TORONTO -- Los Azulejos han barrido a los Yankees con una obra maestra de cuatro juegos y han tomado el primer lugar en la División Este de la Liga Americana.
Estas son palabras que no habrías creído hace tres meses. Pero los Azulejos del 2025 continúan asombrando, ahora con un récord de 49-38 después de la victoria de la noche del jueves por 8-5 en el Rogers Centre y ubicándose solos en la cima de la división por primera vez desde el 5 de septiembre del 2016.
“Eso demuestra quiénes somos como equipo”, dijo George Springer, una vez más líder y estrella de este equipo. “Incluso con compañeros fuera, podemos salir y competir contra uno de los mejores equipos de la liga. Obviamente, son un gran equipo, así que poder salir al terreno y ser nosotros mismos fue increíble”.
La década desde aquellos increíbles equipos del 2015 y el 2016 ha transcurrido sin una victoria en postemporada, solo eliminaciones tempranas, derrotas desgarradoras y un anhelo por lo que pudo haber sido. Lo que estás viendo ahora, sin embargo, —quizás por primera vez desde aquel “grupo de renegados” liderado por el dominicano Jose Bautista y Josh Donaldson— es un cuerpo técnico y un roster trabajando en completa sincronía. No solo se complementan entre sí, sino que sacan más de cada uno. Esto es parte de la magia, el factor “X” que los equipos luchan por encontrar en las hojas de cálculo.
Los Azulejos han encontrado pequeñas ventajas en la parte baja de su alineación durante toda la campaña, pero estamos empezando a verlas crecer. Sin Bo Bichette en esta serie, el mánager John Schneider y los coaches de bateo de Toronto han improvisado alineaciones que nunca esperamos ver en el 2025, pero todas están funcionando. El jueves, fue el turno de Nathan Lukes. Recibió su primera asignación como primer bate de la temporada y le dio a los Azulejos el turno al bate del año, foul tras foul en nueve lanzamientos antes de impulsar las carreras de la ventaja contra el 14to pitcheo que vio.
“Es algo genial, ¿eh?”, comentó Lukes con una sonrisa después de la victoria. “En ese punto, simplemente pierdo la noción. [El receptor de los Yankees, Austin] Wells, en un momento dado, dijo: ‘Amigo, solo ponla entre las dos líneas. ¡Vamos!’. Así que fue divertido”.
Ha estado sucediendo toda la semana, por todas partes. En la salvaje victoria de los canadienses en el tercer duelo de esta serie, le dieron a Davis Schneider una rara apertura contra un lanzador derecho, Will Warren. El mánager señaló algunos números de Ligas Menores y éxitos pasados para Schneider en ese enfrentamiento, pero se notaba que había más. Tenía una corazonada, y más tarde esa noche, Schneider pegó dos jonrones.
“Esa es la parte divertida y difícil de este trabajo. Hace veinticuatro horas, estábamos sentados aquí hablando de [Davis] Schneider contra Warren”, dijo Schneider. “Yo, DeMarlo Hale y Donnie [Mattingly] estábamos hablando de eso en el dugout en su primer turno. ‘Hombre, sería genial si Schneids me hiciera quedar bien aquí’, y lo hizo. Nos reímos mucho de eso”.
Pero los aportes también están viniendo de los veteranos y las estrellas. Dos días después de conectar un par de vuelacercas en el Día de Canadá, George Springer bateó dos más el jueves, haciendo de esta, posiblemente, la mejor serie de su carrera con los Azulejos en medio de su temporada de repunte.
Este es el punto que los equipos persiguen cada año, pero pocos llegan a sentirlo. También es fugaz, pero los Azulejos están allí ahora mismo, todos los mensajes y estrategias que fracasaron en 2024 finalmente están aterrizando en el lugar y momento justos.
Schneider sonaba como si pudiera hablar durante horas sobre el corrido de bases cuando se reunió con los reporteros antes del partido del jueves, rebosante de orgullo porque algunas “conversaciones muy directas” que el cuerpo técnico tuvo con los jugadores a principios de temporada habían convertido a los Azulejos de uno de los peores equipos de la liga en ese departamento en uno bueno. Calificó al dominicano Vladimir Guerrero Jr. como “fundamental” en eso, porque si el hombre de los US$500 millones corre con esfuerzo hacia primera, todos los demás también lo harán.
“Cuando los peces gordos se comprometen, simplemente se vuelve algo innegociable”, resumió Schneider.
Por eso todo está funcionando. Las cosas correctas están siendo dichas por las personas adecuadas en el momento correcto. Las decisiones correctas están siendo tomadas en el momento perfecto. Suena simple, pero la última década en Toronto nos ha demostrado a todos lo desafiante que es realmente hacer eso al más alto nivel.
Ahora, los Azulejos tienen una vista desde la cima. Ha pasado mucho tiempo, pero durante cuatro días en el Rogers Centre, acaban de dejarle claro al resto de la liga de que merecen estar allí.