SAN JUAN -- De niño, el boricua Francisco Lindor conoció el Estadio Hiram Bithorn sólo como fanático, durante los juegos de la liga invernal de Puerto Rico y cuando los Expos de Montreal realizaron parte de su calendario como equipo local en dicha instalación en el 2003 y el 2004. 
Diferente a su compañero en los Indios y también puertorriqueño Roberto Pérez, quien llegó a jugar en el Hiram Bithorn vistiendo el uniforme de los Indios de Mayagüez, la Serie de Puerto Rico el martes y el miércoles entre Cleveland y los Mellizos de Minnesota representa la primera vez que Lindor pisa el terreno de juego en el estadio de San Juan como jugador activo.
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"Las veces que fui cuando estaba pequeño, me daba la sensación de que era un estadio de Grandes Ligas", dijo Lindor, torpedero estelar de los Indios y la mayor figura de esta serie de dos partidos entre rivales de la División Central de la Liga Americana. "En mi mente, eso es lo que es: Un estadio de Grandes Ligas, al igual que el de Caguas (casa de los Criollos), el de mi pueblo.
"Ahora que tengo la oportunidad de jugar en (el Hiram Bithorn), representando un equipo de Grandes Ligas, es bien especial. Creo que va a ser algo grande jugar allí". 
Efectivamente, Puerto Rico se viste de gala para recibir partidos de Grandes Ligas por primera vez desde el 2010. A unos siete meses de ser golpeado por el Huracán María, la Isla del Encanto podrá celebrar, después de tantas penurias en todo su territorio.
"Siempre queremos volver a Puerto Rico para realizar grandes juegos y exhibir a nuestros grandes jugadores, pero estamos aquí también para devolverle a la comunidad", dijo Tom Brasuell, vicepresidente de asuntos comunitarios de MLB. "Hay un largo historial de estar involucrados en Puerto Rico y nuestros jugadores han tenido la comunidad en mente por muchos años. Queremos que la gente vea lo que está pasando en la isla en términos de restauración y recuperación, y que siempre ha sido un lugar fantástico para visitar".

Eso mismo han experimentado los Mellizos hasta ahora, encabezados por el derecho boricua José Berríos, quien abrirá por el equipo de Minnesota el miércoles en el segundo choque de la serie.
"Hemos disfrutado de la gran comida, que es lo más importante", bromeó Berríos, quien afirmó que entre las delicias que han probado sus compañeros norteamericanos se encuentra el mofongo, plato emblemático de la isla. "Están encantados. Han comido muchas cosas, tratando de ver lo mejor de Puerto Rico. Por eso estamos aquí, enseñándoles todo para que ellos puedan disfrutarlo". 
El otro puertorriqueño representando a los Mellizos aquí esta semana, Eddie Rosario, visitó su antigua escuela secundaria el lunes. 
"Hay muchas emociones", dijo el jardinero. "Quiero tratar de divertirme en cada momento. Sé que recordaré este momento toda mi vida. Lo recordaré todo.
"Veo contenta a la gente. Sé que le hace falta eso".

De su parte, Lindor visitó la escuela de su niñez el lunes en la localidad de Gurabo, impartiendo una clínica y causando toda una sensación en sentido general.
"Cuando Frankie hace cosas así, es totalmente legítimo, lo cual es bastante bueno de ver cuando le ves esa sonrisa", dijo el manager de los Indios, Terry Francona. "Todo eso es auténtico. Él tiene posibilidades de ser la cara no sólo de los Indios, sino de todo el béisbol durante la próxima década". 

Los Indios y los Mellizos terminaron 1 y 2 en su división el año pasado, clasificando ambos para los playoffs. Así se ven en la joven temporada del 2018, pero con Minnesota arriba por medio juego. En otras palabras, estos partidos no se pueden tomar como algo de "exhibición", por más ambiente que rodee el evento al margen del terreno.
"Parece que hay muchas emociones y cuando llegamos, todos se vieron contentos de ver a ambos equipos", expresó Francona. "Obviamente, nos gustaría ganar ambos juegos, pero creo que también sabemos que hay muchas cosas a nivel humano en las que tal vez podamos ayudar trayendo un poco de alegría a algunas personas".