Las 10 jornadas más insólitas en la última década
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Parte de la belleza del béisbol son sus curiosidades. Un aficionado puede llegar al estadio para cualquier partido y tener la oportunidad de ver algo que no sucede con frecuencia.
Aquí, presentamos un repaso a las jornadas más insólitas que algunos jugadores han tenido en la última década de Grandes Ligas -- algunas buenas, unas no tan estelares y otras simplemente extrañas.
A continuación, las 10 estadísticas más curiosas de las últimas 10 campañas…una por cada año, del 2010 al 2019.
2010: Edwin Jackson, D-backs -- 25 de junio vs. Rays
9 entradas lanzadas, 0 hits, 8 pasaportes otorgados, 1 bolazo, 149 pitcheos
Este juego sin hits ni carreras vive en el recuerdo como uno de los más extraños. Uno de los mayores misterios del universo del béisbol es cómo el derecho logró una de las mayores hazañas del pitcheo con OCHO boletos otorgados. Debemos pensar: Los D-backs tienen dos no-hitters en la historia de la franquicia -- el juego perfecto de Randy Johnson… y la montaña rusa que vivió Jackson.
Los 149 lanzamientos que realizó Jackson fueron la mayor cantidad para un serpentinero en un juego de la última década. Las ocho bases por bolas son la mayor cantidad en cualquier partido en el que un pitcher se apuntó la victoria. En cuanto a juegos sin hit ni carrera, Jackson, A.J. Burnett en el 2001 y Jim Maloney en 1965 son los únicos en la historia en embasar a 10 bateadores rumbo a cubrirse de gloria.
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2011: Eric Hinske, Bravos -- 19 de abril vs. Dodgers
Bateador emergente, 2 visitas al plato, de 2-2, jonrón, sencillo productor
La jornada de Hinske como emergente comenzó cuando sustituyó a Jonny Venters con Atlanta arriba por 2-1 y buscando despegarse de Los Ángeles en el inicio de la novena entrada. Enfrentando al relevista novato Kenley Jansen, Hinske pegó un cuadrangular de dos carreras hacia la línea del bosque derecho en el Dodger Stadium.
Normalmente, la noche también hubiera terminado ahí. Pero los Bravos castigaron al joven Kenley y al bullpen de los azules, y repentinamente bateó toda la alineación. El emergente Hinske tuvo la oportunidad de batear otra vez y sacudió un sencillo productor para extender la ventaja a 10-1. Para el cierre del noveno capítulo, entró el relevista dominicano Cristhian Martínez y Hinske salió del encuentro con una singular estadística a su nombre. Hinske es el único jugador en toda la década en batear dos veces como emergente, pegar dos imparables productores y salir del partido sin jugar defensa.
2012: Freddy García, Yankees -- 10 de abril vs. Orioles
4.2 innings, 4 carreras concedidas, 5 pitcheos descontrolados, Yankees ganan
El venezolano se subió en la lomita del Camden Yardas para su debut del 2012 e inmediatamente realizó cinco pitcheos descontrolados -- dos en el primer capítulo, dos en el cuarto y uno en el quinto -- el último después de convencer al dirigente Joe Girardi de que lo dejara terminar la entrada, algo que no pudo lograr. El pobre receptor Russell Martin pasó toda la noche persiguiendo los pitcheos detrás del plato. “No recuerdo cuándo fue la última vez que tuve tantos”, declaró García después del compromiso. Eso es porque nunca lo había hecho.
Los cinco lanzamientos descontrolados de García fueron la mayor cantidad para cualquier serpentinero en un juego desde los problemas de Rick Ankiel en la SDLN del 2000 y fueron el mayor total en la temporada regular desde Ken Howell en 1989. Nadie ha realizado cinco pitcheos descontrolados desde lo hecho por García. Naturalmente, los Bombarderos salieron airosos por 5-4 en 12 innings.
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2013: Erik Bedard, Astros -- 20 de julio vs. Marineros
6.1 episodios, ningún imparable, 3 carreras, derrota
Bedard es el único lanzador en este siglo en tirar más de seis capítulos sin conceder hits…y cargar con la derrota. ¿Qué sucedió? Tras cinco entradas, el zurdo veterano estaba bajo control. Controlaba a su excompañeros de Seattle y Houston tenía la ventaja por 2-0 en el Minute Maid Park. Pero en el sexto inning, hubo dos pasaportes, luego un pasbol, un elevado de sacrificio y otro pasbol. Repentinamente, la ventaja de Bedard se había evaporado.
Con un out en la séptima entrada, después de otorgar su quinto boleto del encuentro, Bedard había realizado 109 pitcheos. Pese a continuar con el no-hitter y con 10 ponches, Bedard no quería poner en riesgo su hombro después de tres operaciones. El piloto Bo Porter le preguntó a Bedard si estaba seguro y el abridor decidió salir.
El quisqueyano José Cisnero entró en relevo e inmediatamente concedió un doble de dos vueltas. La carrera del desempate fue para Bedard y los Astros perdieron por 4-2 y Bedard cargó con la derrota, pese a no conceder ningún indiscutible. Porter lo calificó como “probablemente el partido más extraño en el que he estado involucrado, desde Pequeñas Ligas hasta las Mayores”.
2014: Madison Bumgarner, Gigantes -- Juego 7 de la Serie Mundial vs. Reales
5 entradas, 2 hits, 0 carreras, salvado
Es una de las presentaciones de postemporada más icónicas de todos los tiempos. Pero los numeritos de Bumgarner en el decisivo Juego 7 contra los Reales todavía son algo maravilloso de admirar, incluso seis años después. Es apropiado que una actuación única -- en ese escenario, con tanto de por medio, con dos días de descanso tras lanzar una blanqueada en el Juego 5 – tuviera una curiosa estadística: Un rescate de cinco entradas.
Los cinco ceros de Bumgarner, de apenas dos hits para preservar la ventaja de una carrera, es una hazaña digna de ser el único rescate de cinco entradas en la historia de la postemporada de la Gran Carpa. Pero vale recordar que en ese momento, surgió la interrogante de si en vez de eso, Bumgarner se apuntaría la victoria. Afortunadamente, el anotador oficial le otorgó la victoria a Jeremy Affeldt y el salvado a Bumgarner, porque verdaderamente es el mejor rescate de todos los tiempos y una de las estadísticas más insólitas.
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2015: Jacoby Ellsbury, Yankees – 28 de julio vs. Rangers
7 visitas al plato, de 5-1, 2 interferencias del receptor
Ellsbury es el rey de las interferencias del cátcher. Sí, estamos hablando de esa extraña jugada en la que un bateador hace contacto con la mascota del receptor en un swing y automáticamente se le otorga la primera base. Ellsbury tiene el récord de más interferencias del receptor, tanto de por vida como en una sola temporada de Grandes Ligas -- tiene 31 en su carrera, dos más que Pete Rose, y generó 12 de estas jugadas tan sólo en el 2016. Pero ésta es la única vez en la que tuvo dos interferencias del receptor en un partido.
Sorprendentemente, Ellsbury no fue el único jugador que se vio involucrado en dos interferencias del cátcher en un juego en la década del 2010. Pero los numeritos finales de su jornada en el plato se ven por demás extraños. ¿Por qué? Es el único jugador en haber obtenido la marcación con dos receptores diferentes. En una paliza por 21-5 sobre los Rangers, Ellsbury abrió el encuentro con una interferencia del receptor marcada sobre el venezolano Robinson Chirinos y luego tuvo otra ante el careta venezolano Tomás Telis abriendo el noveno. Para ese momento, los Yankees tenían una ventaja de 14 carreras … y Adam Rosales estaba lanzando por Texas. Así como lo lee, Ellsbury incluso tuvo como víctima a un jugador de posición que tuvo que ser utilizado como pitcher.
2016: Bryce Harper, Nacionales – 8 de mayo vs. Cachorros
7 visitas al plato, de 0-0, 6 bases por bolas (3 intencionales), un bolazo
Harper venía de tener su extraordinaria campaña de JMV en el 2015 (1.109 de OPS) y un mes de abril para el recuerdo en el 2016 (1.121 de OPS) cuando los Nacionales visitaron el Wrigley Field y Joe Maddon lo trató como al mismísimo Barry Bonds. Los Cachorros se rehusaron a lanzarle a Harper durante toda la serie, y la táctica culminó en el último partido con una jornada en el plato que usted quizás no vuelva a ver.
En un juego de 13 entradas, Harper tuvo siete presentaciones en la caja de bateo, pero terminó de 0-0. Recibió seis bases por bolas, tres de ellas de manera intencional. En la otra visita al plato, el cañonero recibió un pelotazo. Harper vio un total de 27 pitcheos y a ninguno le hizo swing. Empató el récord de MLB de más bases por bolas recibidas en un solo juego, se convirtió en el primer jugador en la historia de MLB en embasarse en siete turnos al bate en un partido sin conectar un solo imparable y es el único en pararse en el plato siete veces sin registrar un solo turno al bate oficial.
Al final, la maniobra de Chicago dio resultados. Los Cachorros barrieron la serie de cuatro partidos, aunque tuvieron que darle a Harper 13 boletos gratis, un récord.
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2017: David Peralta, D-backs – 22 de abril vs. Dodgers
De 5-4, 4 extrabases, 0 carreras producidas
Conectar cuatro extrabases en un juego es poco común, pero no tan poco común. Un total de 68 bateadores lograron la hazaña en las últimas 10 campañas. Pero esto sucedió solamente una vez en la década del 2010: Un bateador pegó cuatro extrabases y de alguna manera no produjo una sola carrera. Peralta (y sus numeritos finales) fueron víctimas de las cosas raras del béisbol. El venezolano impuso una marca del club con cuatro dobles en la victoria de Arizona por 11-5 sobre los Dodgers en el Chase Field, pero ninguna de esas 11 anotaciones tuvo que ver con su bate.
Peralta por poco se anotaba un jonrón en su primer doble por todo el jardín central en el primer inning. Cuando conectó otro doble en la cuarta, un cuadrangular de Chris Herrmann recién había limpiado las bases frente a él. En el caso de su tercer batazo de dos bases en la séptima, estaba abriendo la entrada. Y cuando Peralta dio su último doblete en la octava, tenía a un corredor en base, pero A.J. Pollock sólo pudo llegar hasta la antesala. Eso convirtió a Peralta en el único con cuatro extrabases y cero carreras empujadas desde Nomar Garciaparra en el 2003, y en uno de apenas 12 jugadores de quienes se tenga en los libros esta clase de numeritos en un partido. El primero fue Babe Ruth en 1918. Por lo menos Peralta tiene gran compañía.
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2018: Kevin Pillar, Azulejos – 31 de marzo vs. Yankees
De 3-1, 3 bases robadas (2da, 3ra, home)
Pillar logró una de las hazañas más emocionantes de la década cuando se estafó la segunda... tercera … y el plato ante los Yankees, todas de manera consecutiva. La magia llegó en el octavo inning, comenzando con un sencillo frente al relevista Dellin Betances. Pillar no perdió tiempo para robarse la intermedia y la antesala. Luego comenzó a bailar en la tercera base. Betances lo ignoró. Entonces, Pillar se lanzó hacia el plato. El paniqueado intento de Betances de sacar el pie de la placa y tirar rápidamente a home mandó la bola hasta el backstop y Pillar llegó quieto.
Ahora, hubo otros jugadores en la década del 2010 que se apuntaron robos de segunda, tercera y el plato en el mismo episodio. Lo hicieron Mallex Smith en el 2019, Wil Myers en el 2017 y Dee Gordon en el 2011. Pero lo de Pillar fue diferente, porque el jardinero es el único que se agenció un robo directo de home. Los otros jugadores aprovecharon intentos de sacar a corredores en la inicial para robarse el plato en la misma jugada. Pillar lo hizo a la antigua. De esa manera logras una estadística insólita.
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2019: Pablo Sandoval, Gigantes – 6 de mayo vs. Rojos
De 4-1, jonrón, base robada | 1 inning lanzado, 0 hits, 0 carreras
¿Qué tienen en común Sandoval y Christy Mathewson? (Más allá de que ambos son leyendas de los Gigantes, por supuesto). Son los únicos dos jugadores en la era moderna en tener un juego redondo con el bate y sobre el montículo en el que conectaron un cuadrangular, se estafaron una base y tuvieron una presentación en blanco como lanzadores. Incluso, ambos partidos fueron vs. el mismo rival, los Rojos.
En el juego del 23 de mayo de 1905, Mathewson lanzó una blanqueada en el Polo Grounds y también castigó con el madero al lanzador de los Rojos, Orval Overall. Más de un siglo después, el Panda se robó su primera almohadilla en siete años, sacudió un estacazo de tres vueltas y lanzó una entrada en blanco en labor de emergencia. Se trata de un par de íconos de los Gigantes que comparten una de las hazañas más insólitas del béisbol.
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