Para Adrián, era de suma importancia jugar por México en el Clásico

GUADALAJARA - Una estrella del calibre de Adrián González bien pudo haber dicho No Gracias al Clásico Mundial de Béisbol, una vez se produjeron sus molestias en el codo derecho, pero la meta de "El Titán" siempre fue la de uniformarse con el Tri para representar dignamente a México en la magna contienda del apasionante mundo del diamante. "En lo personal, para mí es muy importante estar aquí", comentó el primera base de los Dodgers de Los Ángeles, quien se fue de 5-0 en la derrota de México por 10-9 ante Italia en el iinicio del Grupo de la Muerte del IV Clásico Mundial. "Por eso le metí mucho esfuerzo a la rehabilitación". Y la molestia física sí era algo de qué preocuparse, especialmente porque González es uno de los baluartes de una novena que ha invertido muchos millones de dólares para tratar de avanzar a la Serie Mundial por primera vez desde 1988.
Uno de los primeros que reportó ese percance denominado como "codo de tenista" fue Ken Gurnick (MLB.Com), que a mediados de febrero escribió desde el campamento de los Dodgers que "González no puede consumir turnos en dos semanas y su participación en el Clásico Mundial está en veremos".
De acuerdo a la terminología médica usada por la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, "el codo de tenista es una inflamación de tendones que unen los músculos y los tendones del codo, que pueden dañarse debido al uso excesivo al repetir los mismos movimientos. Esto produce dolor y sensibilidad".
En otras palabras, insistir en esas repeticiones físicas sin que esa área del cuerpo se recupere puede traducirse en una posterior pérdida de tiempo de juego, tal vez por una etapa prolongada.
El Clásico Mundial es usualmente una constelación de estrellas de la pelota, pero no falta quien le busque la vuelta por no intervenir, bien fuera por una lesión mucho más simple que esa o el hecho de quedarse con su respectiva novena de las Grandes Ligas en la Florida o Arizona.
González, que necesita solamente 46 hits para llegar a los 2,000 en la Gran Carpa, y el tercera base dominicano Adrián Beltré son ejemplos de los cuales tienen que sentirse orgullosos los aficionados de sus respectivos países. Tanto Beltré (pantorrilla) como el primera base mexicano se sienten orgullosos de jugar contra viento y marea.
"Gracias a Dios, era solamente cuestión de días de descanso", reveló González, con promedio de por vida de .290 en las Ligas Mayores. "No era que tenía que dar muchos pasos para estar aquí, ni que iba a estar listo o no. No era que cada día iba a estar progresando como quería".
Con la profesionalidad que siempre le ha caracterizado, González se negó a criticar a peloteros de su equipo que por una u otra razón se convirtieron en grandes ausentes de la justa.
"No voy a comentar por otros, porque cada quien tiene su propia razón por no estar en el equipo", expresó el hermano de Edgar González, dirigente de la novena azteca. "Los que no están aquí no es porque no quisieron sino porque no pudieron".