Madurez, la clave para que Alex Claudio llegara a Grandes Ligas

SURPRISE, Arizona -- El puertorriqueño Alex Claudio luce como un tipo tranquilo y tímido comparado con sus compañeros en los Rangers, alguien casi imperceptible entre las personalidades del equipo y las voces que se escuchan por todo el clubhouse.
Por ello, es muy difícil de creer que cuando era un niño creciendo en Juncos, Puerto Rico, Claudio era un muchacho "busca pleitos" y hablador.
"Siempre andaba fastidiando a mis hermanos y hermanas mayores", dijo Claudio. "Mi mamá vivía persiguiéndome".
Hay otras cosas difíciles de creer en este camino que ha llevado a Claudio de ser un lanzador casi desconocido en las ligas menores a lanzar para los Rangers en la postemporada el pasado octubre y para Puerto Rico en el pasado Clásico Mundial de Béisbol.
Luce difícil de creer que alguna vez Claudio tuvo problemas debido a su actitud y casi lo dejan en libertad. Por eso es que tuvo que pasar tres frustrantes temporadas en la filial de los Rangers en la liga de novatos de Arizona, el nivel más bajo en todo el sistema.
"Yo era un poquito rebelde", dijo Claudio. "No tenía la motivación. No tenía ese deseo de ascender al siguiente nivel. No competía".
También es difícil creer que casi deja el béisbol.
"Hubo un momento en el 2011, estaba en entrenamientos primaverales extendidos y no podía sacar a nadie de out para poder salvar mi vida", dijo Claudio. "Sí, quería dejarlo todo. Pero los coaches hablaron conmigo, me dijeron que no dejase el juego, que me iba a arrepentir. Que si uno lo deja más nunca lo va a recuperar".
En aquel entonces, Claudio era un zurdo nada especial que lanzaba la bola por arriba de hombro entre las 87 y 88 millas por hora. Lo habían tomado en la 27ma ronda del draft amateur del 2010 de la preparatoria Isabel Flores en Junco, donde lo descubrió Frankie Thon, escucha de los Rangers. A Claudio incluso le extrañó que lo seleccionasen.
"Ni siquiera sabía cómo funcionaba todo el proceso de los escuchas", dijo Claudio.
Los coaches de pitcheo de ligas menores Oscar Marín y Ryan O'Malley fueron quienes se encargaron de cuidar de Claudio y evitar que renunciase. O'Malley le sugirió a Claudio en el 2013 que bajase el ángulo de su brazo y empezase a lanzar de lado. Esa maniobra eventualmente le cambió su carrera.
"No fue muy difícil", dijo Claudio. "Lo aprendí en dos semanas y es como si todo hubiese empezado a encajar".
El muchacho que no mostraba interés ahora era un joven con un sueño.
"Yo solía ser el último en llegar al clubhouse y el primero en irme", dijo Claudio. "Ahora era el primero en llegar y el último en salir. Maduré, simplemente".
Claudio empezó a ascender con rapidez a través del sistema. En el 2013, dejó marca de 4-6 y efectividad de 1.83 en 45 juegos con Clase-A Hickory y Doble-A Frisco. Ponchó a 91 y dio 18 boletos en 78.2 innings.
Su recta viajaba a 85 millas por hora y además tiraba slider y cambio, pero su extraña forma de lanzar la bola engañaba a los bateadores. En el 2013 fue nombrado Relevista del Año de los Rangers en las ligas menores.
Para el 2014, aquel busca pleitos que casi renunció al béisbol era un relevista de Grandes Ligas. El año pasado terminó con 4-1 y 2.79 de efectividad lanzando como relevista corto y largo. Cuando terminó la temporada, Puerto Rico lo quería en su roster para el Clásico Mundial.
"Fue algo increíble", dijo Claudio. "Era algo con lo que siempre soñé, aunque jamás pensé que podría hacer. Pero todavía tengo que seguir luchando. Tengo que seguir sacando outs. No siento que ya esté establecido. Yo todavía tengo que trabajar duro".
Esa parte no es difícil de creer.