Confianza de Kuriyama en sus jugadores fue clave para Japón
MIAMI, Florida - A sólo tres outs de sufrir una tercera decepción consecutiva en las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol, el manager japonés Hideki Kuriyama nunca perdió las esperanzas y así se lo dejó saber a sus jugadores antes de iniciar la parte baja del noveno episodio.
"Desde que soy manager de los (Nippon-Ham) Fighters nunca me doy por vencido y esa es mi filosofía. Pensé, ¿cómo sería pensar si voy a perder hoy? Pues, yo siempre he decidido no sentirme así y le dije a los jugadores la misma cosa", explicó Kuriyama.
Sus palabras de aliento surtieron efecto y el resultado fue una dramática victoria por 6-5 para así dejar tendidos a México en loanDepot park y obtener el pase al juego de campeonato ante Estados Unidos.
Durante toda la noche los japonesas tuvieron que lidiar con las excelentes atrapadas del cubano naturalizado mexicano Randy Arozarena que evitaron carreras y un sólido pitcheo de la escuadra de Benjamín Gil hasta finalmente ver la luz en el séptimo episodio.
Un jonrón de tres carreras de Masataka Yoshida, quien estableció una marca de impulsadas en un Clásico al sumar 13, empató el juego 3-3, y aunque los japoneses inmediatamente cayeron abajo por 5-3, descontaron una en el octavo para llegar al noveno episodio con esperanzas ante el cerrador Giovanny Gallegos.
El estelar Shohei Ohtani abrió la tanda con doble, Yoshida recibió bases por bolas y Munetaka Murakami destrozó el corazón de los mexicanos con un doble de dos carreras que envió a Japón a la gran final por tercera vez en cinco ediciones.
"Sabía que iba a enfrentar un buen lanzador (Gallegos) y yo iba a hacer lo necesario para llegar a base", explicó Ohtani sobre el importante turno que encendió el rally final. "Quería hacer un buen swing contra cualquier lanzamiento en la zona de strike y lo pude hacer. Estoy feliz por la victoria".
Yoshida, por su parte, describió el batazo oportuno de Murakami como "épico" debido a sus problemas ofensivos durante el Clásico mientras que para Lars Nootbar fue como una "experiencia fuera del cuerpo".
"Realmente no sabía qué esperar. Tan pronto la golpeó, vi que iba hacia el "gap" y miré a Shuto, y casi estaba pasándole a Ohtani, así que sabía que tenía una buena oportunidad de que iba a anotar. No creo que ningún coach de tercera base fuera a evitar que anotara ahí... Fue bien excitante", indicó Nootbar.
Ahora Japón, con marca de 6-0, enfrentará el martes al campeón defensor Estados Unidos y buscará su tercer título luego de ganar la edición del 2006 y 2009. En los torneos de 2013 y 2017, la novena nipona cayó en las semifinales ante Puerto Rico y Estados Unidos, respectivamente.
La gran interrogante para el martes será si Ohtani subirá al montículo en algún momento. Kuriyama nombró preliminarmente a Shota Imanaga como abridor, pero no descartó que el toletero japonés también suba al montículo en labor de relevo.
El propio Ohtani después del encuentro dejó la puerta abierta.
"Definitivamente estaré preparado para lanzar donde sea, pero antes de eso tendré que batear y asegurarme de poner algunas carreras en la pizarra antes de lanzar", dijo Ohtani en la entrevista pos-juego por FS1.