¿Cuál equipo podría imitar a los Azulejos del 2025 en el 2026?
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El béisbol puede ser un deporte de imitación, y muchos parecen querer aprender de la sorprendente carrera de Toronto hasta el Juego 7 de la Serie Mundial con una lección aparentemente simple: hacer más contacto lleva a más victorias. Suena bien, en teoría.
Pero esa puede no ser la lección correcta, o al menos no la única. Hacer contacto no es algo negativo, claro. Es ideal si se hace bien. Pero pensar que los Azulejos solo evitaron poncharse para alcanzar el éxito es ignorar gran parte de lo que realmente ocurrió.
Es cierto que Toronto tuvo la tasa de ponches más baja. También es cierto que los siguientes tres equipos con menor cantidad de ponches --Kansas City, San Diego y Miami-- no destacaron precisamente por sus ofensivas. En 2024, los propios Azulejos seguían entre los que menos se ponchaban, pero terminaron en el último lugar y fueron 22dos en carreras anotadas.
Si el éxito se tratara solo de hacer más contacto, entonces los Reales y los Cerveceros estarían en la Serie Mundial cada año (y no lo están), y el venezolano Luis Arráez sería el mejor bateador del béisbol (y no lo es). La clave del éxito de Toronto fue mantener su bajo índice de ponches mientras añadían velocidad de bate y poder, al punto de convertirse en una de las ofensivas con más slugging en postemporada. De hecho, en octubre anotaron más carreras vía jonrón que durante la temporada regular.
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No se trata solo de eso, sino también de otros factores --algunos de ellos. Los Azulejos casi no se robaron bases (fueron el tercer equipo con menos estafadas) y estuvieron por debajo del promedio en corrido de bases (empatados como el quinto peor equipo), así que claramente no fue por ahí, especialmente si se tienen en cuenta algunos errores notorios en las bases durante la Serie Mundial. En cuanto al pitcheo, estuvieron en la media o ligeramente por debajo en casi todos los indicadores relevantes, tanto en la temporada regular como en la postemporada. Así que, aunque hubo buenos momentos desde la loma --sí, te vimos, Trey Yesavage--, no fue el pitcheo ni el corrido de bases lo que los impulsó al éxito.
Algunas cosas simplemente no se pueden repetir ni planificar, como que Ernie Clement bateara .411/.416/.562 en octubre. Ese no es realmente su nivel, porque nadie mantiene esos números de forma sostenida. Siempre hay un componente de “las cosas salieron bien” en una racha como esta, y eso fue parte de la historia.
Veamos tres cosas importantes que realmente hicieron los Azulejos del 2025 --y quiénes podrían seguir ese ejemplo en 2026.
1) Comienza con buen contacto y luego añade velocidad de bate, no al revés
Hace aproximadamente una década, se produjo un verdadero cambio de paradigma en las estrategias de pitcheo. Durante generaciones, se pensaba que el mejor camino al éxito era comenzar con un lanzador de brazo potente y enseñarle una curva o cómo lanzar strikes, aprovechando que ya tenía la velocidad. A veces funcionaba, pero muchas veces no. Con el tiempo, se demostró que se podía enseñar a lanzar más fuerte mediante mejores métodos de entrenamiento, por lo que resultó más atractivo buscar lanzadores con control y pulir su velocidad.
(Irónicamente, uno de los mejores ejemplos de este método es el actual Azulejo Shane Bieber, quien lanzaba principalmente en las altas 80 millas por hora en la universidad antes de aumentar su velocidad y convertirse en una estrella en Cleveland).
El bateo siempre reacciona al pitcheo, y años después, parece que el bateo está entrando en esa misma etapa. En lugar de tratar de lograr que un toletero con poder excesivo reconozca una curva y haga más contacto --lo cual siempre ha sido muy difícil--, ¿qué tal si tomas a un bateador con buenas habilidades de contacto y le enseñas a hacer más daño? Eso fue precisamente lo que hicieron los Azulejos: todos sus bateadores regulares que habían estado con el equipo en las dos últimas temporadas aumentaron su velocidad de bate en 2025, con la única excepción de Bo Bichette.
Esto es exactamente lo que parece estar haciendo Boston, y seguramente no son los únicos. Recuerda lo que realmente hicieron los Azulejos:
Hay un poco más que considerar --por ejemplo, estuvieron empatados con los swings más planos ante rectas en la parte alta de la zona--, pero es un buen punto de partida: primero el contacto, luego la velocidad de bate.
2) Juega buena defensa
Los Azulejos tuvieron una defensa élite (la mejor de todo el béisbol, según las métricas de Statcast) y una receptoría sobresaliente (empatada como la mejor del béisbol en defensa). Solo contaron con dos defensores marcadamente negativos, y cabe destacar que ninguno de los dos jugó a la defensiva de forma regular en los playoffs.
George Springer, con un valor de carreras defensivas (FRV) de -8, jugó en los jardines al inicio, pero fue bateador designado habitual en la segunda mitad y no usó el guante en todo octubre. Bichette, con -10 FRV y el campocorto calificado más débil, fue reemplazado por el venezolano Andrés Giménez tras lesionarse la rodilla el 6 de septiembre. Después de perderse las dos primeras rondas de la postemporada, solo jugó como segunda base o bateador designado en la Serie Mundial.
Dependiendo de cómo se definan estos términos, podríamos decir que Toronto tuvo cinco defensores sobresalientes o élite: el mexicano Alejandro Kirk, Clement, Giménez, Daulton Varsho y Myles Straw. Y aunque el dominicano Vladimir Guerrero Jr. tuvo una defensa regular durante la temporada, en octubre demostró que puede elevar su nivel en ese aspecto. (Además: Addison Barger podría tener el brazo más fuerte del juego).
Tal vez no sea fácil armar un equipo con gran defensa, pero tampoco es difícil saber cómo lograrlo. Cualquier equipo puede hacerlo.
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3) Ten una superestrella generacional en su mejor momento y una de las mejores temporadas de resurgimiento de la historia
De acuerdo, admitimos que esto es un poco más difícil de replicar. Los Azulejos contaron con Guerrero, una superestrella que conectó más jonrones (ocho) que veces se ponchó (siete) en octubre, y eso no es algo que se le pueda pedir a cualquier bateador. También se beneficiaron de un resurgimiento casi sin precedentes de George Springer, de 35 años, quien fue un bateador promedio en 2023, muy por debajo del nivel en 2024, y luego terminó como el tercer mejor bateador de las Grandes Ligas en 2025.
Los Azulejos no habrían llegado tan lejos sin ellos. Las estrellas lo son por una razón. No se puede recorrer este camino sin tenerlas.
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Entonces, ¿qué equipos están potencialmente en posición de seguir esos pasos?
No es fácil, ni debería serlo, ya que hace un año no había muchas razones para pensar que los Azulejos --quienes terminaron últimos en el Este de la Liga Americana en 2024-- iban a lograr lo que lograron. Es posible que hayamos presenciado un resultado en el percentil 99, una temporada en la que casi todo salió bien. (Aunque no todo: la mayoría de sus adquisiciones en la agencia libre el invierno pasado no funcionaron realmente).
Dejando de lado a los equipos que parten de muy atrás --algo que no aplicaba para ese equipo de Toronto con 88 derrotas--, creemos que estos cinco aspirantes podrían encajar mejor en ese perfil.
Reales (82-80)
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• ¿Tienes la habilidad de hacer contacto? Sin duda, fueron segundos detrás de Toronto en tasa de ponches.
• ¿Tienes la defensa? Ocupaban el noveno lugar en el ranking de fildeo por equipo de Statcast. Suficientemente buena.
• ¿Tienes a la superestrella? Podemos decir que Bobby Witt Jr. sin duda lo es.
• ¿Y el candidato a resurgir? “Resurgir” implica que el venezolano Salvador Pérez haya caído tan bajo como Springer, y aunque conectó 30 jonrones, a sus 36 años viene de un OPS+ de 100, justo en el promedio de la liga. Una gran temporada más sería muy valiosa, tanto para el equipo como para fortalecer su caso al Salón de la Fama.
Entonces, ¿por qué sí --o por qué no? Hay muchas similitudes aquí, y vale la pena señalar que quizá ya vimos el comienzo de todo, porque los Reales del 2025 pasaron de tener la cuarta peor ofensiva en la primera mitad de la temporada a la undécima mejor en la segunda mitad. No fue por los ponches, que se mantuvieron estables. Fue por mejores decisiones de swing: los Reales negociaron más boletos, persiguieron menos lanzamientos fuera de la zona y aumentaron su capacidad de hacer daño.
Además, aún tienen terreno fácil de mejorar, ya que su jardín fue el peor del béisbol y su segunda base, la tercera más débil, dos aspectos que no deberían ser difíciles de reforzar. Todo apunta a que harán algo con respecto a la segunda base, y aunque una adición en los jardines sería bienvenida, tampoco es una vara muy alta dejar de ser el peor en 2026, especialmente considerando la posibilidad de que Jac Caglianone dé un paso adelante tras un debut complicado.
Al igual que Toronto, que contrató a David Popkins como coach de bateo con excelentes resultados, los Reales también hicieron cambios en su cuerpo técnico de bateo este invierno. ¿No suenan estas declaraciones muy parecidas a lo que se escuchó desde Canadá tras la llegada de Popkins?
“Cuando eres un bateador que hace swing temprano y haces mucho contacto, como lo hemos sido por varios años, puede que no te des la oportunidad de hacer daño”, dijo el gerente general JJ Picollo, y agregó que “a veces un mensaje un poco distinto puede desbloquear eso que un bateador necesita para entrar en cuentas favorables y realmente hacer daño cuando está en esas situaciones”.
Marlins (79-83)
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• ¿Tienen la habilidad de hacer contacto? ¡Sí! Miami terminó con la cuarta tasa de ponches más baja, empatado con Milwaukee.
• ¿Tienen la defensa? Más o menos. Miami fue un equipo defensivamente casi promedio, aunque su posición de receptor los afectó notablemente (26º), mientras que el resto del equipo estuvo bastante bien (empatado en el octavo lugar). El prospecto Joe Mack podría ayudar detrás del plato, pero el dominicano Agustín Ramírez fue uno de los defensores más débiles de todo el béisbol en 2025.
• ¿Tienen a la superestrella? No. Al menos no por ahora. Si Kyle Stowers o Jakob Marsee logran repetir lo que mostraron en 2025, entonces podríamos hablar. Esa respuesta podría cambiar pronto en la temporada.
• ¿Y el candidato a resurgir? No realmente. Al igual que Cleveland, este es un equipo construido principalmente sobre la juventud.
Entonces, ¿por qué sí --o por qué no? Los Marlins han hecho un esfuerzo claro por mejorar su contacto al bate, y pasar de ser el quinto equipo con más ponches en 2022 al cuarto con menos en 2025 es un cambio muy notorio. De forma discreta, este equipo ha apostado por el lado más experimental del juego: desde permitir que los coaches llamen los lanzamientos desde el dugout, hasta cambiar la forma en que se manejan las sesiones del bullpen, o contratar al físico del MIT detrás del bate torpedo. Todo esto refleja una organización que ha realizado decenas de movimientos internos en el último año, incluyendo la renovación completa del cuerpo técnico de 2024. “Ser extraño y experimental” no es lo mismo que “ser bueno”, pero al menos demuestra una apertura a nuevas formas de pensar.
Al igual que Kansas City, Miami sumó dos nuevos coaches de bateo este invierno. Ya no son los Marlins de Jeter, sin duda, y mejoraron en 17 victorias respecto al desastre de 100 derrotas en 2024, quedando cerca del .500. Si bien tener la 18va mejor velocidad de bate no destaca demasiado, al menos es mejor que el 24to lugar que ocupaban en 2024. Solo tres equipos aumentaron más su velocidad de bate de un año a otro, y ya contaban con los swings más cortos y más planos de las Mayores. Necesitarán ayuda externa en la alineación, especialmente en la primera base. Pero hay señales de vida.
Gigantes (81-81)
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• ¿Tienen la habilidad de hacer contacto? Suficiente. Al igual que Cleveland, fueron un equipo con una tasa de ponches exactamente promedio en 2025.
• ¿Tienen la defensa? Sí. Terminar en el décimo lugar está bien, pero casi no le hace justicia a lo buenos que fueron Patrick Bailey y Matt Chapman. Corregir algunas debilidades claras en los jardines de las esquinas ayudaría bastante.
• ¿Tienen a la superestrella? Tal vez. El dominicano Rafael Devers sin duda tiene el talento y el historial para ser un jugador muy, muy bueno, pero aún no ha tenido esa temporada que lo haga resaltar por completo. (Por ejemplo, nunca ha terminado entre los 10 primeros en la votación al JMV). A sus 29 años, con la turbulencia del año pasado ya superada, sigue teniendo el potencial para lograrlo.
• ¿Y el candidato a resurgir? No realmente. Los veteranos del equipo --como el dominicano Willy Adames, Chapman y el propio Devers— no han mostrado aún una caída de rendimiento que justifique un resurgir.
Entonces, ¿por qué sí --o por qué no? Además de causar revuelo al contratar a Tony Vitello directamente desde el béisbol universitario como manager, San Francisco hizo movimientos para entender exactamente lo que estaba haciendo Toronto, contratando a Hunter Mense —quien venía del cuerpo técnico de los Azulejos-- como nuevo coach de bateo. Mense, quien fue dirigido por Vitello en Missouri hace dos décadas, tiene un perfil totalmente distinto al del saliente Pat Burrell, un clásico toletero de poder y ponches que conectó 292 jonrones en las Mayores.
Hay cierto motivo de preocupación: ningún equipo perdió más velocidad de bate en 2025 que los Gigantes, algo que seguramente será un punto clave para el nuevo cuerpo técnico. Chapman y Adames estuvieron entre los seis jugadores con mayor declive en ese aspecto, pero habría que destacar también a Jung Hoo Lee, quien habría sido el mayor perdedor en velocidad de bate si hubiese calificado. Su carrera como bateador en MLB ha sido apenas aceptable hasta ahora, y una mejora, aunque sea pequeña, podría marcar la diferencia. En su carrera, Lee batea .289 con .481 de slugging cuando hace swing a 70 mph o más, frente a .251 y .314 cuando lo hace por debajo de esa velocidad.
Un equipo empatado como el segundo con los swings más lentos --solo por delante de los White Sox-- terminó con la cuarta peor tasa de batazos duros y el sexto porcentaje de slugging más bajo. En parte, su estadio --amigable para los lanzadores-- siempre influirá en esas cifras. Pero mover el bate más rápido para que la bola salga más fuerte sin duda no haría daño. En Tennessee, Vitello lideró una transición hacia un enfoque más moderno, con mucha más velocidad en ambos lados del juego. Tendrá la oportunidad de hacer lo mismo en San Francisco.
Guardianes (88-74)
Sí, ganaron su división. No, anotar más carreras que solo los Piratas y los Rockies no es suficiente. De hecho, recibieron seis carreras más de las que anotaron.
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• ¿Tienen la habilidad de hacer contacto? Sorprendentemente, no tanto como uno pensaría, con una tasa promedio en la liga, aunque muchos de los ponches vinieron de bateadores que probablemente no regresen o no tendrán tanto protagonismo en 2026, como Lane Thomas, Nolan Jones y Jhonkensy Noel.
• ¿Tienen la defensa? Absolutamente. Terminaron como uno de los cuatro mejores equipos defensivos según las métricas.
• ¿Tienen a la superestrella? Sin duda. El dominicano José Ramírez sigue acumulando méritos para una placa casi segura en el Salón de la Fama.
• ¿Y el candidato a resurgir? No realmente. Aparte de Ramírez, casi no hay jugadores mayores de 30 años en este equipo.
Entonces, ¿por qué sí --o por qué no? En cierto modo, da la sensación de que si esto fuera a suceder de esa forma, ya habría ocurrido, porque la alineación de Cleveland ha estado construida bajo este mismo perfil durante años. Funciona cuando las pelotas caen en terreno de nadie, y no funciona cuando no lo hacen.
Aun así, sabemos que los Guardianes al menos están intentando aumentar la velocidad de bate, como lo señaló el novato CJ Kayfus, quien recientemente habló sobre las clínicas invernales enfocadas en ese aspecto. Además, toda la historia detrás de Travis Bazzana, primera selección del Draft amateur del 2024, se basa en cómo utilizó la ciencia y la tecnología para mejorar la velocidad y trayectoria de su swing. Todavía no se ve en la práctica, ya que Cleveland ha pasado del puesto 30 (2023) al 27 (en las últimas dos temporadas) entre los 30 equipos. Tal vez eso cambie si jugadores jóvenes como Kayfus, Bazzana y Chase DeLauter tienen más tiempo de juego, aunque una adición externa --probablemente en los jardines-- es absolutamente necesaria.
Orioles (75-87)
Nos vemos obligados a incluir al actual sotanero del Este de la Liga Americana en esta lista, ya que fue precisamente ahí donde estaba Toronto el año pasado, especialmente considerando que hay consenso general en que los Orioles tienen el talento para lograr mucho más que eso.
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• ¿Tienen la habilidad de hacer contacto? Absolutamente no. Solo Colorado y los Angelinos tuvieron peores tasas de ponches. No es un buen comienzo.
• ¿Tienen la defensa? No es buena. Solo cinco equipos tuvieron una defensa más débil que las -22 carreras defensivas de Baltimore.
• ¿Tienen a la superestrella? Probablemente. Gunnar Henderson ciertamente lo pareció en 2023 y 2024, antes de una temporada 2025 buena, pero no élite. Además, ni siquiera cumplirá 25 años hasta junio próximo.
• ¿Y el candidato a resurgir? Sería muy obvio decir Tyler O’Neill, ¿no? Mejor apostamos por Adley Rutschman.
Entonces, ¿por qué sí --o por qué no? Bueno, la parte de contacto y defensa realmente no encaja, pero muchos de los defensores con calificaciones más bajas, como el quisqueyano Gary Sánchez y Cedric Mullins, no regresarán, y Heston Kjerstad bateó tan poco que su lugar en 2026 está lejos de estar asegurado. Una mejora defensiva de Jackson Holliday, quien fue uno de los intermedistas más débiles del béisbol, sería muy útil. Apenas cumplirá 22 años en diciembre, así que es totalmente posible. También sería bienvenida más salud por parte del jardinero Colton Cowser, ya que Taylor Ward, adquirido vía cambio, aportará poder, pero no contacto ni defensa.
Esto no parece exactamente un caso para seguir el modelo de Toronto, salvo por un detalle: podría haberlo sido hace un año. Los Orioles de 2024 tuvieron una tasa de ponches ligeramente mejor que el promedio, y una combinación poco común de swings cortos y veloces, que no se mantuvo en 2025. Cabe mencionar que son considerados un equipo con enfoque avanzado en el desarrollo de sus bateadores. ¿Miraremos hacia atrás y veremos el 2025 como una decepción atípica, o como la nueva normalidad? Quizás no sorprenda saber que están renovando por completo su cuerpo de coaches de bateo.
Tal vez ahí esté el verdadero paralelo con Toronto. Los Azulejos llegaron a la postemporada en 2022 y 2023, antes de una decepcionante y sorpresiva campaña en 2024. Los Orioles llegaron en 2023 y 2024, antes de una caída inesperada en 2025. Para un equipo con tanto talento joven en la alineación, quizás un mal año no sea razón suficiente para descartarlos.