swing a un pitcheo y le dio un batazo a la muñeca de Molina cuando el boricua trataba de atrapar la bola.

Se decidió que fue interferencia del receptor -- algo bastante raro en la larga carrera de Molina, como indicó Shildt varias veces -- y el manager salió para observar la mano de Molina. Ésa fue solamente la tercera vez -- y la primera desde el 25 de septiembre del 2006 -- que Molina fue culpable de una interferencia detrás del plato en su carrera de 17 años.

Cuando Shildt atendía a su catcher, el dirigente se enfureció por algo que escuchó desde la cueva de los Cerveceros e inmediatamente se dirigió hacia el oponente.

“No sé quién dijo el insulto. Honestamente, pienso que fue dirigido más hacia mí”, explicó Shildt. “Es posible que yo haya sido un poco irresponsable al mirar hacia el dugout. Eso lo reconozco”

Al preguntársele qué fue lo que enfadó a Shildt, Counsell dijo que fue “un malentendido” entre los managers, pero no dijo más al respecto.

“Dejaré ese tema a un lado”, agregó Counsell.