Castillo del abismo a tratar de ayudar a S.D.

PEORIA, Arizona – “¿Recuerdan esta lesión?” dijo el venezolano José Castillo, apuntando un dedo hacia su mano izquierda.

Es cierto. Entre todas las lesiones que han mantenido al zurdo de los Padres alejado del terreno durante las últimas tres campañas, resulta difícil llevar el registro de todas. Castillo se perdió los últimos dos meses de la temporada del 2019 debido a problemas con el tendón del dedo medio y de la mano izquierda.

“Para mí, ésa fue la peor lesión”, confesó. “El mundo se me vino abajo ese día”.

Ésa es la última vez que el oriundo de Valencia se ha subido en una lomita de las Mayores. No ha dejado de batallar con los problemas físicos, desde molestias en el hombro a comienzos de dicha campaña hasta haber lanzado dos tercios de inning a mediados de agosto. Luego, la campaña de Castillo terminó tan rápido como empezó.

La temporada del 2020 inició con más problemas, con Castillo sufriendo molestias en la espalda. En el 2021, fue apartado temprano porque se sometió a una cirugía Tommy John en marzo.

Entre toda la incertidumbre, los Padres designaron a Castillo para asignación en noviembre pasado. Pero se vieron entusiasmados cuando el monticular optó por volver con un pacto de liga menor, sabiendo que puede llegar a ser un dominante zurdo desde el bullpen cuando está en salud.

Para Castillo, el sentimiento es mutuo. Nunca quiso irse a otro lado.

“Siento que tengo una deuda pendiente en San Diego”, dijo Castillo: “Me dieron la oportunidad. Tengo que reponer eso”.

Hasta ahora, Castillo no ha presentado problemas en su recuperación de la cirugía Tommy John. Ha lanzado 10 sesiones del bullpen y espera enfrentar a bateadores en vivo en algún momento del mes. En abril, podría ver acción de liga menor.

Claro, los Padres no quieren apresurar al venezolano. Las primeras ocho sesiones del bullpen fueron sólo con rectas. Fue recientemente cuando comenzó a tirar su característico slider – pitcheo al que los contrarios le batearon para sólo .123 en el 2018 con una tasa de swings en blanco de 41%.

“Luego de casi tres años, me siento increíble”, mencionó Castillo. “Es grandioso no sentir dolor en el brazo. No hay molestias, nada”.

Castillo saltó a las Mayores con una impresionante campaña de novato en el 2018. Tuvo efectividad de 3.29 con un FIP de 2.64, ponchando al 52% de los rivales en apenas 38 innings.

Algunos en la organización se preguntaron en ocasiones si estaba destinado a ser el cerrador del futuro… hasta que llegaron las lesiones.

Los Padres, con un relevo lleno de talento, removieron al venezolano de su roster de 40 jugadores antes del Draft de la Regla 5 del 2021. Luego lo firmaron a un pacto de liga menor.

“Estamos emocionados de tener a José de vuelta”, dijo el gerente general A.J. Preller a comienzos del receso de temporada. “Todos saben que lo vemos con buenos ojos y la habilidad que tiene cuando está en salud. Ésa es la clave”.

Y Castillo lo sabe.

“Soy muy competitivo. Quiero estar ahí luchando”, dijo Castillo. “Quiero contribuir. Quiero ayudar. Desafortunadamente, mi brazo no me ha dejado. Entonces, quiero estar saludable para ayudar a mi equipo lo más que pueda”.

Si la rehabilitación de Castillo continúa su buena trayectoria, puede que no esté durante mucho tiempo fuera del roster de 40. Está confiado en que los Padres podrán presenciar a ese mismo especialista en ponches que vieron en el 2018.

Bueno, no el mismo, dijo Castillo.

“Mejor”.

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