HOUSTON -- Miriam Espada siempre quiso que sus hijos siguieran el camino que desearan, pero admite que no estaba tan segura de que el béisbol fuera el mejor futuro para su hijo, Joe. Quería que fuera abogado o médico, como probablemente lo desearían la mayoría de las madres.

“No había manera de convencer a Joe de que no siguiera con el béisbol”, dijo.

Y Joe siguió el camino del béisbol. Lo siguió desde los terrenos polvorientos de Puerto Rico, hasta la Universidad de Mobile, pasando una década en las ligas menores como jugador y finalmente como coach. La ruta de Espada eventualmente lo llevó a Houston, donde fue nombrado coach de banca antes de la temporada del 2018 y ahora está en su primera campaña como manager de los Astros.

La familia del puertorriqueño Espada ha estado con él en cada paso del camino, especialmente su madre, a pesar de que en algún momento estuvo renuente. Su reticencia a ver a Joe seguir una carrera en el béisbol cambió rápidamente con el éxito que tuvo. Tanto es así que cuando le dijo que se retiraba en el 2005 después de 10 temporadas como infielder de ligas menores, ella se sintió decepcionada.

“Mi corazón se rompió en pedazos”, confesó. “Ese era su sueño, pero él me dijo, ‘No te preocupes, mamá. Voy a seguir en el béisbol’. Yo no tenía tanta fe”.

Hoy en día, nadie cree más en Joe que su madre. Durante el mal inicio de año de los Astros, Miriam ha tomado las derrotas tan duramente como cualquiera.

“Ese es el tipo de madre que es”, dijo Joe. “Siempre me está animando, ‘Mantén la cabeza alta, hijo’. Ella es el pilar de nuestra casa. Siempre lo ha sido desde que era un niño pequeño. A pesar de todo lo que trabajaba, sacó un título universitario a los 40 años cuando era ejecutiva de Baxter [International] healthcare. Su ética de trabajo y su amor por nuestra familia, ella es una mujer increíble”.

Miriam y su esposo, Dolores, criaron a tres hijos en Puerto Rico. Dolores tuvo que someterse a un reemplazo de cadera a una temprana edad y no pudo trabajar, así que Miriam trabajaba largas horas mientras Dolores llevaba a Joe a las prácticas. Cuando Joe era niño, veía béisbol en casa con su padre, quien era fanático de los Yankees, Mets y Bravos. Joe comenzó a jugar a los seis o siete años cuando le pidieron que se uniera al equipo local de Pequeñas Ligas. Él era receptor.

“Yo no era fanática del béisbol en absoluto”, reveló Miriam. “Me parecía aburrido. Me llevaba una revista o un libro (a los juegos). A veces, los otros padres se enojaban conmigo porque si alguien conectaba un hit, me veían aplaudiendo y muy feliz, y me miraban y me decían: ‘¡Ese es el otro equipo!’”

La familia finalmente encontró su camino hasta llegar a Dallas, donde vive la hermana de Joe, Rebecca, para aprovechar una mejor atención médica para Dolores. Sus padres estuvieron en el Minute Maid Park cuando Espada hizo su debut como dirigente de los Astros el 28 de marzo.

Miriam ha aprendido a amar el béisbol y mira tantos juegos de los Astros como puede. Solía llamar a Joe todas las noches y darle consejos, y tal vez algunas críticas, pero dejó de hacerlo una vez que él se convirtió en el piloto del club.

“Le prometí a Joe que no diría nada”, dijo ella. “Por lo general, cuando Joe gana un juego, solía felicitarlo y enviarle un pulgar hacia arriba [emoji]. ... Cuando era coach, si veía algo que no me gustaba, solía mandarle un mensaje de texto expresándole mi decepción. Y luego le prometí que ya no lo haría más. De la misma manera, cuando vaya al parque, ya no gritaré para que la gente me escuche diciendo ‘¡Voy a ti, Joe!’”

Espada aprecia el apoyo y el amor. Intenta hacer videollamadas con sus padres a diario antes de ir al estadio, pero es su papá quien lo llama más en estos días.

“Todavía se comunican, pero mi mamá ya no me está enviando mensajes de texto constantemente como solía hacerlo en el pasado”, contó Joe.

Espada no podrá ver a su madre en el Día de las Madres porque estará en Detroit con los Astros. Sin embargo, sus pensamientos estarán con ella, y puedes apostar a que le enviará una tarjeta por correo.

“Nunca he visto a mi mamá tan molesta como cuando no recibe una tarjeta del Día de las Madre”, comentó Joe. “Esa tarjeta del Día de las Madres, sin importar dónde esté yo, tiene que ser enviada [con su estampilla del correo] antes del Día de las Madres. Eso es lo que ella quiere. Me lo hará saber”.