J-Rod: el balance entre jugar duro y evitar riesgos innecesarios

28 de febrero de 2023

GLENDALE, Arizona – Robarse un jonrón saltando sobre la pared es una de esas cosas que el dominicano quiere incorporar pronto a su currículum como jugador de Grandes Ligas, incluso si lo consigue en encuentro de exhibición y no para hacer el último out de la Serie Mundial.

Así que cuando el estelar jardinero central de los Marineros vio un largo elevado volando hacia la zona de seguridad entre el jardín central y el izquierdo durante la tercera entrada del juego del lunes en la Liga del Cactus contra los Medias Blancas, hizo su mejor esfuerzo para saltar y tratar de agarrar la pelota, pero en lugar de eso, terminó sencillamente estrellándose contra la pared. Rodríguez se quedó a centímetros de hacer el engarce mientras se golpeaba el brazo y el hombro derecho contra la cerca.

Visiblemente impactado y sin aíre tras semejante esfuerzo, Rodríguez se puso las manos en las rodillas antes de levantarse y mostrar su ya clásica sonrisa para indicar que estaba bien. Se quedó en el juego por el resto del tercer inning, pero fue sustituido por Cade Marlowe en el cuarto, antes de que salieran del cotejo el resto de los regulares de Seattle.

Rodríguez dijo después que todo estaba bien. Pero lo sucedido puso el enfoque en si se estaba pasando hacia el lado equivocado de esa delgada línea que separa sus habilidades atléticas y el riesgo de lesionarse, especialmente en un juego intrascendente de Spring Training.

“Yo nunca voy a bajar el ritmo”, dijo Rodríguez. “Siento que, mientras mi cuerpo me lo permita, voy a salir a hacer todas las cosas de las que soy capaz”.

Debido a su impecable forma física y ética trabajo, que le ha permitido pasar de ser un jardinero de las esquinas un poco pasado de peso a un pelotero de cinco herramientas en una posición premium, Rodríguez está convencido de que sus habilidades son un atributo que pocos poseen. Al poder combinar ese poderío físico con su inteligencia para jugar béisbol -- bien avanzada para su edad -- el jugador de 22 años insiste en que no está siendo imprudente.

“Yo siento que uso mis habilidades cuando tengo la oportunidad de hacerlo”, siguió Rodríguez. “No es como que siempre juego de forma imprudente. Siento que, si se me presenta una jugada, estoy listo para hacerla, en lugar de estar siempre fuera de control y arriesgándome sin necesidad. Siento que me preparo para que cada vez que le pida a mi cuerpo que haga algo, lo pueda hacer. Así que siento que es eso, simplemente ser inteligente, pero al mismo tiempo, sabiendo que cada vez que venga una jugada así, voy a estar listo para hacerla”.

Jugar con tal nivel de exuberancia -- tanto atléticamente como a través de su personalidad -- es lo que hace de Rodríguez una de las estrellas jóvenes más brillantes de las Grandes Ligas. No es solo un jugador de béisbol, sino “un animador”, como dijo el mánager de los Marineros, Scott Servais, al comienzo del campamento. Y si el esfuerzo del lunes fue una señal de lo que está por venir, va a darlo todo para la selección de la República Dominicana en el próximo Clásico Mundial de Béisbol.

“No hay ningún problema con su salud y ciertamente nunca hemos tenido problemas con su forma de esforzarse”, dijo Servais después de la derrota 10-1 el lunes. “Eso lo que hace de Julio, Julio. Es realmente un muy buen muchacho y un gran jugador. Hay que dejarlo salir a hacer lo suyo. Es un jugador muy avanzado para su edad”.

Que la secuencia del lunes se haya convertido en un análisis minucioso del estilo de juego de Rodríguez se debe quizás en igual medida a su calibre como jugador, su importancia para los Marineros y el hecho de que la jugada resultó familiar a alguna de sus lesiones anteriores, cuando se ha lesionado él mismo deslizándose muy fuerte y tirándose muy agresivamente.

Rodríguez se perdió cuatro juegos después de la pausa del Juego de Estrellas del año pasado por dolores en la muñeca izquierda. Primero se resintió de la muñeca con un deslizamiento de cabeza en un intento de robo dos días antes del Home Run Derby. Después se rompió el dedo meñique de la mano izquierda en el Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Americana, al intentar convertir un sencillo en doble, también deslizándose de cabeza. Y en el año 2020, se fracturó la muñeca izquierda al tirarse hacia adelante durante una práctica en el campamento de verano antes de la temporada afectada por COVID.

Rodríguez se ha vuelto más inteligente desde esas lesiones. Ya no se lanza de cabeza en batazos frente a él, sino que se desliza. También disminuyó sus intentos de robos, en parte, debido al riesgo de lesionarse. Ha aprendido a cuidar de su cuerpo después de experimentar las exigencias de su primera temporada completa en la MLB.

Pero en general, Rodríguez juega con estilo. Y si existe la posibilidad de robarse un jonrón, tiene la intención de hacer la jugada.

“Sé que voy a correr hacia la pared”, dijo J-Rod. “Sé que me voy a lanzar de cabeza por la pelota. Sé que voy a correr las bases con fuerza y hacer lo que pueda. Pero siento que eso es siempre que la situación me lo pida. No es que vaya a estar haciendo esas cosas cuando no tienen sentido”.