Ingenio de Cora eleva a Medias Rojas al éxito

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BOSTON -- Hay muchas razones para que los Medias Rojas hayan completado uno de sus más sorpresivos viajes a la Serie de Campeonato de la Liga Americana en la historia del equipo.

Pero se puede armar un argumento bien convincente de que la razón principal es el manager puertorriqueño Alex Cora, que con experticia guía al equipo desde su oficina pasando por el clubhouse y llegando finalmente al dugout -- y muchas veces por meses de texto en las fechas libres -- día tras día.

Luego de terminar una temporada con récord de 24-36 en el 2020 en la que los Medias Rojas nunca estuvieron seriamente metidos en la pelea, la expectativa general era que mejorasen un poco en el 2021 y llegaran quizás a .500, o si varias cosas salían bien, a unos 85 triunfos.

Regresó Cora y se reanudó el éxito en Medias Rojas

Mientras todo el mundo evaluaba las fortalezas y debilidades del equipo en el papel, quizás no muchos le pusieron atención a algo que es difícil cuantificar: el valor de un manager.

¿Cuál es el valor de Cora para los Medias Rojas del 2021, que ganaron 92 juegos en la temporada regular, vencieron a los Yankees en el Juego del Comodín de la Liga Americana y luego despacharon a los Rays, que venían de ganar 100 juegos, en cuatro juegos en la Serie Divisional?

“Mucho. De verdad, muchísimo”, dijo Alex Verdugo, jardinero izquierdo de los Patirrojos. “Ese hombre es impresionante. Lo inteligente que es, lo que sabe de béisbol, la forma en la que maneja el juego y juega con el bullpen. Él juega ajedrez, hermano. El otro equipo está jugando damas. Es bien divertido y estoy feliz de poder estar junto a él en este viaje”.

Después de ganar la Serie Mundial con los Medias Rojas en el 2018, Cora fue suspendido por MLB la temporada pasada por su rol como coach de la banca de los Astros durante el escándalo del robo de señas en el 2017. De forma consistente, ha aceptado la responsabilidad por sus acciones.

Los Medias Rojas tuvieron que sopesar todos los pros y los contras antes de decidir si debían contratar nuevamente a Cora para que dirigiera al equipo.

En el sitio menos esperado para hacer una entrevista -- un hangar de aeropuerto en Puerto Rico -- Cora convenció apasionadamente al directivo jefe de béisbol, Chaim Bloom, de que él era el hombre adecuado para liderar nuevamente a los Medias Rojas.

“Obviamente, el equipo es diferente comparado con el año pasado, pero él ha hecho una diferencia”, dijo el shortstop Xander Bogaerts sobre Cora. “Él y los muchachos que vinieron nos dieron una nueva energía”.

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La decisión de contratar otra vez a Cora ha pagado dividendos a lo largo del año. Cora cambió el ambiente del equipo durante el Spring Training y los tenía camino a ganar 100 juegos hasta mitad de la temporada.

Y luego reunió al equipo tras un mal trecho entre la semana antes del Juego de Estrellas y los pesados días de agosto en el que el club dejó foja de 21-27, el momento que aprovecharon los Rays para apoderarse de la punta de División Este de la L.A.

En un momento todavía más apremiante, Cora reunió a su equipo otra vez cuando un brote de COVID-19 diezmó al roster (13 jugadores estuvieron en la lista de lesionados de COVID) entre el 27 de agosto y el 13 de septiembre.

Al ayudar a su equipo a transitar la temporada regular y meterse en la postemporada, Cora consiguió la oportunidad de demostrar el que quizás es su mejor atributo: estratega de octubre.

No es un accidente que Cora vaya a comenzar la SCLA del 2021 con un récord de 15-4 en postemporada, el mejor porcentaje de victorias (.789) entre cualquier piloto con al menos 15 juegos de playoffs en su currículum.

Cora también tiene marca de 5-0 en juegos en los que tienen la posibilidad de ganar una serie. El único otro manager en la historia de la L.A./L.N. que ha ganado más encuentros de ese tipo antes de sufrir su primera derrota fue Terry Francona, que ganó sus primeros seis, también para Boston.

“Él ha hecho una diferencia tremenda”, dijo el propietario de los Medias Rojas, John Henry. “Lo ves todas las noches. Ustedes (la prensa) lo ven todas las noches. Hace una gran diferencia con las decisiones que toma, como pasó en el 2018, especialmente en octubre. Su instinto y su inteligencia sobre este juego no tienen comparación”.

En la SDLA que acaban de ganar, Cora ofreció una verdadera clínica de como dirigir.

Tomen, por ejemplo, el Juego 2, cuando Chris Sale permitió un grand slam a Jordan Luplow en el primer inning para poner a los Medias Rojas abajo 5-2 y en peligro de caer abajo 0-2 en la serie al mejor de cinco.

En vez de dejarse guiar por el corazón y darle una oportunidad a su as de que se asentara, el siempre sangre fría Cora sacó a Sale y lo reemplazó con el novato Tanny Houck, de apenas 25 años.

El poderoso derecho tiró cinco electrizantes innings, algo que terminó cambiando el momentum de la serie.

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Cora también caminó de un lado a otro en el dugout, diciéndole a sus bateadores que no dejaran de batallar y que no se sintieran mal por lo que había pasado en la parte baja de la primera entrada.

“Definitivamente nos desinflamos un poco al principio, pero me recuerdo que cuando entramos al dugout Alex estaba de un lado a otro diciendo, ‘Está bien, nos queda todo el juego, ocho innings más. Ya saben, vamos a seguir’. Siento que eso realmente cambió el tono”, recordó Verdugo.

Los bates de los Medias Rojas respondieron con 20 hits y una victoria 14-6 que llevó la serie a Boston igualada.

Luego vino el épico Juego 3 en el Fenway Park. Después de otro bache -- el dominicano Hansel Robles desperdició una ventaja de dos carreras en el octavo -- Cora escogió al hombre correcto para llevar a su equipo a lo largo del extra inning.

Ese hombre fue Nick Pivetta, un abridor que había lanzado 73 envíos viniendo desde el bullpen en el Juego 1. Cora lo mantuvo entre los innings 10 y 13 con dos días descanso en el Juego 3, mientras Pivetta le daba 67 valiosísimos envíos a los Medias Rojas y servía la mesa para que el puertorriqueño Christian Vázquez fuese el héroe en la baja del 13ro.

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Uno de los grandes talentos de Cora es conocer el pulso de sus jugadores y saber cómo responderá cada uno en una situación determinada.

“Como yo siempre dijo, ‘Él es como un padre, hermano, manager’, lo que sea, como quieran llamarlo, para nosotros”, dijo el zurdo venezolano Eduardo Rodríguez. “Significa muchísimo tenerlo aquí. Él confía en nosotros. Confía en todos los que estamos en ese clubhouse. Nos da la oportunidad cada vez que te da la pelota, y uno sólo tiene que salir al terreno y hacer su trabajo”.

Rodríguez no hizo su trabajo en el uego 1, tirando 41 envíos antes de ser sacado tras apenas cinco outs.

Pero Cora confiaba en que el veterano iba a mejorar, y lo puso a abrir el Juego 4 con sólo tres días de descanso. Rodríguez respondió con cinco sólidos innings, en los que permitió tres hits, dos carreras, no dio boletos y ponchó a seis.

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Cuando terminó la noche, los Medias Rojas estaban tomando champaña. Otra vez.

Cora tenía los ojos rojos después del último out mientras abrazaba a su hija Camila, que estudia en Boston College.

¿Por qué tantas emociones?

“Muchas cosas. Orgulloso del grupo. Orgulloso de todo el mundo aquí. Feliz por mi familia, que puedan disfrutar esto. Feliz por Boston”, declaró Cora.

Sin duda alguna, Boston está igual de feliz de tener a Cora de vuelta para otro viaje a lo largo de octubre.

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