Reforzar la rotación, prioridad para el 2020

20 de octubre de 2019

Cuando los historiadores del béisbol analicen esta última década, quizás se refieran a ella como la década pérdida para los Yankees.

Otra temporada terminó en decepción para Nueva York la noche del sábado, cuando los Astros se llevaron por 6-4 el Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana para avanzar a la Serie Mundial y mandar a los Yankees a casa. Por primera vez desde los años 10 del siglo pasado, los del Bronx pasaron una década entera sin una presentación en Serie Mundial.

Ahora, el gerente general Brian Cashman y sus lugartenientes centrarán la atención en la temporada muerta, que tiene el potencial de cambiarle la cara al club. Eso, por supuesto, si los Yankees deciden que así sea.

Los Yankees han ido a la SCLA dos veces en las últimas tres temporadas, ganando 100 o más juegos en las últimas dos. No se necesita una reconstrucción mayor para dar ese siguiente paso, pero sin duda alguna habrá presión en el 2020 para llegar a la Serie Mundial.

Cuando el ahora ex manager del club, Joe Girardi, llevó a los Yankees a la SCLA en el 2017, fue una historia bonita. En el 2016, los Yankees habían comenzado su reconstrucción y dado inicio al régimen de los “Baby Bombers”.

Incluso después de caer en siete juegos contra los Astros en la SCLA del 2017, todo apuntaba hacia arriba. Aaron Judge, los dominicanos Gary Sánchez y Luis Severino y el resto del núcleo de jugadores jóvenes había adquirido una experiencia muy valiosa que les serviría de cara al futuro.

El año pasado, el primero bajo el mandado de Aaron Boone, los Yankees ganaron 100 juegos antes de ser eliminados por los Medias Rojas. Este año, el club de Boone se vengó a lo grande, ganando 103 duelos y ganando la División Este de la Liga Americana por primera vez desde el 2012.

Pero después de barrer a los Mellizos, los Yankees no pudieron pasar la muralla de los Astros.

Para todo lo que se habló del dominante bullpen de los Yankees, la rotación demostró ser un problema para Nueva York en octubre. Eso no era algo difícil de predecir en julio, cuando en las redes sociales y los programas de opinión de la radio reinaba la sorpresa (y hasta la rabia) porque Cashman no había solidificado el cuerpo de abridores con un gran brazo.

No que necesariamente había uno disponible, claro. Zack Greinke jamás habría aprobado un cambio a Nueva York, Marcus Stroman no era el as que iba a subir a los Yankees a lo más alto y el precio que estaban pidiendo los Indios por Trevor Bauer era demasiado alto para Cashman.

Así que aquí estamos, una vez más, preguntándonos qué harán los Yankees para repotenciar una rotación que carece de un número 1 capaz de fajarse trato a tramo con pitchers de la talla de Justin Verlander y Gerrit Cole.

La respuesta más obvia es Cole, que será agente libre este invierno y seguramente recibirá el contrato más grande de pitcher alguno en la historia. La guerra por el candidato al Cy Young de la L.A. seguramente será fuerte, y seguramente el pacto final romperá records tanto para el total de dólares como para el valor promedio anual.

Los Yankees tienen dinero para gastar, pero hay dos factores claves que determinarán si Cole termina vistiendo el uniforme a rayas. Primero, ¿estarán los Yankees dispuestos a desembolsar la cantidad de dólares necesarios para conseguir un contrato de primer nivel, algo que no han hecho desde que le dieron US$155 millones a Masahiro Tanaka antes de la temporada del 2014? Antes de eso, hay que remontarse a los US$161 millones que le dieron a CC Sabathia para encontrar un movimiento parecido, pero eso fue hace 11 años.

La segunda, y quizás la más importante de las pregunta, es si Cole quiere lanzar en Nueva York. El nativo de Newport Beach, California, decidió no firmar con los Yankees cuando lo escogieron en la primera ronda del Draft del 2008, eligiendo más bien lanzar para la universidad UCLA. Tanto los Angelinos como los Dodgers son vistos como legítimos candidatos para firmar a Cole, quien podría preferir estar cerca de casa por sobre la presión de Nueva York.

Si Cole se va a otro lado, quizás los Yankees vayan por Stephen Strasburg. El abridor de los Nacionales puede salirse de los últimos cuatro años y US$100 millones de su contrato, aunque lo que se cree es que Strasburg y su agente, Scott Boras –que también representa a Cole—usarán la cláusula para sumarle uno o dos años a su actual pacto y quedarse en Washington.

Eso deja a Hyun-Jin Ryu, Madison Bumgarner, Zack Wheeler y Jake Odorizzi como los mejores agentes libres disponibles. Se espera que Ryu se quede en los Dodgers, mientras que ninguno de los otros tres es ese tipo de mega-pitcher que estarían buscando los Yankees.

Cashman ha demostrado no estar dispuesto a sobre pagar por agentes libres en años recientes, como quedó evidenciado el año pasado cuando dejó que Patrick Corbin se fuera a los Nacionales por seis años y US$140 millones. El límite para los Yankees eran cuatro años y Cashman no cedió nunca.

Hay que remontarse al 2009, cuando llegó a Sabathia para encontrar un momento parecido al de hoy.

Los Yankees estaban bajo la lupa en aquel momento para traer otro título al Bronx y luego de una década perdida que terminó con otra decepción, esa presión estar allí otra vez este invierno.

En general, el roster está en buena forma. Incluso con Didi Gregorius camino a la agencia libre, los Yankees tienen a Sánchez, Luke Voit, LeMahieu, el venezolano Gleyber Torres, el colombiano Gio Urshela y el dominicano Miguel Andújar asegurados para el 2020 en el infield. Judge, Aaron Hicks y Giancarlo Stanton patrullarán los jardines.

Zack Britton, Adam Ottavino, Chad Green y Tommy Kahnle regresarán en el bullpen, y los Yankees probablemente tendrán que firmar nuevamente al cubano Aroldis Chapman (que se espera se salga de su contrato) o buscarse otro cerrador.

En cuanto a la rotación – donde están las necesidades más obvia—los Yankees dispondrán del dominicano Luis Severino, Tanaka, James Paxton, JA Happ y el dominicano Domingo German, aunque su futuro podría depender de las acusaciones de violencia doméstica que llevaron a su suspensión a finales de la temporada.

Ver a Cashman armar su roster en los próximos meses podría ser muy entretenido. ¿Seguirá con el mismo plan de acción mesurado de los últimos años o volverá a gastar como en 2008 o 2014?

Los Baby Bombers ya no son niños y depende de Cashman hacer lo que necesite para llevar a su club al nivel superior, que es ganar la Serie Mundial o considerar la campaña un fracaso.

La agencia libre comienza en cinco días tras la conclusión de la Serie Mundial. Gracias a los Astros, Cashman y su tropa podrán comenzar a prepararse dos semanas antes.