“Esto apesta”: Falta de ofensiva definió la despedida de los Padres

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CHICAGO -- ¿El final? Familiar. Dolorosamente familiar.

Los Padres de 2025 pasaron el invierno, la primavera y el verano decididos a compensar el amargo final del octubre pasado, solo para que el mismo amargo final se les atravesara otra vez en el camino.

Otro juego de vida o muerte en la carretera. Otra actuación insatisfactoria de la ofensiva de San Diego. Otra eliminación de postemporada antes de lo que jamás anticiparon.

Los Padres regresan a casa tras una derrota por 3-1 ante los Cachorros el jueves en el Juego 3 de la Serie del Comodín de la Liga Nacional en el Wrigley Field. Después de su derrota en el Juego 5 de la Serie Divisional ante los Dodgers hace un año, es el segundo año consecutivo en que la temporada de los Padres termina con decepción en un juego de ganar o irse a casa.

“Esto apesta”, dijo el jardinero central Jackson Merrill, quien produjo la única carrera de los Padres con un jonrón en solitario en el noveno inning. “Esto duele. Pensé que el año pasado dolió. Pero este duele más. Un grupo muy unido, un grupo de luchadores. Tuvimos lesiones por todos lados, aun así dimos pelea. Simplemente no salió como queríamos”.

Y no salió como querían en gran medida por la misma razón: en los juegos más grandes, en los momentos más importantes, simplemente no hubo suficiente ofensiva. Los Padres anotaron cinco carreras en toda la serie de tres juegos ante Chicago, después de haber sido dejados en blanco notoriamente en los dos últimos juegos de los playoffs del 2024.

El staff de pitcheo de los Padres lo dio todo el jueves. Michael King cubrió un episodio de relevo, el cerrador venezolano Robert Suárez entró en el sexto, el cubano Adrián Morejón lanzó por tercer día consecutivo, a pesar de haber tirado 2.1 innings en el Juego 2. Jeremiah Estrada entró con las bases llenas y sin outs en el segundo inning y permitió que solo uno de esos corredores anotara.

“Nos dieron una oportunidad”, comentó el dominicano Fernando Tatis Jr. “Y definitivamente perdimos una oportunidad”.

Tatis llegó a octubre con algunos de los mejores números de postemporada en la historia de MLB, pero pasó trabajo durante toda la serie, particularmente el jueves. Se ponchó tres veces en una tarde de 4-0. Posteriormente, se paró en su casillero, con los ojos rojos, visiblemente consternado por el final.

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Pero incluso si el final fue el mismo que hace un año, los detalles fueron diferentes. Y, hasta cierto punto, esos detalles importan. Este no fue el Juego 5 en el Dodger Stadium, cuando los bates de San Diego estuvieron sin vida durante nueve entradas, sumando solo dos hits y cayendo silenciosamente.

Los Padres tuvieron muchas oportunidades el jueves, pero terminaron de 8-0 con corredores en posición de anotar, frustrados rutinariamente por jugadas brillantes de los Cachorros a la defensiva. Específicamente, hubo un puñado de ellas de Dansby Swanson en el campocorto.

“San Diego es un equipo increíble”, comentó Swanson. “Tienen un staff de pitcheo muy profundo y, obviamente, también grandes bateadores. Ser capaces de limitarlos cuando pudieron anotar fue enorme para nosotros, y terminó marcando una gran diferencia”.

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Los Padres siguieron luchando. En el noveno, casi logran una remontada milagrosa. Merrill abrió el episodio con un cuadrangular al jardín derecho. A Merrill le siguió Xander Bogaerts, quien tomó algunos de los mejores turnos al bate de los Padres en toda la serie. Llevó la cuenta al máximo y luego se quedó mirando un lanzamiento varias pulgadas debajo de la zona de strike.

Pero fue cantado como el tercer strike.

Bogaerts, que suele ser bien ecuánime, se puso furioso. Se encorvó en cuclillas, luego saltó, gritando en dirección al árbitro principal D.J. Reyburn. Una hora más tarde, en medio del murmullo de un clubhouse decepcionado, Bogaerts se dio cuenta de que la próxima vez que tome un turno, tendrá la oportunidad de hacer algo con respecto a esa sentencia, ya que MLB implementará el sistema de retos ABS el próximo año para bolas y strikes.

“No puedes volver atrás en el tiempo, y hablar de eso ahora no cambiará nada”, dijo Bogaerts. “Pero fue mala [la sentencia]. Gracias a Dios por el ABS el próximo año”.

Lo que sucedió después podría convertir esa decisión errada del umpire en un “qué hubiera pasado si” histórico para los Padres. Ryan O’Hearn y Bryce Johnson fueron golpeados por lanzamientos y luego avanzaron con el rodado de Jake Cronenworth. El venezolano Freddy Fermin llegó al plato con las carreras del empate en posición de anotar y dos outs. Levantó un elevado profundo al jardín central...

... directo al guante de Pete Crow-Armstrong. Así, la temporada de los Padres había terminado.

“Es una porquería”, resumió el tercera base Manny Machado. “Sin duda. Es una posición en la que no quieres estar. Queríamos estar levantando el trofeo al final del año. Era nuestro objetivo al comienzo de la temporada. Nos quedamos cortos”.

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Y ahora vienen las preguntas. Unas que durarán toda la temporada baja. Estos Padres no serán los Padres del próximo año. Y esa realidad se hizo presente en un instante.

“Somos una familia”, dijo Merrill. “Es terrible. Es como si te separaras de tu familia. Algunos muchachos no volverán, otros sí. Pero queremos a todos los que están aquí”.

Un clubhouse visitante sombrío claramente tuvo dificultades para aceptar ese hecho. Uno por uno, algunos Padres acercaron sus sillas para rodear la zona del sofá ubicado en el centro de la sala.

Merrill, después de terminar su entrevista, caminó hacia un nevera cercana y regresó con dos bebidas frías en cada mano y dos más en cada bolsillo trasero. Las vació sobre la mesa de café.

Fueron rápidamente recogidas. La temporada de los Padres terminó mucho antes de lo que anticiparon. Y todos necesitaban procesar ese hecho juntos.

“Ponemos todo lo que tenemos en esto”, dijo Cronenworth. “Desde el momento en que comienza el invierno. Desde los Entrenamientos de Primavera durante todo el año, todos los días que nos presentamos al terreno. Duele. Toda nuestra energía, tiempo y esfuerzo están puestos en este grupo. Duele cuando no funciona”.

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