Con el pacto de Encarnación Cleveland demuestra el compromiso de ganar

CLEVELAND -- Así es como se aprovecha el momento. Así es como se aleja un equipo de esa fama, justa o no, que lo pintaba como muy tímido, muy débil, muy mezquino para reclamar la corona.
Hace menos de cinco meses, los Indios se aprovecharon de su sólido sistema de liga menor para obtener al estelar relevista Andrew Miller, lo que ya había sido lo suficientemente impactante. Pero la noche del jueves, de acuerdo con distintos informes, pusieron US$65 millones en la mesa al darle un pacto de tres años al dominicano Edwin Encarnación, uno de los mejores bateadores de Grandes Ligas y alguien que en un golpe de suerte para los Indios fue víctima de las particulares circunstancias de esta temporada muerta.
El cambio por Miller llevó a los Indios hasta el Juego 7 de la Serie Mundial.
La firma de Encarnación quizás podría llevarlos otra vez a ese territorio.
Pero antes de seguir adelante, hay que señalar varios puntos obvios pero pertinentes sobre este pacto, que todavía depende de que Encarnación pase los exámenes médicos y se dice incluye una opción para un cuarto año por US$25 millones.
Después de todo, las circunstancias que permitieron que Encarnación se convirtiese en un miembro de los Indios son las mismas que le aportan un considerable factor de riesgo a la transacción.
Encarnación cumplirá los 34 años la temporada que viene. Si envejece también como su amigo y compatriota David Ortiz, no hay problema. Pero, en ocasiones, los cañoneros de su edad dejan de dar jonrones.
Aunque Encarnación es un pelotero muy distinto a Michael Bourn, la forma en la que sucedió todo esto recuerda a la manera en la que Bourn "cayó en las manos de los Indios" después de que ya habían firmado a Nick Swisher en enero del 2013. Ninguno de los dos envejeció particularmente bien y los Indios siguen pagando por ello con los US$9 millones que todavía le deben a Chris Johnson, el jugador que recibieron y después dejaron libre como parte de aquel intercambio de malos contratos que hicieron con los Bravos.
Los Indios cederán la 25ta selección del Draft al firmar a Encarnación, lo que al igual que el cambio por Miller tendrá un efecto no sólo en el presente, sino también para el futuro. Lo que preocupa aquí es que, debido al nuevo Acuerdo Laboral, la próxima temporada los Indios no hubiesen tenido que entregar una selección de primera ronda, ni siquiera por un jugador de este calibre.
Hablando de ese nuevo Acuerdo Laboral: el pacto entre los jugadores y los dueños de equipo no cambió la forma en la que hay que armar el lineup. Usted todavía tiene que poner a alguien en la primera base y puede utilizar a un solo bateador designado. Encarnación, quien inició y terminó sólo 81 juegos en la primera base entre las dos últimas temporadas, y el también dominicano Carlos Santana--quien básicamente ya no puede defender ninguna posición a pesar de tener 30 años--tendrán que compartir esos dos puestos. Y habrá noches en las que uno de los dos hará algo que lo volverá loco a usted.
Y una última cosa: US$20 millones por año (más US$5 millones si no ejercen la opción para la cuarta temporada) es mucho dinero para un equipo en un mercado relativamente pequeño que la temporada pasada terminó con la tercera asistencia más baja de Grandes Ligas.
Pero ése es el lado negativo que había que transitar para poder llegar a lo que termina siendo el resumen más importante de lo sucedido: los Indios acaban de añadirle profundidad y credibilidad a un lineup que el año pasado dejó excelentes números, pero cuya sustentabilidad para años venideros estaba en duda.
Y con la División Central de la Liga Americana lista para ser conquistada una vez más, además de esa inevitable sensación de que tras el éxito del 2016 ahora en Cleveland la historia será "Serie Mundial o fracaso", este contrato es muy, muy importante.
Este movimiento significa el fin de la corta pero memorable estadía de Mike Napoli en Cleveland. Napoli fue una figura importante en el clubhouse y un productor de carreras. Le dio el mejor año de su vida a los Indios por la mitad del valor promedio anual de Encarnación, y sacó la cara en medio de una alineación que pasó básicamente todo el año sin Michael Brantley. Si este contrato con Encarnación no se hubiese concretado, hay mil razones para pensar que Napoli habría regresado y posiblemente con un pacto por una temporada.
Pero Napoli es un bateador de rachas y su currículum palidece al lado del de Encarnación. Tómenlo con un grano de sal, pero de acuerdo a la medición WAR de FanGraphs, Napoli tuvo 1 de WAR en el 2016 y proyecta lo mismo para el 2017. Encarnación tuvo 3.9 en 2016 y proyecta 2.4 para la temporada entrante. Son dos niveles distintos de producción.
Aficionados de la Tribu, déjense de sentimentalismos. Váyanse a la cama pensando en esto: durante las últimas cinco temporadas, un solo jugador (Chris Davis con 197) ha dado más jonrones que Encarnación (193). Sólo cinco--el venezolano Miguel Cabrera con .980, Mike Trout con .975, Joey Votto con .965, Ortiz con .953 y Paul Goldschmidt con .931 - lograron un OPS más alto que el de Encarnación (.912).
Sin esta firma, los Indios hubiesen tenido que vender la idea de que después de dos cirugías en el hombro, Brantley era capaz de retomar rápidamente su nivel del 2012-15 (.303/.362/.447) y que Napoli podía repetir lo que hizo en el 2016. Quizás ambas cosas son ciertas. Pero cuando el precio de Encarnación bajó, eso les permitió a los Indios tomar la ruta más segura.
Al igual que cuando reforzaron su bullpen con Miller, los Indios están haciendo lo adecuado para darle la mejor oportunidad a un núcleo de jugadores que ha demostrado tener el talento para pelear por la Serie Mundial. Después del cambio de Miller, la rotación se vino abajo, pero los Indios llegaron al Clásico de Otoño y estuvieron arriba 3-1 ante los Cachorros. Fue un camino súper entretenido con un final frustrante. Pero al igual que los Reales del 2014-15, los Indios saben que para los equipos de mercados pequeños y medianos, estas oportunidades se presentan muy pocas veces.
Falta un año completo para saber si las cosas terminarán como fue el caso de los Reales.
Pero por los momentos, hay que darles crédito al presidente Chris Antonetti, al gerente general Mike Chernoff y a los propietarios de los Indios, la familia Dolan. Conocen los riesgos y los potenciales beneficios. En los últimos meses han mostrado un gran compromiso.
Así es cómo uno cambia su fama. Así es como se aprovecha el momento.
Y quizás así es como se ganará un título por primera vez en casi siete décadas.